Cruento desenlace
Estamos viviendo el inicio de un posible cruento desenlace del supuesto Rusia-gate. Mañana aparecerá Andrew Mccabe, extitular suplente del FBI, en el programa en 60 minutos de CBS. Tratará de justificar haber participado en el complot de varias agencias de inteligencia del Gobierno de Obama para remover al Presidente Trump.
Hace meses escribí del Obamagate, un escándalo mil veces peor que Watergate. Primero para que Donald Trump perdiera la elección, luego para sacarlo de la Casa Blanca. Bienvenidos a la increíble verdad apoyada por una confesión en “national TV”.
La revelación coincide con la toma posesión el jueves pasado del nuevo Procurador General de Estados Unidos, William Barr. Por mucho el mejor abogado para el puesto porque sirvió a Bush Jr. e hizo fama de honesto y valiente.
A confesión de parte, relevo de prueba. Entre los conspiradores y cómplices de Mccabe hay más de una docena de funcionarios del FBI, CIA y DOJ (Procuraduría) que podrían terminar en la cárcel.
Todo inicia con un “expediente Ruso” armado con dinero de la campaña de la Sra. Clinton, en el que un exespía británico supuestamente consigue conectar a Trump y al Gobierno de Putin.
Luego los conspiradores mintieron a los jueces FISA para obtener permiso para espiar en la campaña de Trump. El problema es que para remover a Trump ya electo, ¡siguieron alimentando el complot!
Ahora Mccabe trata de justificarse. Que él actuó con urgencia porque Trump despidió a James Comey (Director FBI).
Desde el jueves hasta los canales de Fake News anti-trump están difundiedo la bomba noticiosa, quizá intentando quemarla antes de la entrevista de mañana.
Imaginen, funcionarios de diversas agencias de “inteligencia” de los Estados Unidos intentando revertir una elección presidencial. Mccabe está completando el rompecabezas que rebotará contra Obama, quien presumiblemente autorizó la actuación de dichas agencias.
Mccabe acepta a su entrevistador de CBS: “que hubo reuniones en el Departamento de Justicia en las cuales se discutió si el Vice-presidente y una mayoría del gabinete podrían coincidir en remover al Presidente de los Estados Unidos bajo la enmienda 25.” (Incapacidad física.)
Ahí tienen, la pistola humeante (smoking gun), como dicen allá. Una confesión que deja la crisis de poder en Venezuela como cuento para niños de kínder.
La espectacular voltereta del supuesto Rusia-gate no terminará pronto. El repetidor Fiscal General, William Barr, ya fue jefe de Robert Mueller quien fue nombrado por los conspiradores como investigador especial contra Trump en mayo de 2017 y sigue fregando. El abogado de Trump John Dowd le entregó miles y miles de documentos. Se siente traicionado por Mueller.
Ahora Barr deberá pedir cuentas a Mueller: ¿Por qué aceptó investigar el Russia-gate sin un delito visible? ¿Por qué no ha cerrado el caso si siguen si haber una prueba contra Trump? Ah, y eso que llevan treinta millones de dólares gastados.
¿Por qué habiendo sobreabundancia de pruebas de conexiones entre la Sra. Hillary, su campaña, operativos extranjeros y agentes rusos, no se ha dado un solo paso en esa dirección?
Los demócratas tratarán: de darle “spin” a la confesión de Mccabe que saldrá al aire mañana; y seguirán amenazando a Trump desde la cámara baja.
¿Que hará William Barr? Deberá iniciar una investigación contra todos los conspiradores. Deberá convocar un jurado federal. Deberá sanear el Departamento de Justicia politizado en extremo por Barack Obama.
Sobretodo, el nuevo Procurador deberá asegurarse que se haga justicia. Llevar a juicio a quienes a base de juramentos y testimonios falsos ante autoridades judiciales obtuvieron órdenes espiar y desprestigiar una campaña presidencial para luego tratar de remover al ganador de una elección presidencial.
Las excusas de Mccabe no proceden. Cualquier abogado sabe que la enmienda 25 habla de una inhabilitación física. Tampoco actuaron de buena fe porque ellos los inventaron el “informe Ruso” contra Trump. Finalmente le mintieron a un juez. Allá eso tiene consecuencias cruentas.