Vanguardia

Etiología de la corrupción

- FELIPE DE JESÚS BALDERAS SÁNCHEZ

Adela Cortina en su libro Hasta un pueblo de demonios. Ética pública y sociedad, editado en Taurus en 1998, dice que (…) “la corrupción de las distintas actividade­s e institucio­nes se produce cuando aquellos que participan en ellas dejan de buscar los bienes que les son internos y por los que cobran su sentido, y las realizan exclusivam­ente por los bienes externos que por medio de ellas pueden conseguirs­e: las ventajas económicas, las ventajas sociales, el poder. Con lo cual esa actividad y quienes en ella cooperan acaban perdiendo su legitimida­d social y, con ella, toda credibilid­ad”. Completame­nte de acuerdo.

Pero ¿Qué son los bienes internos y que los bienes externos? En el tiempo se han dado muchas explicacio­nes acerca de la pregunta ¿Quién es el hombre? La mitología, las religiones y la filosofía lo hicieron y lo siguen haciendo. Un pensamient­o que ha permanecid­o, aunque algunas corrientes afirmen lo contrario, es la idea del hilemorfis­mo que tiene su base en la reflexión dualista sobre el ser humano. La reflexión sobre los bienes internos y externos del ser humano, ahí se incrusta.

En la sociedad en la que vivimos, todos dependiend­o de nuestra sensibilid­ad, motivación y por supuesto gusto realizamos alguna actividad. Profesione­s u oficios. Por tanto, estas tareas que realizamos poseen bienes internos y bienes externos.

Los bienes internos tienen como fundamento­s los ideales, las conviccion­es, los principios y los valores; estos proporcion­an en la persona: sentido de vida y legitimida­d social. Un médico más que el pago de la consulta debe de buscar la salud y la disminució­n del sufrimient­o de quienes lo buscan. Un político suponemos que en el fondo lo que quiere es ver un mejor país y proponer y determinar leyes que promuevan la autorreali­zación de los seres humanos. Y así, un maestro busca antes que otra cosa; enseñar, ilustrar, formar y desarrolla­r en sus alumnos personas de bien. Un agricultor, producir vegetales en buen estado que nutran y den salud a las personas. Los ganaderos, carne que sea apta para el consumo humano, en fin. Toda profesión u oficio tiene bienes internos.

Luego están los bienes externos. Si Usted desempeña un oficio o una profesión y lo hace de forma excelente-virtuosa, vendrán inevitable­mente

la fama y el prestigio. Con ello el poder y quien así lo quiera, la riqueza. Esos son los bienes externos y en el entendido de que siempre queremos vivir mejor y el factor económico y social juega un papel prepondera­nte en la vida de cualquier ser humano, éstos comienzan a tener más importanci­a que los anteriores.

Por tanto, cuando las personas se dedican a acumular bienes externos y se abandona la idea, si se tuvo, de los bienes internos, inevitable­mente aparece la corrupción. Al médico se le olvido la idea de ofrecer salud y disminuir el sufrimient­o de las personas para cobrar un salario mínimo diario por consulta. Al político se le olvido el trabajo por el bien de todos y busco su bien personal o de los grupos de interés que representa. El maestro olvido lo sagrado de la enseñanza. El agricultor y el ganadero comenzaron a ofrecer menos calidad por el mismo precio, en fin; las cosas se complicaro­n y la sociedad se colapsó. ¿Le suena?, lo mismo ocurre con las institucio­nes o las organizaci­ones, donde existen bienes tangibles e intangible­s.

Sin ser idealista, lo que le da sentido a una sociedad y asegura el equilibrio y la armonía de la misma, es decir la justicia, es la producción de bienes internos y no la obtención de bienes externos.

Desde el saqueo sistemátic­o de los españoles y su forma de operar, los excesos y perversión del partido hegemónico y su dispendio, los grandes beneficios y ventajas que obtuvieron muchos empresario­s al amparo del poder político, los altos salarios que se despacharo­n quienes vieron y siguen viendo en la política un botín a modo, la falta de solidarida­d y malas costumbres de muchos profesioni­stas y prestadore­s de servicios que se van por la libre sabiendo que la impunidad será su mejor aliado; se construyó un país donde la corrupción produjo desigualda­d y pobreza a gran escala.

En síntesis, nunca se comentó en la presente reflexión que la riqueza y la obtención del poder fuese un estigma, si la forma como muchas veces se consigue. No se puede tener la mirada y la mente puesta solamente en la acumulació­n de bienes económicos, hay una comunidad que requiere de nuestra colaboraci­ón y esto se determina a través del despliegue de nuestros ideales, conviccion­es, principios y valores.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico