‘COTSA ECHÓ ABAJO LOS CINES, LOS FUNDIÓ’
La Compañía Operadora de Teatros metió las manos en la administración de los cines de México, y los desaparecieron
La Compañía Operadora de Teatros y Salas, (COTSA) fue quién llevó a la quiebra a los dos cines: Palacio y Florida, señala don Augusto, quien fuera administrador de los cines Palacio y Florida.
Después de que el cine Florida haya sido de los primeros en forma dentro de la capital, después del Cine Obreros y el Cine Palacio, terminó trasmitiendo pornografía, cuando dicha compañía se hizo cargo.
El Cine Palacio fue el primero que se rentó a la compañía Operadora (COTSA), mientras que el cine Florida era rentado por la Universidad Autónoma de Coahuila.
Muchas de las salas de cine en México terminaron siendo parte de COTSA, misma que fue criticada en sus tiempo por no dar mantenimiento y aumentar el precio de las entradas.
La familia decidió rentarla pues cada vez era más difícil conseguir películas: la compañía acaparaba la mayoría de los contratos. Antes de eso, don Gabriel Orozco conseguía las cintas con una distribuidora de Monterrey.
En aquellos años, tener un cine ya no significaba negocio. Los centros de renta de videos, en los 80, y las piratería, restaron popularidad a la salas de cine. El concepto dejó de innovarse.
COTSA se hizo cargo de la mayoría de las salas del país y después en la administración de Carlos Salinas de Gortari, se privatizó.
La familia decidió terminar relación de arrendamiento por la cantidad de irregularidades que se tenían con la compañía.
Más tarde, cerró el cine Flo- rida y el cine Palacio, con Augusto Morales como administrador, trasmitía funciones de manera gratuita. La única entrada de dinero era la venta de la dulcería.
Se intentó negociar con el gobierno para convertirlo en centro cultural. “Se hizo todo lo posible”, señala explicando la decisión.
“Cuando comenzó COTSA echó para abajo los cines. Los fundió. En los años 80, aproximadamente. Tanto el cine Palacio como el cine Florida tuvieron muchos problemas. La misma distribuidora ya no les dio mantenimiento. Ahora, las maneras de trasmitir el cine son diferentes”, dice.
“Es una decisión muy difícil. No sé qué decirte. Lo que pasó con el cine Palacio fue algo inevitable. La situación es que se trata de un cine privado. Se hizo todo lo posible para que tuviera otro destino, pero el Gobierno no pudo inmiscuirse por falta de recursos”, señaló don Augusto.