El símil del piloto
Junto al del bañista cuando baja la marea, el segundo símil que sugiere un momento de mercado que enfrenta los últimos momentos de un largo periodo alcista, está el símil del piloto.
“Avanzar en un ciclo de mercado es como pilotar un avión”, dice Karen Ward, estratega jefe de JP Morgan AM. “La parte peligrosa, en la que tienes que asegurarte de hacerlo bien, es el despegue y el aterrizaje. Los inversores no deben perder de vista el panel de mandos ni dejarse distraer por las turbulencias normales al atravesar las nieves durante el descenso”, añade.
No hay dos viajes iguales, pero las horas de vuelo suelen ayudar a manejar imprevistos en el aterrizaje. Por eso, los expertos sugieren echar la vista atrás y ver cómo son los patrones de comportamiento de los mercados en las fases finales de las etapas de crecimiento.
Y la conclusión, para aquellos con nervios de acero, es que tampoco conviene retirarse a los cuarteles de invierno antes de tiempo. “El ciclo se encuentra en una fase avanzada, pero la recesión aún no es inminente. Nos inclinamos por mantener un sesgo de crecimiento en las carteras. Eso significa invertir en activos que sistemáticamente han tenido una rentabilidad relativa superior en la última etapa de las expansiones económicas anteriores”, apuntan en Credit Suisse.
En fin, a continuación los expertos consultados ofrecen una descripción detallada de lo que puede pasar con los diferentes tipos de activo.
1.RENTA VARIABLE
La Bolsa se presenta, para la mayoría de gestores, como la alternativa de inversión más interesante de 2019. De
hecho, la renta variable continúa siendo el activo con mayor potencial de revalorización. Pero mantenemos nuestra clara preferencia por las acciones frente a los bonos. El ciclo económico se mantiene sólido; hay desaceleración, pero no recesión.
Desde la salida de la gran crisis financiera, la renta variable estadounidense ha sido la clara vencedora de la mano de los grandes grupos tecnológicos. En 2018 Wall Street contaba con el viento de cola de la reforma fiscal, pero sus principales índices terminaron sucumbiendo al nerviosismo general.
“Debemos ser cautelosos con las compañías con altos niveles de endeudamiento o con aquellas que no pueden aumentar los precios para compensar el aumento de los costos a los que se enfrentan. El sector de las telecomunicaciones es el mejor ejemplo en este sentido.
Y también el efecto de las finanzas y materias primas, que encabezan el crecimiento de los dividendos mundiales, seguidos por alimentación, energía y tecnología.
2.RENTA FIJA
En un marco de mayor volatilidad e incertidumbre, la renta fija debería ser un refugio para aquellos inversores más conservadores. Sin embargo, la política monetaria de los bancos centrales ha cambiado de fase.
Primero, han puesto fin a los estímulos basados en la compra de deuda. El siguiente paso son las subidas en los tipos de interés. La Reserva Federal lleva la delantera (cuatro subidas solo en 2018) y a finales de año se le podría sumar el Banco Central Europeo (BCE).
En este punto, conviene recordar que la rentabilidad de los bonos se mueve de forma inversa a su precio, es decir, si los rendimientos suben, el valor del bono cae por lo que, salvo para aquellos inversores que se limiten a cobrar intereses y esperar al vencimiento, el riesgo de incurrir en pérdidas aumenta.
“La renta fija ha generado rentabilidades impresionantes en los últimos siete años, pero será difícil que estos resultados se repitan en los próximos ejercicios debido a la política de endurecimiento monetario”, reconocen en UBS.
3.DIVISAS
En un momento de mercado tan complejo, donde será difícil cazar rentabilidades que logren batir a la inflación, un factor que se presume clave son los tipos de cambio.
Una apuesta equivocada en las divisas en las que se invierte puede llevarse por delante buena parte de las posibles plusvalías que se obtengan.
El 2018 fue el año del dólar: muy pocas divisas, con la principal excepción del yen japones, lograron hacer doblar la rodilla al billete verde.
Tras la fortaleza mostrada por la moneda estadounidense el pasado año, la previsión más generalizada para 2018
es que se produzca una estabilización o una corrección a la baja frente a otras
divisas como el euro. “Los niveles actuales del dólar son excesivos y creemos que en los próximos meses el deterioro de los déficits de EE UU ofrecerá mejores oportunidades de compra.
4.MATERIAS PRIMAS
El año pasado fue complicado para las materias primas. En el caso del petróleo, planeó el fantasma de la sobreoferta y el precio del barril de Brent —crudo de referencia en Europa— acumuló en octubre un desplome del 35%.
Los expertos creen, sin embargo, que el petróleo podría haber tocado ya un suelo desde el cual rebotar. “El exceso de oferta fue una de las claves de la caída, pero creemos que tanto la OPEP como Rusia tienen margen para manejar la situación mediante una reducción de la producción.
“Algunos factores podrían mantener los precios del petróleo deprimidos en 2019. Entre ellos se encuentra la prueba a la que se enfrenta la alianza entre Rusia y Arabia Saudí, la posible moderación de la demanda energética en el mundo ante el menor crecimiento y una oferta de crudo iraní que podría superar lo esperado”. (El País)