UN CERDO ADOLESCENTE
EL CERDO DE BABEL CUENTA YA CON GRAN PRESTIGIO COMO HOGAR DE LA CULTURA EN SALTILLO, EN ESTA NOTA RECORDAMOS SUS INICIOS Y FESTEJAMOS SU LABOR, ACOMPAÑADOS DE ALGUNAS FOTOGRAFÍAS DEL RECUERDO, CORTESÍA DE SERGIO CASTILLO
Celebro que haya en el planeta un lugar con ese grado de inclusión y de espíritu transgeneracional en donde cada vez que traspasas esas antiguas puertas, de esa antigua casa, de ese antiguo barrio, de esta antigua ciudad, sientes que llegaste a casa”. Mabel Garza - Directora de teatro y actriz Viajar por el país ha sido divertido, sin embargo, nada se compara con llegar a casa a tomarte una cerveza rodeada de propuestas innovadoras colgando (o viviendo) en las paredes del Cerdo. Un lugar que se ha transformado en un punto de referencia, de recuerdos, de conocer amigos y, sobre todo, de buen mezcal”. Sofía Figueroa - Músico y coordinadora del área en la SC La música, la atmósfera, la torta cerdo, los buenos amigos, la ecuación perfecta. Desde la primera vez que lo visitas, El Cerdo de Babel te hace sentir como en casa, como en casa pero mejor, parafraseando a Salinger, es como si sus dueños estuvieran todo el tiempo ideando, mejorando, confabulando para hacerte feliz. Marcela Moreno - Promotora cultural
Aunque en años humanos 14 sea un número para quienes apenas están alcanzando la pubertad, en años bar significa haber consolidado un negocio que, en el caso de la Taberna El Cerdo de Babel, es el núcleo y hogar de toda una comunidad cultural.
Cuando, en agosto de 2004, abrió sus puertas el local ubicado en el callejón de Ocampo, a tan sólo unos metros de la Iglesia de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, la oferta de bares era muy diferente.
En una entrevista que Sergio Castillo —uno de los socios fundadores, junto con Jerónimo Valdés— tuvo con VANGUARDIA con motivo de la reapertura de su terraza, hace poco más de un año, nos contó cómo uno de los lugares que más frecuentaban era la Oveja Negra, el cual estuvo abierto cerca de una década.
“Era un lugar donde los que no encajábamos en ningún lado íbamos a terminar, pero era un lugar de rock, no era un lugar de música de propuesta, o con algún guiño de buena gastronomía, era un lugar a donde podías ir a platicar, básicamente”, comentó.
“Aparte mi socio y yo, aunque entonces éramos tres, no habituábamos salir a antros ni nada, teníamos 24 o 25 años, éramos más de estar en la casa de alguien, escuchar música, cocinar, y pensamos que sería muy bien tener un lugar a donde tú llegaras y te sintieras como en tu casa”.
“Así fue como nació, queríamos abrir un lugar donde pudiéramos estar con los compas, escuchar música más alternativa. Queríamos abocarnos al primer punto de la ciudad y nos dimos a la tarea de buscar un lugar que tuviera las características de una casa vieja”.
Ese año, un 26 de agosto —fue jueves—, se sirvió la primera cerveza en el local que antes ocupaba la oficina del Centro Histórico, con una exposición fotográfica de Ignacio Valdez para inaugurar.
Desde entonces son precisamente los artistas quienes más han frecuentado el recinto, y sus administradores quienes reciben con brazos abiertos las muy diversas propuestas de estos creativos.
En sus muros han expues- to destacados autores como Alejandro Cerecero, Armando Meza y Gerardo Rodríguez Canales ”Canales”, además de que ha visto los inicios de las trayectorias de otros tantos, tal es el caso de Daniela Elidett, Roy Carrum, Karla Rangel, Ariel Leviel y Rafael Ortega, con presencia también de Mónica Herrasti, Ricardo Vazoli y Omar Árcega.
Pero la inclusión no termina ahí, pues ya sea al interior o en la terraza, sobre la vía pública, el Cerdo de Babel ha dado la oportunidad a decenas de agrupaciones musicales de darse a conocer en al escena local. Así es como Zafiro Jazz Project, Celtillo Folk, Proto Jam y Simple Collage han llenado de música las noches en el callejón Ocampo.
Aunado a lo anterior el Cerdo es sede de presentaciones de libros, lecturas en voz alta, proyecciones cinematográficas y tal es su crecimiento que ya son parte de la organización de importantes festivales culturales como el Zapal.
Y para coronar todo esto no puede faltar su cocina, pues a pesar de ser primordialmente un bar, muchos de sus clientes frecuentes buscan en su menú calidad y un sabor diferente, desde sus tapas y papas hasta su emblemática Torta Cerdo.
¡FELICIDADES, CERDO!
Su llegada creó una comunidad cuya opinión, en este artículo, no puede faltar, y por ello convocamos a algunos de sus miembros más encariñados con el Cerdo de Babel, quienes expresaron sus mejores deseos a “Checo”, “Jero” y a todos los que conforman esta familia.