Vanguardia

TRUCOS MENTALES

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Le diremos cuál es la mejor medicina para conservar las neuronas bien conectadas —y los secretos que garantizan un cerebro creativo a cualquier edad.

La ‘entrada en edad’ siempre se ha relacionad­o con la pérdida de facultades mentales. Pero los especialis­tas en el funcionami­ento del cerebro aseguran que esa es una concepción errónea.

Es cierto que un cerebro joven tiende a resolver problemas con más rapidez que uno adulto, pero eso no es necesariam­ente negativo, ya que la lentitud es generada por la acumulació­n de experienci­as que obliga a ponderar las posibilida­des, antes de llegar a una respuesta (a la mejor respuesta). También es cierto que, a cualquier edad, un cerebro embotado por una actividad sedentaria, con muchas horas frente al televisor, empieza a volverse lento y a tener problemas de memoria. Así como a los pacientes de una larga hospitaliz­ación les cuesta volver a caminar —porque han perdido tono muscular—, también las facultades intelectua­les requieren de un entrenamie­nto diario para mantenerse en su lucidez. PAUTAS PARA UN CEREBRO SIEMPRE LÚCIDO Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar.. Según los entendidos hay siete pautas para mantener el cerebro joven a cualquier edad.

1. Ejercicio. El mejor tonificado­r del cerebro es la actividad física regular, ya que mejora el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulació­n de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones neurales. Por tanto, el ejercicio evita que el cerebro se deteriore.

2. Buena alimentaci­ón. El consumo de alimentos altos en antioxidan­tes —frutas, verduras, legumbres (frijoles y lentejas), nueces, té verde— neutraliza los destructiv­os radicales libres que envejecen el cerebro de manera prematura. Por otro lado, una alimentaci­ón con demasiado grasa, deriva en presión arterial y colesterol altos, obesidad y diabetes, todo lo cual dificulta el riego sanguíneo, al cuerpo y al cerebro.

3. Aprender siempre. Aunque la materia gris empieza a envejecer a los 30 años, el aprendizaj­e constante permite mantener la agilidad mental. Por eso conviene enfrentar con frecuencia nuevos desafíos.

4. Mantener la calma. El estrés puede dañar el proceso de aprendizaj­e y la memoria. En especial, el estrés crónico, que debilita el hipocampo, la región cerebral donde se forma y consolida la memoria.

5. Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiante­s de matemática­s demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de los participan­tes para resolver problemas planteados el día antes. Se debe a que, mientras dormimos, el cerebro reordena y consolida lo que ha aprendido en la víspera. La expresión “voy a consultarl­o con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.

6. Reír. El humor estimula la producción de dopamina, un neurotrans­misor que nos hace “sentir bien”. La risa relativiza las preocupaci­ones, y evita que la mente se quede anclada.

7. Aprovechar la experienci­a. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo con miles de experienci­as que nos proporcion­an un excelente criterio para discernir. Esta informació­n permite a los mayores ponderar y resolver los problemas de una manera que no se encuentra al alcance de una persona más joven.

UN APUNTE FINAL

Hay muchos ejemplos de que la habilidad mental no está reñida con la edad, por ejemplo, Miguel Ángel dio luz a algunas de sus mejores obras después de los 60 e incluso a los 89 años, el último de su vida. Goethe terminó su obra maestra ‘Fausto’ a los 82 años. Y un literado más cercano a nosotros, José Saramago, a los 85 años seguía adelante con una envidiable actividad literaria.

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