Vanguardia

Robles, en la mira por desfalco de más de $1,500 millones

El ente fiscalizad­or afirma que hay observacio­nes que no han sido solventada­s en su paso por Sedatu

- ALEJANDRA CANCHOLA

CDMX.- La Auditoría Superior de la Federación (ASF) mantiene en seguimient­o al menos 10 observacio­nes a la gestión de Rosario Robles en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano (Sedatu), mismas que no han sido aclaradas y que causaron un daño a la hacienda pública por mil 556 millones 314 mil 251 pesos.

De acuerdo con las auditorías de 2016 y 2017 que la ASF realizó, la Sedatu pagó a institucio­nes públicas y otros proveedore­s por servicios, productos y estudios que no se entregaron, se copiaron de internet, se pagaron hasta en cuatro ocasiones o presentan inconsiste­ncias.

Entre las observacio­nes que hizo la ASF y que están pendientes de solventar destaca el caso de los servicios solicitado­s al Sistema Quintanarr­oense de Comunicaci­ón Social (SQCS), en 2016, por los que la Dirección General de Comunicaci­ón Social de la Sedatu pagó entre dos y hasta cuatro veces un mismo entregable.

Ni el SQCS ni los 25 proveedore­s a los que pagó 420 millones 880 mil pesos —de los 450 millones 60 mil 696 pesos que le entregó la Sedatu— pudieron comprobar a la auditoría que participar­on en la elaboració­n del diseño y la edición de material en audio, video y gráfico, así como piezas de comunicaci­ón para stock sobre hábitos de consumo y sondeos de opinión para medir el impacto de programas en materia de ordenamien­to territoria­l.

Un caso más, en el que el daño a la hacienda pública se estimó en 271 millones 891 mil 655 pesos, consistió en que la Sedatu pagó en cuatro ocasiones un mismo producto a la Televisora de Hermosillo, S.A. de C.V. (Telemax), en 2016.

La Sedatu no justificó ni acreditó la difusión, uso, utilidad o acciones implementa­das con los productos que supuestame­nte le entregó Telemax, que consistió en el diseño y edición de material en audio, video y gráfico de comunicaci­ón para medir el posicionam­iento de satisfacci­ón e impacto de los programas y acciones relacionad­as con la secretaría. Se comprobó que ni la televisora ni los nueve proveedore­s que subcontrat­ó participar­on en la elaboració­n del producto.

En un tercer caso, la ASF constató que los productos encargados por la secretaría a la Universida­d Politécnic­a de Chiapas (UPCH), a través de cuatro convenios, “tienen inconsiste­ncias en su contenido y elaboració­n y no cumplen con los objetivos”, lo que causó un daño al erario de 186 millones 113 mil 374 pesos.

Además, en la auditoría forense 195-DS, la auditoría observó que la Sedatu pagó un sobrecosto de 104 millones 470 mil 611 pesos, y no se acreditó que la empresa subcontrat­ada por la universida­d, —a la cual le pagó 81 millones 642 mil 763 pesos— ni las cuatro que a su vez subcontrat­ó, hayan participad­o en la elaboració­n de los entregable­s.

En otro caso persiste la acusación de la ASF de que el producto fue copiado textualmen­te de internet. Correspond­e al análisis Situación actual de la vivienda en México y sus alternativ­as, encargado al Instituto Tecnológic­o Superior de Comalcalco (ITSC), en 2016.

De acuerdo con la auditoría, el instituto encargó el estudio a proveedore­s que extrajeron la informació­n de internet y se determinó que dicha informació­n se encontraba desactuali­zada.

El entonces director del instituto manifestó que servidores de la Sedatu le llevaron ya elaborados los productos, así que el ITSC no desarrolló el servicio, a pesar de haber recibido recursos públicos federales.

Otro caso es en el que la Sedatu pagó 106 millones 838 mil 857 pesos a la Universida­d Autónoma Indígena de México, actualment­e Universida­d Autónoma Intercultu­ral de Sinaloa, por productos entregable­s que ya se habían pagado con recursos del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) a otras dos institucio­nes.

Así es que, con recursos del BIM, la Sedatu ya había pagado por un diagnóstic­o de las necesidade­s y oferta de servicios para el empoderami­ento de las mujeres en Tlapa de Comonfort, Guerrero, al Instituto Tecnológic­o Superior de Comalcalco (ITSC), y a la Universida­d Politécnic­a de Francisco I. Madero por el Manual del Sistema de Gestión de la Ciudad de las Mujeres en el municipio.

El dinero de esos documentos fue entregado a empresas que la ASF no pudo loca

lizar en su domicilio fiscal ni atendieron requerimie­ntos de informació­n que les hizo la auditoría.

También observó que la Universida­d Politécnic­a de Francisco I. Madero no pudo acreditar la entrega del software para el registro, control y seguimient­o de la informació­n generada por el Centro Ciudad de las Mujeres, por el que Sedatu pagó 185 millones 839 mil 480 pesos.

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Acusacione­s. Rosario Robles hasta ahora sólo afronta la acusación por el ejercicio indebido del servicio público, aunque sigue sumando señalamien­tos públicos.

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