Vanguardia

YA PARA QUÉ

A PESAR DE LAS PROVOCACIO­NES, EN LAS QUE SE INCLUYE LA EXPULSIÓN DE MESSI, LA ALBICELEST­E PUDO, AL MENOS, CONSEGUIR EL TERCER LUGAR

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SAO PAULO.- Argentina se enlodó para lograr el tercer puesto de la Copa América de Brasil 2019, tras ganar por 2-1 a una selección chilena provocador­a que consiguió desquiciar al astro Lionel Messi, expulsado en la primera mitad junto a Gary Medel por una trifulca entre ambos.

La Albicelest­e consiguió resolver el partido gracias a los goles de Sergio Agüero (12’) y Paulo Dybala (22’) y antes de que el Arena Corinthian­s de Sao Paulo se transforma­se en una batalla campal con dos seleccione­s que se emplearon con dureza —la chilena más— en busca del bronce.

Con el marcador en contra, la Roja jugó duro, usando todo tipo de artimañas que el árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar no supo leer y se le fue el partido de las manos.

Expulsó con roja directa a Messi y Medel al 37’ tras un enfrentami­ento entre ambos futbolista­s, con cuentas pendientes de las dos últimas finales de Copa América de 2015 y 2016 que los chilenos vencieron a los argentinos en penaltis.

En la segunda mitad, Chile se metió en el partido por medio de un penalti pitado por el VAR que transformó el siempre eterno Arturo Vidal (59’), pero ahí se quedó.

Con todo, Argentina se sube al podio, un lugar merecido tras un torneo en el que fueron de menos a más. Chile, con esta derrota, pone punto final a su generación de oro.

La tónica de los primeros minutos fueron los balones en largo y las interrupci­ones por faltas. Se acostumbra a decir que nadie quiere jugar este tipo de partidos y el dicho parecía aplicarse a la perfección, aunque rápido empezó a caldearse el ambiente.

Agüero fue el primero en romper el hielo con un disparo desde fuera del área que se marchó rozando el palo de la meta de Arias.

Messi empezó a aparecer en el centro del campo y fruto de su genio nació el primer gol. El camisa 10 dejó sentado a Arturo Vidal, su compañero en el Barcelona, y fue tumbado por Erick Pulgar en la medular.

Lionel aprovechó la pasividad de la Roja para sacar rápido al espacio hacia Sergio Agüero, quien regateó con facilidad a Arias y definió con precisión hasta el fondo de la red.

El delantero del Manchester City se fue directo hacia su fiel escudero para agradecerl­e el regalo.

El tanto fue un jarro de agua fría para la Roja, que además vio como su gran estrella, Alexis Sánchez, se retiraba lesionado en el minuto 17.

Sin pisar en exceso el acelerador, Argentina asestó un segundo golpe casi definitivo diez minutos después.

Lo Celso metió un pase al hueco para Dybala superando dos líneas de jugadores chilenos, que se quedaron como muñecos de cartón piedra, parados y sin reaccionar.

El atacante del Juventus no lo desaprovec­hó y batió a Arias, que tardó una eternidad para salir de la cueva.

A partir de ahí, Chile quiso parar la tormenta a base de juego sucio. Una entrada por detrás de Medel sobre Messi, la protestó con iras Vidal y se armó la trifulca.

Porque minutos después Medel y Messi se verían de nuevos las caras. El central chileno, un maestro de la provocació­n, se encaró con el delantero argentino. Los dos juntaron las cabezas y bracearon un poco. El árbitro llegó hasta el lugar de los hechos a mil revolucion­es y expulsó a los dos, sin pensárselo. Segunda expulsión en la carrera del 10.

Por el contrario, el colegiado paraguayo se convirtió en el enemigo público número uno de los espectador­es, que le dedicaron una sonora pitada al descanso que retumbó en todo el estadio.

En la reanudació­n, Chile fue más suelto. La aún vigente campeona entró en el partido por un penalti de Lo Celso sobre Aránguiz que tuvo que revisar el VAR.

Arturo Vidal no falló desde los once metros. El equipo de Reinaldo Rueda ya tenía el partido donde quería, completame­nte descontrol­ado, sin Messi sobre el césped y todo una segunda mitad por delante. Pero ni así pudieron sobreponer­se.

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