¿Vivimos en una simulación?
Usted sin duda recuerda la película de ciencia ficción “Matrix”, cinta dirigida por los hermanos Wachowski que fascinó e intrigó a tantos, y cuya trama central es que el mundo tal como lo conocemos es sólo una ilusión y que los seres humanos vivimos engañados en una realidad virtual generada por la “Matrix”, un programa de computadora que ha sido construido para controlar nuestra voluntad, que estimula los cerebros y los engaña para creer que vivimos vidas normales comiendo, durmiendo, trabajando e interactuando juntos, pero ciegos acerca de cómo y por qué existen. Una realidad en donde todo lo que los humanos ven, sienten, huelen y oyen es parte de esta construcción virtual, pero que no existe en la realidad.
La película pertenece por supuesto al género de ciencia ficción, o al menos eso creemos. Y es que hace apenas unas semanas, investigadores de varias universidades del mundo (Southampton, Waterloo y la Perimeter Institute, entre otras) publicaron en la revista “Physical Review Letters” la idea de que vivimos en un universo holográfico. Físicos teóricos y astrofísicos involucrados investigan las irregularidades en el fondo del “resplandor” del y han encontrado pruebas sustanciales que apoyan una explicación holográfica del universo.
Kostas Skenderis, profesor de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Southampton, dice que los humanos viven apenas en un plano bidimensional. El profesor Skenderis asegura que, durante las últimas décadas, los avances en la observación del universo y la teoría de campo cuántico encontraron que algunas de las teorías cuánticas más simples podrían explicar casi todas las observaciones cosmológicas del universo temprano. Dice que “La holografía es un gran salto adelante en la forma en que pensamos acerca de la estructura y la creación del universo”. Los científicos han estado trabajando durante décadas para combinar la teoría de Einstein de la gravedad y la teoría cuántica. Algunos creen que el concepto de un universo holográfico tiene el potencial para conciliar los dos.
Aseguran que algunas de las razones para creer que el universo es una simulación incluyen el hecho de que se comporta matemáticamente y se divide en pedazos (partículas subatómicas) como un videojuego pixelado. Incluso las cosas que consideramos continuas –tiempo, energía, espacio, volumen– tienen un límite finito para su tamaño. Si ése es el caso, entonces nuestro universo es computable y finito. Esas propiedades permiten simular el universo.
Esta teoría ha atraído a filósofos, físicos y tecnólogos (entre ellos Elon Musk, fundador de Tesla Motors y Space X) quienes están considerando esta posibilidad, de que nuestro mundo, lo que sentimos, vemos y oímos se trate solo de una especie de videojuego, de la “Matrix” que proponían los hermanos Wachowski. Que los famosos serían supuestas fallas de la “Matrix”.
Pero no todos están convencidos de esta hipótesis. Max Tegmark, profesor de Física en el MIT, dice que esto no tiene sentido y afirma: “¿Es lógicamente posible que estemos en una simulación? Sí. ¿Estamos en una simulación? Yo diría que no, tenemos muchos problemas en física y no podemos culpar a nuestra incapacidad para resolverlos a una simulación”. Por su parte, la física teórica de Harvard, Lisa Randall, es aún más escéptica y dice: “No veo que realmente haya un argumento para eso”. “No hay evidencia real”, sostiene.
La idea por supuesto suena descabellada. Asumir que nuestra realidad no es tal y que probablemente vivimos en una simulación es algo que raya en la locura. Y es que hasta hoy, uno jamás cuestiona la realidad, tampoco la contradice. La acepta tal como es, sin cuestionamientos, sin dudas acerca de ella. Si lo veo, lo siento, lo oigo y lo pruebo es que es real. Pero en el mundo suceden cosas tan extrañas e ilógicas, que bien decía Nietzsche que “En la realidad no ocurre nada que corresponda rigurosamente a la lógica”.
Así que no lo sabemos, quizás estamos ante una de esas teorías locas como la que le atribuían a Copérnico cuando descubrió que la Tierra no era el centro del universo, entonces una idea tan profunda que ni siquiera se pensó como una suposición.
@marcosduranf www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion
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Es cierto. El actor deja de ser quien es para convertirse en otro ser. Renuncia a ser lo que es –Antonio, Pedro, Juan– para ser lo que es: actor.
Yo lo fui en un tiempo. Quizás aún lo soy: quien una vez subió al palco escénico ya nunca baja de él. Ciertamente todos actuamos en el teatro de la vida. Es decir todos mentimos. “¡Qué gusto verte!”. “¡Qué bien te queda ese vestido!”. “¡Leí tu libro y me encantó!”. Los actores, sin embargo, mienten para decir la verdad.
Oí la historia de un actor que se enamoró de la hija de otro actor. Le dijo el padre de la chica: –¡Jamás permitiré que mi hija se case con un actor! –Señor –suplicó el pretendiente–, antes de negármela le ruego que me vea actuar.
Accedió el veterano actor, y fue a ver en el teatro al muchacho. Acabada la función le dijo:
–Puedes casarte con mi hija. No eres actor.
¡Hasta mañana!...