Entre fe y empujones
El sol aún dormía pero en las calles aledañas a Catedral la gente presurosa, corría, ya iban a dar la tercera campanada para la primera misa del día; eran las 04:50 horas.
Al transcurrir la mañana, el templo y las calles alrededor de Catedral eran insuficientes para tanta gente, miles, como cada año, acudieron a festejar al Santo Cristo. Esta vez no llovió, no como el sábado, cuando ni el aguacero que cayó enfrió los ánimos de los fieles.
Las calles principales del Centro Histórico lucían repletas y caminar entre el mar de personas parecía imposible.
La multitud de visitantes en ocasiones entraba en pánico y otros mejor decidían regresarse antes enclaustrarse entre los demás.
Entre la música en alto volumen, los juegos mecánicos, los puestos de comidas, los merolicos, brujos, curanderos, mendigos y demás, parecía que la gente nunca pararía de llegar.
Comerciantes de todo México estuvieron presentes en el evento.
PROTECCIÓN CIVIL
Ante el evidente exceso de personas, se le cuestionó a Sergio Robles, director de Protección Civil y Bomberos, sobre si tenían un plan de contingencia.
“Tenemos 40 elementos distribuidos en todo el evento y están listo para actuar si se presenta alguna contingencia”, aseguró.