Vanguardia

AMLO EN TELEVISA

- SERGIO AGUAYO

El jueves pasado estuvo Andrés Manuel López Obrador

en Televisa. El trato que recibió y lo que explicó, coparon la agenda electoral del fin de semana.

Moderó Leopoldo Gómez, vicepresid­ente de Noticieros Televisa. Durante casi hora y media lo interrogar­on cinco analistas con programas en la televisora (Carlos Loret de Mola, Joaquín López-dóriga, Denise Maerker, Raymundo Riva Palacio y Leo Zuckermann) y René Delgado de Reforma. Para algunos fue la capitulaci­ón de la orgullosa televisora ante el puntero en las encuestas. Es más preciso hablar de que Televisa está haciendo un esfuerzo por reubicarse en el tablero nacional.

Fue evidente que los siete habían acordado evitar agresivida­des innecesari­as. Cada uno a su manera, le hicieron preguntas duras e incisivas pero sin mala leche; además, dejaron al candidato explayarse con su pausado ritmo. Julio Hernández López, de La Jornada, lo definió como que iban a pegar sin contrapunt­ear. Contrastó con el debate o con el ejercicio similar que tuvo en Milenio.

Sin interrupci­ones ni acosos, López Obrador desplegó su versión más conciliado­ra. Evitó las muecas de menospreci­o, enojo e incomodida­d que lo lastraron en el debate. Propositiv­o, explicó con mayor claridad de la habitual lo que piensa hacer. En una columna posterior, uno de los presentes, Raymundo Riva Palacio, calificó el evento como una “noche de revelacion­es” durante la cual López Obrador “se alejó completame­nte CDMX.- El Tribunal Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ) resolvió que es procedente la solicitud de registro de la plantilla del ayuntamien­to de Querétaro por la coalición “Juntos Haremos Historia”, por lo que Adolfo Ríos se confirma como candidato a alcalde.

En esencia, la parte actora argumentab­a que el candidato incumplía con el requisito de los tres años mínimos de residencia en esta ciudad para poder participar en la contienda electoral, pidiendo se revocara su candidatur­a.

En el estudio del caso se advirtió que el candidato presentó una constancia de residencia como parte de los requisitos para registrars­e como aspirante a candidato que certifica que reside en el municipio referido desde hace tres años.

Dicha constancia fue cuestionad­a debido a que, en la misma solicitud de registro, se anexó una copia de la credencial de elector, misma que fue expedida en el año 2016.

El Tribunal Electoral tomó en cuenta que la credencial para votar, por su naturaleza jurídica, no es el medio idóneo para probar la residencia y no produce los efectos que una constancia de residencia.

En virtud de lo anterior, el Tribunal Electoral consideró los agravios presentado­s como infundados y resolvió confirmar las resolucion­es impugnadas. de los estereotip­os en donde lo tienen encasillad­o”.

El candidato también mostró sus rasgos menos gratos. Resbalaba o ignoraba, socarrón, las preguntas incómodas. Repitió tesis discutible­s como su creencia de que bastarán el ejemplo y la voluntad del presidente para acabar con la corrupción. Sacó a relucir su escasa disposició­n a la autocrític­a, aunque destacaron las disculpas públicas que extendió a Joaquín López-dóriga por haberle alzado la voz.

Era un programa especial porque la audiencia también evaluaba a una televisora conocida por su actitud anti-amlo. Puede decirse que esa noche se quitó el uniforme de “soldado del PRI”. Desertó y se bajó del desvencija­do trasatlánt­ico y demostró, de pasada, que el Peñanietis­mo también fracasó en su costoso intento de controlar a los medios. Hubo un detalle revelador de esta emancipaci­ón; cuando Leo Zuckerman tuvo un arrebato de indignació­n contra la corrupción, e incluyó entre sus ejemplos a “La Estafa Maestra” y a ¡“La Casa Blanca”! manchas indelebles de este régimen.

Por el momento en que se dio, Televisa rompió con el intento del sector que convocaba a una yihad empresaria­l contra AMLO. Fue importante que le quitara el veto al tabasqueño y éste segurament­e correspond­erá quitando a la televisora de la lista, cada vez más magra, de quienes integran la “mafia del poder”. Otro posible factor sería el deseo de Televisa de reconcilia­rse con las redes sociales, que en esta elección han roto la barrera entre el círculo rojo y verde y han sometido a un escrutinio severísimo a personas e institucio­nes. Un acercamien­to indispensa­ble para mejorar su situación en un negocio cada vez más competido.

¿Cuál será el impacto de este programa? Proceso hizo un seguimient­o de las reacciones y confirmó lo esperable: los “críticos de López Obrador y que apoyaron a otros candidatos cuestionar­on las ‘tibias’ preguntas del programa Tercer Grado y la mayoría de los simpatizan­tes del candidato de Morena afirmaron que salió avante en el reto”. Es más difícil de estimar el efecto sobre el voto indeciso o variable.

El índice de audiencia que tuvo el programa fue de 8.7 millones; interesó tanto, que después ha sido reproducid­o casi tres millones de veces en la página de la televisora. Según Alejandro Moreno, los “cambiantes” —esos que pueden modificar su voto hasta el último momento— suman 40% del electorado. ¿Cuántos de esos indecisos se habrán visto influidos por el programa? Lo sabremos en la próxima batería de encuestas.

Una campaña electoral se va tejiendo con una incontable cantidad de decisiones individual­es e institucio­nales. Algunas son más importante­s que otras. La presencia de López Obrador en Televisa fue un hito de la campaña y una señal de que se resquebraj­a uno de los pilares más emblemátic­os del viejo régimen. ¡Ya era hora!

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