Vanguardia

‘SECUESTRAN’ POR ERROR A JOVEN, POLICÍAS ENCAPUCHAD­OS

- REDACCIÓN #ABUSO

Sin rencores. Sin resentimie­nto.

Francisco ya está en casa, rodeado de la familia

que tanto lo quiere.

Con lágrimas, Juana Alicia Urbina García lanza una plegaria al cielo, agradece que su hijo haya aparecido con vida mientras repite: “yo los perdono, y doy gracias a la Virgencita que mi hijo está bien”.

Lo que se vivió la noche del miércoles en el hogar de Juana, en la calle Madroños, de la colonia Loma Linda, fue un claro ejemplo de un abuso de autoridad, comenta Francisco Casas García, quien fue torturado por los encapuchad­os que lo llevaron a la fuerza en una camioneta, luego de sacarlo a rastras de su casa.

Juana relata la escena con lujo de detalles: “Llegaron tocando, diciéndono­s que querían hablar con mijo, salió mi esposo y él (Francisco) y ahí en la entrada les dijeron que querían hablar con él y que necesitaba­n que los acompañara, pero obviamente él no salió por miedo”, recuerda.

Entonces se desató el infierno. Los encapuchad­os, presuntos agentes de la Fiscalía General del Estado, entraron al domicilio y expusieron al peligro a varios menores de edad, sacando a Francisco a quien arrastraro­n para llevárselo. Juana recuerda que se descontrol­ó y cayó casi desmayada mientras se llevaban a su hijo.

“Me llevaron en una camioneta, me taparon la cara con una bolsa y me dieron de golpes en la nuca, me decían que me iban a matar, que yo ya se las debía, que venían por mí”, relató Francisco, quien fue privado de su libertad por una hora y media, hasta que los supuestos policías se dieron cuenta de su “error”.

Francisco aseguró que ya lo han confundido en otras ocasiones y, aunque reconoce que no es un santo, dice tener desde hace tiempo la conciencia tranquila, pero sigue siendo blanco de abusos por los que pide que se haga justicia y se lleve a un debido proceso a las autoridade­s.

El alma le regresó a Juana y a su familia pasadas las 10:00 de la noche, cuando Francisco se comunicó con ellos para decirles que estaba en las celdas municipale­s. Fue dejado en la Comandanci­a de la colonia Nueva Tlaxcala, bajo el cargo de portación de arma blanca.

La puesta a disposició­n fue firmada por agentes de las unidades DSZ-49 y DSZ-47.

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