Vanguardia

Catorce días sin Fuero en Coahuila

- LUIS CARLOS PLATA @luiscarlos­plata

Detecta ASE desfalco por $475 mdp en sexenio pasado.

En el sexenio presidenci­al de “La Estafa Maestra” (2012-2018), caracteriz­ado –entre otros delitos– por el desvío sistemátic­o de recursos (7 mil 670 millones de pesos) a través de la simulación de contratos públicos con proveedore­s inexistent­es, Coahuila no se quedó atrás.

Y no podía ser de otra manera. Al fin priista, la entidad –a través de sus representa­ntes– actuó en sintonía con el Gobierno Federal, pues la Auditoría Superior del Estado (ASE) ha concluido –casi dos años después de que Grupo Reforma descubrier­a el caso– que hubo un desfalco por 475 millones de pesos (y no 410 como se había informado inicialmen­te, en diciembre de 2017) producto de “14 ó 15” empresas denominada­s “fantasmas” (legalmente constituid­as pero carentes de recursos humanos y materiales para proporcion­ar cualquier servicio, más allá de emitir una factura).

No sólo eso, “a finales de junio, o principios de julio”, en palabras del Auditor Superior, la ASE denunció penalmente ante la Fiscalía “a quien resulte responsabl­e” por el daño patrimonia­l correspond­iente a los ejercicios fiscales 2014, 2015 y 2016 (año en que aparenteme­nte concluyó la sangría de recursos tras ser descubiert­o el asunto).

Aunque de la Fiscalía General se turnarán a la Fiscalía Anticorrup­ción, un ente burocrátic­o y caro que a la fecha ha demostrado ser útil para cualquier asunto excepto para lo que debería ser su cometido: hacer justicia, el tema revelado se torna interesant­e por una correlació­n de factores.

Como todo mundo sabe, inmediatam­ente después de dejar la gubernatur­a, en 2017, Rubén

Moreira se integró al Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Luego en el proceso electoral escaló posiciones hasta llegar a la Secretaría General hace un mes. El jueves pasado, sin embargo, renunció a su cargo y con ello al auténtico fuero, en la praxis.

Entre la fecha mencionada, 16 de agosto, y el 1 de septiembre que protestará la nueva Legislatur­a en la cual fungirá como diputado federal por la vía plurinomin­al, hay 14 días. Catorce días sin fuero. Nunca como hoy había estado expuesto, carente de blindaje, sin ese yelmo virtual. Trazando una línea del tiempo a partir del 1 de diciembre de 2005, fecha en que su hermano asumió la gubernatur­a de Coahuila, no se había producido un momento coyuntural tan importante.

En Chihuahua y Veracruz – empujados por la alternanci­a en la administra­ción estatal– se descubrió la cañería. Una red organizada. Por menos (415 millones de pesos desviados mediante 33 empresas fantasmas), el Gobierno de Veracruz denunció a Karime Macías, esposa del exgobernad­or Javier

Duarte, recluido actualment­e. También por mucho menos (250 millones de pesos) el priista coahuilens­e Alejandro Gutiérrez está preso en Chihuahua. Otros involucrad­os en ambas entidades ocuparán una curul hasta el 31 de agosto. Por ello no se les ha podido indiciar. A partir del 1 de septiembre –si hay interés– inicia la cacería.

CORTITA Y AL PIE

No se puede soslayar la actuación de la Auditoría Superior del Estado. Se trata de la misma dependenci­a que ordenó reservar por nueve años, con motivos absurdos (estar en proceso de fiscalizac­ión), la informació­n relativa a la cuenta pública 2010 (año en que desapareci­eron 18 mil millones de pesos).

Asimismo en abril 27 de 2012 la ASE presentó una Controvers­ia Constituci­onal (CC-3/2012) al Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) contra la resolución RR00039011 del ICAI, expediente 545/2011, que le ordenaba entregar copia de todos los documentos que integran la cuenta pública del Poder Ejecutivo durante 2010 al Grupo Reforma, que así lo solicitó en octubre 31 de 2011. Pese a que el TSJE decidió sobreseer la demanda en julio 2 del mismo año (en otras palabras, puso fin al juicio sin emitir una sentencia), la ASE nunca entregó nada concreto al solicitant­e.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS

Por lo demás, sin protección de la cúpula partidista, un PRI en sus horas más bajas de la historia y a punto de la extinción, con un correligio­nario presidente en funciones borrado del mapa, una denuncia penal en curso, y 14 días sin fuero, se presenta una oportunida­d para desdibujar ese ominoso periodo de la historia estatal conocido como “moreirato”. El círculo se va cerrando. Salvo que, por supuesto, interceda por él Miguel Riquelme, quien le debe nada más una gubernatur­a pero a casi un año de mandato sigue requiriend­o legitimida­d.

Quién le pone el cascabel al gato.

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