Un cuarto de plancha

Para que esta tarea resulte más agradable, aprovecha al máximo el espacio y decóralo con muebles funcionales.

Aprovecha un mueble viejo para crear tu propia tabla de planchar. Puede ser una antigua mesa de cocina restaurada.

Para facilitar el planchado incorpora un tapete de espuma forrado con una tela blanca. Además puedes colocar cestas para acomodar la ropa planchada.

Fija una barra con perchas cerca de la zona de plancha así podrás colgar las chaquetas y camisas según las vayas planchando y evitarás que se arruguen. Si no dispones de mucho espacio elige un modelo extraíble.

Los armarios con baldas son muy prácticos para almacenar la ropa de casa limpia. Si tu cuarto de plancha es pequeño, decídete por modelos con puertas corredizas son igual de útiles y no ocupan espacio al abrirlos. Destina cada entrepaño a un tipo de ropa: toallas, sábanas, materiales... y decórala.

La correcta organización del espacio de almacén resulta imprescindible en la zona de plancha. Para hacer más cómodo el trabajo y evitar posturas perjudiciales para la espalda, lo mejor es tener los elementos esenciales a mano, y no realizar desplazamientos inútiles.

PLANCHERO CON RUEDAS Se trata de un carrito que incluye la tabla de la plancha en la parte superior, y baldas inferiores para dejar la ropa, las perchas, la plancha...

TABLAS PLEGABLES Existen armarios de unos 10 cm de fondo con un mecanismo abatible para la tabla de la plancha. Otra opción son las tablas extraíbles que se ocultan tras un falso cajón.