Vanguardia

EL NO PETRÓLEO ES FÓSIL

LOS CIENTÍFICO­S CREEN QUE EL PETRÓLEO Y EL GAS NATURAL —LOS LLAMADOS ‘COMBUSTIBL­ES FÓSILES’— NO SE ORIGINARON DE FUENTES BIOLÓGICAS ASOCIADAS A LA MUERTE DE LOS DINOSAURIO­S Y A LOS GRANDES BOSQUES ENTERRADOS EN EL PASADO. HAY UNA NUEVA TEORÍA EN EL VECIND

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Las investigac­iones geológicas han demostrado que las cuencas petroleras más ricas del mundo se originaron al final de la Era Mesozoica, hace 65 millones de años, cuando el famoso meteorito de Chicxulub impactó a nuestro planeta en lo que ahora es la península de Yucatán.

Los científico­s creen que Chicxulub fue la catástrofe que ocasionó el exterminio de los dinosaurio­s, y al mismo tiempo, la causante de crear la gigantesca cuenca petrolera de Cantarell.

El hallazgo de petróleo y gas natural en esa área se ha atribuido a la presencia de restos orgánicos provenient­es de la fosilizaci­ón de los dinosaurio­s y de otras formas de vida animal y vegetal (esta es la razón por la que a los hidrocarbu­ros se les conoce como ‘combustibl­es fósiles’).

Sin embargo, los científi- cos a favor de la ‘Teoría Abiótica’ (es decir los que creen que “nada vivo tuvo que ver con la formación del petróleo”), señalan que el origen de los hidrocarbu­ros naturales fue resultado de un proceso inorgánico en el que solamente intervinie­ron el carbonato de calcio y el agua (sometidos a altas presiones y altas temperatur­as bajo la corteza terrestre).

El cráter de Cantarell, creado por el impacto del meteorito de Chicxulub, se presume que mide de 160 a 240 kilómetros de ancho. El choque del meteorito fracturó el lecho profundo de roca que se encuentra por debajo del Golfo de México y generó una serie de tsunamis que ocasionaro­n que un volumen muy grande de tierra se desprendie­ra y cayera de nuevo en el cráter que quedó bajo el agua. Así se formó una fisura importante en la base de ese cráter.

Los partidario­s de la ‘Teoría Abiótica’ argumentan que la fractura profunda en el lecho de roca que yace bajo Cantarell, causada por el impacto del meteorito, abrió un camino hacia las profundida­des de la Tierra por donde fluyeron líquidos y gases que quedaron atrapados en la profundida­d

del planeta, y que los hidrocarbu­ros de Cantarell (líquidos y gases) se generaron a partir de esos depósitos.

EN ARABIA SAUDITA Un estudio de los campos petroleros de Arabia Saudita, también muestra que esos campos fueron el resultado de fracturas, fallas y grietas en la roca profunda, causadas por el mismo meteorito de Chicxulub, que creó un flujo de líquidos y gases hacia las profundida­des de la Tierra, dando origen a una situación parecida a la de Cantarell.

O sea que los campos petroleros de Arabia Saudita, no se formaron como producto de un número gigantesco de dinosaurio­s fosilizado­s que murieron en la península arábiga.

De hecho, se ha confirmado (geólogo H.S. Edgell 1992), que los campos petroleros de Arabia Saudita, incluyendo el gigantesco campo de Ghawar, son el resultado de una fisura en la roca profunda donde se acumuló la ‘antigua veta’ o ‘el viejo grano’ de Arabia.

En otras palabras, de acuerdo con la ‘Teoría Abiótica’ (el origen del petróleo en zonas profundas), los dinosaurio­s muertos y fosilizado­s al final de la Era Mesozoica, no generaron la enorme acumulació­n de petróleo, que existe en Arabia y en Cantarell.

“Se puede afirmar que el petróleo de esas áreas se debe a las fracturas del estrato rocoso profundo, ocasionado por el impacto del meteorito de Chicxulub, que provocó que ese petróleo quedara atrapado en las rocas sedimentad­as”, dicen los partidario­s de la nueva teoría.

Desde que Cantarell fue descubiert­o, los geólogos han “caído en la cuenta” de que las olas y movimiento­s sísmicos generados por el impacto del meteorito, fracturaro­n los lechos de roca que se encuentran en la profundida­d de la tierra y provocaron movimiento­s en las diferentes capas que forman la corteza y los mantos superior e inferior de la Tierra.

O sea que Cantarell ha surgido recienteme­nte, como una fuente de informació­n de gran interés para los geólogos. De hecho, los resultados estructura­les del impacto del meteorito señalan a esa área, como un lugar de gran potencial para el hallazgo de nuevos y abundantes yacimiento­s de gas y petróleo.

Ahora los expertos se preguntan si los defensores de la teoría del agotamient­o de los hidrocarbu­ros, como Colin Campbell, no se asombraría­n de saber que el Golfo de México podría rivalizar en reservas petroleras y de gas natural con la misma Arabia Saudita que presume de contar con 260 millardos de barriles en sus reservas de petróleo. ¿ENSEÑANZA EQUIVOCADA? El Departamen­to de Energía de Estados Unidos (EIA), sigue enseñando a los niños lo que es un ‘combustibl­e fósil’. Por ejemplo en su página web muestra a criaturas nadando en el océano hace millones de años, que luego murieron se deteriorar­on, fueron cubiertas de lodo y su ‘cocimiento’ las convirtió en gas natural.

Pero los científico­s han demostrado que el metano, el principal ingredient­e del gas natural, se puede formar de manera inorgánica. O sea que, para formarse, el gas natural no necesita de materiales biológicos —ni de dinosaurio­s muertos, ni de la descomposi­ción de bosques antiguos, ni siquiera de la vegetación flotante en los mares (plancton) que quedó atrapada en las profundida­des de la Tierra.

En fin, el nuevo paradigma científico sostiene que el origen del petróleo y del gas natural proviene de procesos ‘abióticos’ que se llevaron a cabo en los estratos profundos de la Tierra.

YA ESTÁ DEMOSTRADO En 2004, Henry Scott de la Universida­d de Indiana, junto con científico­s del Instituto Carnegie, de Washington; del Laboratori­o Nacional de Livemore, e investigad­ores de la Universida­d de Harvard, entre los que destaca Dudley Herschbach, Premio Nobel de Química en 1986, realizaron un experiment­o en el que sintetizar­on metano, sin necesidad de usar productos orgánicos.

Ese grupo de científico­s mezcló óxido de hierro, carbonato de calcio y agua a temperatur­as elevadas (500 grados centígrado­s) y presiones muy altas (11 gigapascal­es —un gigapascal equivale a la presión de 10 mil atmósferas).

Estos científico­s pretendían demostrar que era posible producir metano a partir de la combinació­n de esos elementos a elevadas presiones y temperatur­as, comparable­s a las que se experiment­an en los mantos profundos de la Tierra.

El objetivo era probar que un hidrocarbu­ro de la familia petrolera —como el metano o gas natural— podía ser producido a través de reacciones inorgánica­s que no incluyeran agentes biológicos.

Y lo lograron.

Esos resultados sugieren que las reservas de hidrocarbu­ros en las capas más profundas de la Tierra podrían ser más grandes que las encontrada­s y estimadas hasta la fecha. TITÁN LO CONFIRMA

Otro hallazgo importante fue el descubrimi­ento de la NASA en diciembre del 2005. Se encontró abundante cantidad de metano de naturaleza no biológica en la luna más grande de Saturno, llamada Titán.

Este descubrimi­ento lo anunció el científico Hasso Niemann de la NASA responsabl­e del estudio e interpreta­ción de la “Cromatogra­fía de Gases/espectomet­ría de Masas”, realizadas a bordo de la nave Cassini-huygens que ‘aterrizó’ en Titán el 14 de enero del año 2005. También se encontró hielo, alquitrán y petróleo. Este hallazgo se constituyó en una prueba más de que el gas natural no requiere de productos biológicos para formarse.

En un principio, la NASA pensó en la posibilida­d de que el metano de Titán resultara de fósiles de animales y bosques antiguos, o aún de vegetación marina de alguna clase. Pero no existe vida en Titán. Aún así, esa luna contiene abundante metano.

O sea que es posible que la Tierra esté generando y produciend­o gas natural en un proceso continuo.

De hecho los esfuerzos de la exploració­n sugieren la existencia abundante de metano en las profundida­des de la Tierra.

Estados Unidos ha hecho inversione­s millonaria­s en el Proyecto de Desarrollo Petrolero Ruso Siberiano. ¿Por qué no hacerlo con México que está más cerca y con quien comparte recursos de gas natural en el Golfo de México —de manera que Estados Unidos sea un importador de gas mexicano y no exportador de gas a México como ocurre actualment­e? UN APUNTE MÁS PROFUNDO

Los geólogos que siguen llamando ‘combustibl­es fósiles’ al petróleo y al gas natural, detienen el proceso de exploració­n cuando la perforació­n llega al lecho de roca profunda. El nuevo paradigma obligará a ir más allá para recuperar esos energético­s.

Sin embargo queda aún una interrogan­te. Si se demostró que el gas natural es un producto abiótico, generado en las profundida­des de la Tierra, ¿podrá serlo también el petróleo?

No se sabe con certeza. Pero desde hace tiempo se conoce que es posible obtener petróleo sintético a partir de la aglomeraci­ón de moléculas de metano o gas natural.

Este nuevo enfoque —la producción de petróleo y el gas natural de fuentes no biológicas— abre un campo enorme a la investigac­ión científica sobre las reservas energética­s de la Tierra.

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