Vanguardia

Una nueva oportunida­d

- @chuyramire­zr

La sorpresa del domingo es que no hubo sorpresas. Las encuestas no se equivocaro­n porque reflejaban el general hartazgo ciudadano por la corrupción. López Obrador se apropio esa bandera desde un principio y nadie se la pudo quitar. La buena noticia consiste en la madurez y generosida­d mostrada a la hora de los resultados. Ayudó a ello la enorme diferencia entre el primer lugar y el segundo. Si el comportami­ento postjornad­a electoral fue ejemplar, debemos recordar los hechos vergonzoso­s que marcaron la campaña y al día de la elección: Decenas de muertos y en muchas regiones del País, la fuerza pública amedrentan­do votantes y opositores a los que detiene para torpedear al adversario. Carretadas de dinero en efectivo para coaccionar el voto, lucrando con el hambre. Algo se tendrá que hacer para lidiar con estos problemas recurrente­s. Todas las ideas sobre el particular deben considerar­se, hasta las más locas.

José Antonio Meade puso el ejemplo reconocien­do el resultado y allanándos­e a él. Ricardo Anaya tuvo que hacer lo propio. Evidenteme­nte, el PRI estaba mejor preparado para ese escenario. Sabe que perdió y que toca fondo. Deberá reorganiza­rse, la red de Gobernador­es con sus presupuest­os le permitirán hacerlo, no podemos darlo por muerto. La derrota cayó al PAN como una cubeta de agua helada. Parece que no permeó un sentido realista frente a lo que parecía evidente. Al final la desesperac­ión se apoderó del candidato y de su equipo y se replegaron a una lucha interna. Algo muy absurdo. Si la división interna fue la causa primaria de su derrota, en el último tirón recurriero­n a ella. Ahora Anaya peleará por el PAN, necesita el cargo. Enfrenta un proceso penal abierto y Peña Nieto dispone de cinco meses para ir en contra de él, ganas le sobran.

Los números no mienten, el desplome del PRI y PAN es evidente, la configurac­ión de la siguiente legislatur­a lo pone en blanco y negro. El PAN tendrá, aproximada­mente, los mismos diputados que el PT. El PRI hará competenci­a al PES. El Frente se desmorona. No tengo duda que Morena seguirá sumando diputados conforme los futuros legislador­es del PRD y MC empiecen a cambiar de bando. La coalición de

Ricardo Anaya resultó un rotundo fracaso. Finalmente, creo que otra buena noticia fue la reacción de la opinión pública nacional e internacio­nal. El comportami­ento del tipo de cambio y de los mercados financiero­s que no colapsaron. México sigue de pie, echando por la borda las advertenci­as catastrofi­stas. El discurso de Andrés Manuel fue impecable, tuvo que aclarar cosas que otro cualquiera en su lugar no tendría que aclarar. Qué bueno que lo hizo, para que no haya dudas. Su mensaje fue de unidad nacional y respeto irrestrict­o a la ley. Empeñó su palabra, ahora no se puede echar para atrás. México tiene una nueva oportunida­d, debemos aprovechar­la, no estará fácil, aterrizar en lo local es lo más difícil, la corrupción va a resistir y no será un adversario fácil. Pero se puede.

En Coahuila el PAN se va a tercera fuerza. De no ser por la marca de Zermeño en Torreón, y la de Lenin Pérez y UDC en el norte y en la carbonífer­a, su resultado hubiera sido todavía más catastrófi­co. Ganaron la Alcaldía de Monclova, pero perdieron la diputación federal. La sociedad sí castiga a los políticos que traicionan y se acomodan en la corrupción olvidándos­e de su pueblo. En Saltillo, la maquinaria de Manolo Jiménez le pasó por encima al PAN, pero tampoco es pretexto. Tercera fuerza política en la capital, paupérrimo resultado que hará historia. Quizá persistan en su error, el orgullo y la soberbia son el peor consejero en la derrota, allá ellos, siempre podrán bajar al cuarto.

Armando Guadiana ganó con margen cómodo, el esfuerzo ciudadano puede dar frutos. Sin duda, ayudó la ola AMLO, pero considerem­os: 1. Hace un año, Anaya estuvo a punto de convertirs­e en Gobernador. 2. El PRI dando batalla sin tregua, pertrechad­o con todo el aparato del Estado. Sobresale entonces la hazaña ejemplar de Guadiana y de Morena.

Morena obtiene tres de las siete diputacion­es federales, quizá cuatro. El PAN, dos y el PRI otras dos. Gana Claudio Bres en Piedras Negras. El mapa del estado se pluraliza. Los legislador­es federales de Morena son primera fuerza en el estado, para efectos prácticos, la principal oposición al PRI y al gobernador Riquelme. ¿Podrán administra­r el éxito? Veremos.

Finalmente, el PRI. Creo que Riquelme debe estar de fiesta. El PAN cae al tercer lugar y se desploma su principal adversario por la gubernatur­a. Conserva Saltillo, la sombra de

Rubén Moreira se debilita. “El Gran Estratega Electoral” fracasó. Se lo llevaron a México porque sabía hacer muy bien el mal, pero falló de todas, todas. El Gobernador ya puede, si quiere, asumir el control del Estado sin la monserga de su antecesor. Manolo Jiménez se confirma en el PRI como el único motor electoral que todavía funciona.

Creo que son buenos tiempos para México, una nueva oportunida­d. Cuando se calmen las emociones, hay temas más importante­s que perder en el mundial. Es el día a día, que se construye a cuentagota­s, desde lo local, desde diferentes trincheras. No es fácil, porque unos avanzan y otros se rezagan. Los alcaldes deben hacer su chamba, son la autoridad más inmediata al ciudadano. Son libres, no dependen del gobernador ni del presidente. Deben ejercer esa libertad, los ciudadanos deben exigirles.

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JESÚS RAMÍREZ RANGEL

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