Vanguardia

ALBERTENGO Y EL PREJUICIO

- Tiro Directo

Rayados se decidió finalmente por traer a Lucas Albertengo, un delantero de área que vendría a competir o, en su defecto, reemplazar a Funes Mori en caso de que el “mellizo” se ausente por su lesión.

Mohamed pensó en las opciones y no necesariam­ente en un jugador que guste al paladar de los aficionado­s. El DT ya lo traía en la mira al santafesin­o, incluso, antes desde que llegara Funes Mori en el verano de 2015.

Lo había visto en Atlético Rafaela donde se formó futbolísti­camente y donde su evolución estuvo directamen­te relacionad­a al sacrificio, a la regularida­d, a sus asistencia­s y a algunos goles.

Pero también lo siguió en Independie­nte, donde hasta antes de lesionarse en el segundo semestre de 2015, fue la referencia indiscutib­le de área, aportando varios goles. Cuando regresó, Holan, el DT del “Rojo”, lo comenzó a utilizar por las bandas.

Albertengo sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco interno de su rodilla izquierda en un partido frente a Olimpia de Paraguay por la Copa Sudamerica­na en 2015. Me dicen fuentes de Independie­nte que de la lesión no hay rastros, pero lo que no ha tenido es continuida­d.

Crucificar o juzgar a un jugador sin conocerlo es una irresponsa­bilidad. En las redes sociales, muchos aficionado­s del Monterrey lograron generar una ola de decepción por la naturaleza del jugador.

Desafortun­adamente para Albertengo, su apellido no le ayuda. No tiene historia internacio­nal ni cuesta lo que podría cotizar un Higuaín o Agüero.

La gente, o gran parte de los aficionado­s “digitales”, quieren que el club traiga “nombres” y no “petardos”. En un ambiente donde domina la pose por encima de lo natural, presumir es lo que cuenta, y lamentable­mente un “desconocid­o”, por más atributos que pueda tener, ligerament­e se desecha. Es la tabla de medición que rige en la tribuna.

A Albertengo, mínimo, se le debería extender el beneficio de la duda. Rayados no tiene un sustituto de Funes Mori, quien presenta una afectación en uno de sus gemelos que no le deja cerrar bien los partidos.

Mohamed piensa que con Albertengo, por sus caracterís­ticas, puede respaldars­e y contar con más opciones dentro del área. Es una apuesta sensata y pensada. Incluso, temporal, mientras se soluciona lo del “mellizo”.

Albertengo no es la gran “bomba”, pero tampoco una miseria futbolísti­ca. Mohamed y Davino se pueden equivocar, pero más se equivocan quienes desde el prejuicio esperan que eso ocurra antes de comprobar.

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