ADICTOS HACEN ‘DE TODO’ PARA COMPRAR CRISTAL
El Centro de Integración Juvenil de Torreón detectó incremento de adictos a esta droga en los últimos dos años
TORREÓN, COAH.- Un gramo de cristal, cuentan Juan y Ramiro, cuesta cerca de 500 a 600 pesos. Pero lo menos que se venden son 200 pesos. Se fuma en pipa, en aluminio o en foco. Los dos llegaron hasta robar por conseguir dinero para comprar la droga.
Ramiro y Juan, dos hermanos veinteañeros, tienen unos días que volvieron a fumar cristal. Juan, el mayor, apenas hace dos días recayó. Ambos son pacientes del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Torreón, y desde hace algunos meses luchan por arrancarse la adicción al cristal, una droga que va en ascenso entre los consumidores de Coahuila.
“Yo vendía mi teléfono, las bocinas del coche, el estéreo hasta la carriola de mi hija. Llegué inclusive a vender droga”, recuerda Juan. “Vendes hasta la plancha para el pelo de la señora, una licuadora, una camisa que tienes. Tu mente idea cómo conseguir dinero para comprar”, dice Ramiro.
Los dos comenzaron hace más de cinco años. Les ofrecieron el narcótico en reuniones de amigos. “Prueba, no seas miedoso”, retaban a Ramiro. “Vas a andar bien activo, se te quita la güeva, andas haciendo todo”, le decían a Juan. “La probé para ver qué se sentía. Se le hace fácil a uno y al principio comencé probándola una vez por semana, en reuniones; te gusta y termina siendo diario, constante”, describe Ramiro sobre sus inicios.
La ansiedad era tanta, que Juan desarrolló un tic por estarse arrancando los vellos de la barba. Otros adictos sienten como animalitos que se pasean por el cuerpo. “Sientes como asqueles (hormigas)”, menciona Juan. “Un amigo parecía changuito de tanto que se rascaba la cabeza”.
CRECE PROBLEMA
Jesús Jasso Fraire, delegado de la Procuraduría General de Justicia de Coahuila, Laguna I, reconoce que el fenómeno del consumo de cristal lo están notando con las detenciones de personas en posesión de esa droga.
Aclara que aunque el consumo de cristal no supera a las drogas “tradicionales” como marihuana y cocaína, es una droga que antes no se veía y que ahora ya aparece en la venta del mercado clandestino local.
“Definitivamente sí hay un aumento. No es cantidad desorbitante, pero antes no aparecía y ahora sí. Es una droga nueva y los menores que son detenidos por alguna situación de droga tiene que ver con la marihuana y con el cristal”, comenta Jasso.
Para el director del CIJ, otro fenómeno que llama la atención es la edad de los consumidores. Mientras que en otros lugares del país el cristal lo consumen chavos mayores de 20 años, en Torreón hay adolescentes de 13 y 14 años que ya lo consumen.
“Son niños que están accediendo a una sustancia muy nociva. Los daños que provoca el cristal como el deterioro físico, sicológico, emocional, familiar... son rápidos. Es una sustancia adictiva. Hay que revisar la disponibilidad porque está llegando fácilmente”.
Mora explica que el cristal antes era una droga muy cercana al corredor Pacífico, pero recientemente empezó a expandirse a otras regiones del país. Asimismo, como muchas otras drogas, ya no sólo se exporta, sino que también se queda en territorio nacional.
CAMINO LARGO
Juan llama “chucky” al cristal porque el consumo le enfurecía, le cambiaba de humor. No atendía a su esposa ni a sus hijos. “Estaba con ellos, pero no estaba, no escuchaba, me hablaban y no hacía caso”, recuerda.
Ambos acuden periódicamente a las atenciones en el Centro de Integración Juvenil. Están conscientes que viven un proceso y creen que sólo con el apoyo de ellos podrán salir adelante de esta adicción.
No te deja dormir. Estábamos chupados. Queríamos jale de veladores, porque no te duermes ni dejas dormir a la demás gente. Andas de aquí para allá”. Juan, adicto.