La inteligencia es artificial
Durante décadas, algunos científicos han advertido que la inteligencia artificial terminará un día con la humanidad. Hollywood ha impulsado esta idea al llevar a la pantalla grande las obras de Arthur C. Clarke, de quien ayer se cumplió un año más de su muerte. Clarke fue el autor de “Odisea del Espacio”, llevada al cine por el gran Stanley Kubrick. En este filme, la computadora HAL 9000 toma decisiones por su cuenta saboteando la nave Discovery I. La misma temática aborda “Yo, Robot”, obra del divulgador científico de origen ruso Isaac Asimov, quien puso en discusión el conflicto moral del control que un día los robots pudieran tener sobre los humanos. La más famosa es el bodrio cinematográfico “Terminator”, con la computadora Skynet desatando la destrucción del hombre.
Estos escenarios catastróficos surgieron de nuevo la semana pasada tras una entrevista que el profesor Stephen Hawking (fallecido el pasado 14 de marzo) diera a la cadena inglesa de noticias, la BBC. A manera de profeta, el prestigiado doctor Hawking, que hasta el año 2009 ocupó la “Cátedra Lucasiana” en la Universidad de Cambridge, la misma que Isaac Newton impartía hace 345 años, alimentó el debate declarando que los esfuerzos por crear una inteligencia artificial avanzada podrían poner en peligro la supervivencia de los seres humanos. Y es que para el gran físico británico, los avances en ese campo significarían nuestro fin como especie si los sistemas artificiales llegaran a superar en inteligencia a las personas, algo que por cierto se antoja muy sencillo.
Stephen Hawking, quien durante años trabajó desentrañando el Universo y las leyes que le gobiernan, demostrando que la teoría de la relatividad implica que el espacio y el tiempo han de tener un principio, dijo que los robots “podrían llegar a tomar el control y podrían rediseñarse a sí mismos” para desbancar a los humanos.
Hawking, autor de obras de divulgación científica como “Breve Historia del Tiempo” y “El Universo en una Cáscara de Nuez”, ofreció hace días una rueda de prensa en Londres para presentar un nuevo que le permitirá comunicarse a una mayor velocidad. Como sabemos, el físico teórico padecía esclerosis lateral amiotrófica que redujo por completo su movilidad, y gracias a un nuevo sistema desarrollado por la compañía Intel pudo comunicarse con mayor fluidez y multiplicar por 10 su productividad. En ese contexto de inteligencia artificial, el científico subrayó que los sistemas inteligentes desarrollados hasta ahora han resultado útiles para la humanidad, aunque advirtió sobre la posibilidad de que en el futuro puedan suponer un peligro. “Los humanos, que están limitados por la evolución biológica, no podrían competir y quedarían suprimidos” por los robots, dijo Hawking. Habló también de los peligros que puede acarrear Internet y resaltó que las compañías de telecomunicaciones deben “hacer más” para “contrarrestar las amenazas” que pueden propagarse a través de la red.
Tras la declaración del profesor Hawking, de inmediato surgieron los llamados a reflexionar y a repensar sobre este dilema ético, científico e incluso filosófico. La mayoría lanzó la voz de alarma, pero algunos cuantos plantearon que la inteligencia artificial nos puede proveer posibilidades infinitas en lo que para muchos supone el fin del mundo. Por ejemplo, quizás una superinteligencia nos ayude a resolver problemas que hasta ahora la “inteligencia humana” no ha podido.
O es que ¿nos parece muy inteligente que casi la mitad de la población humana sea pobre? ¿O que estemos destruyendo nuestro medio ambiente? ¿Será muy inteligente llevar un modo de vida que nos enferma hasta matarnos? ¿Le parece muy brillante perseguirnos y eliminarnos por creencias religiosas? No lo pongamos jamás en duda: hasta ahora, la inteligencia artificial ha sido derrotada con facilidad por la estupidez humana. Así que la pregunta de que si algún día los robots dominaran el mundo, si la inteligencia artificial podría suponer el fin de la humanidad, se responde en forma sencilla: la inteligencia humana, que es más bien artificial, se adelantó hace mucho a los temores del profesor Hawking.
@marcosduranf www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion
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El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis. Cuando lo tuvo en su presencia le preguntó: –¿Cómo has estado? Respondió con inquietud el señor equis: –Bien. Le informó el Funcionario del Estado: –Deberás pagar el Impuesto que se cobra al que está bien. Pasó una semana, y de nueva cuenta el Funcionario del Estado llamó al señor equis. Le preguntó otra vez: –Cómo has estado? Temeroso, respondió el señor equis: –Mal. Dijo el Funcionario del Estado: –Deberás pagar el Impuesto que se cobra al que está mal. Y añadió: –No pienses tonterías. También hay un Impuesto que se cobra a los que están regular.
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