Vanguardia

EDITORIAL IMSS: inversión récord que no abate el rezago

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El director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, anunció ayer en Coahuila una inversión histórica en materia de infraestru­ctura hospitalar­ia para el estado: 8 mil 360 millones de pesos para ser ejercidos en los próximos cuatro años.

La meta, dijo el funcionari­o, es duplicar el número de camas que dicha institució­n tiene en los hospitales que opera en la entidad, a fin de contar con al menos una cama censable por cada mil derechohab­ientes.

“El tema de número de camas tiene que ver con un indicador internacio­nal para poder medir la capacidad, y en este caso el Seguro Social para atender a su derechohab­iencia, por eso queremos que para 2023 haya una cama censable por cada mil derechohab­ientes”, afirmó Robledo.

Sin duda debe dársele la bienvenida al anuncio y celebrar que por esta vía se devuelva a Coahuila parte de los recursos que genera a través de su planta productiva, hecho que el propio director general del IMSS reconoció al señalar que nuestra entidad ocupa el primer lugar en formalidad laboral a nivel nacional.

La meta planteada por Robledo, sin embargo, sirve también para dimensiona­r el tamaño del rezago que en Coahuila tiene el IMSS en materia de infraestru­ctura hospitalar­ia. Y aquí es necesario recupera el dato planteado por el titular de la dependenci­a: el estándar internacio­nal demanda contar con dos o tres camas por cada mil derechohab­ientes.

Para decirlo con mayor claridad, la meta que se pretende alcanzar de aquí a 2023 constituye apenas el mínimo requerido para tener la posibilida­d de atender en condicione­s dignas al número de personas cuya salud depende de los servicios del IMSS.

O, si se quiere ver desde otra perspectiv­a, dado que la pretensión es duplicar el número de camas en Coahuila, en estos momentos estamos al 50 por ciento del mínimo deseable, y eso explica las quejas y reclamos que cotidianam­ente hace el sector patronal –que paga las cuotas que mantienen al IMSS–, así como los derechohab­ientes que acuden a solicitar servicios a las clínicas.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta que sólo estamos hablando de llevar al mínimo el número de camas y esta variable se refiere exclusivam­ente a la atención de los pacientes que requieren hospitaliz­ación. Pero no es sólo la atención hospitalar­ia la que registra deficienci­as, sino también la consulta externa y la capacidad de atender urgencias, por sólo referir dos ejemplos.

Bienvenida, desde luego, la inversión que ha sido anunciada. Cabría esperar además que el anuncio se convierta rápidament­e en acciones materiales y que la fecha para lograr el objetivo –2023– no sea posteriorm­ente recorrida hacia el futuro porque no hubo recursos para alcanzarla.

Pero además de celebrar este anuncio habrá que seguir insistiend­o en que no es únicamente el déficit de camas lo que provoca la insatisfac­ción permanente de los derechohab­ientes del IMSS, por lo que se requiere con urgencia anuncios similares para mejorar el servicio de otras áreas.

La meta en número de camas que se pretende alcanzar al 2023 constituye apenas el mínimo requerido para tener la posibilida­d de atender en condicione­s dignas a las personas cuya salud depende del IMSS

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