‘Es Halloween y por eso tomo alcohol’
Esta semana, en mi clase de universidad, observé a una de mis alumnas con una cara muy pálida y le pregunté si se sentía bien. Me contestó: “No maestro, me duele el estómago”. Y le pregunté el porqué, y respondió: “El sábado fui a un antro y tomé mucho alcohol con mis amigas”. Y me dio curiosidad saber por qué se emborrachó y me dijo: “Maestro, estábamos celebrando Halloween y por eso tomamos bastante. No todos los días celebramos este día”. Reflexioné: ¿qué excusa es Halloween para tomar como ella lo hizo?
Hay muchos pretextos para celebrar como un cumpleaños, una graduación, un logro significativo en el trabajo o tener un matrimonio. Pero ¿se justifica tomar en exceso? Mi respuesta es no. ¿Por qué los chicos adolescentes toman alcohol? Hay muchas causas como olvidar penas, sentirse más relajados o simplemente por tener un buen ambiente entre los amigos. La neurociencia nos explica que al tomar cualquier sustancia con contenido de alcohol se activa el núcleo accumbens que se encuentra en el sistema límbico (parte interna del cerebro), y éste a su vez produce el neurotransmisor llamado dopamina que se considera “la droga del placer” y produce un sentimiento de alegría y bienestar en el cerebro.
La dopamina se produce en forma natural de muchas formas, como el hacer ejercicio, tener un logro significativo que requirió de esfuerzo, comer, dormir o leer un buen libro. Sin embargo, cuando el cerebro recibe alguna sustancia tóxica como es la nicotina, videojuegos, alcohol o mariguana, el núcleo accumbens produce más dopamina y hace sentir al cerebro que está en otra realidad. Pero esta sensación es provocada en forma artificial y muchas veces tiene un efecto negativo para la salud. Al acostumbrar al cerebro con altas cantidades de dopamina lo habituaremos a sentirse bien solamente al consumir este tipo de sustancias. Cuando tenga la elección de hacer ejercicio o jugar un videojuego, definitivamente elegirá el videojuego ya que produce mayor dopamina en su cerebro. Y es la adolescencia el periodo más sensible del núcleo accumbens y por consecuencia hay mayor riesgo de adquirir una adicción. De cada 10 personas adictas, nueve empezaron a consumirla durante su pubertad.
Otro factor, es importante evitar la relación entre celebración y alcohol. Desde muy pequeños los niños aprenden que en cualquier festejo para sentirse bien debe haber alcohol entre los adultos. Por eso es común que en cualquier reunión de adolescentes haya altas cantidades de alcohol. Hoy cualquier excusa es suficiente para consumir o vivenciar sustancias o actividades tóxicas que produzcan dosis enormes de dopamina.
Papás, necesitamos enseñar a nuestros hijos a celebrar los logros o festividades usando lo que proporcionan estas celebraciones por sí mismas. Recuerdo hace algunos años, cuando mis sinodales me anunciaron la aprobación de mi tesis doctoral y me felicitaron como doctor, sentí una gran satisfacción por todo el logro obtenido. Todo el esfuerzo y sacrificio vivido en los 4 años anteriores tuvieron su recompensa. No hubo globos ni familiares o amigos para felicitarme. Solamente mi esposa. Pero la alegría que sentí en mi interior fue suficiente y no necesité de nada más. Cuando logré correr 10K en 35 minutos tuve una gran emoción de satisfacción y no necesité que nadie me lo reconociera. Enseñemos a nuestros hijos disfrutar de lo propio y no depender de lo externo para sentirnos felices.
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