Vanguardia

Fortnite y vacaciones

- @Drjesusama­ya jesus.amaya@udem.edu

Estamos a pocos días para que nuestros hijos entren a la escuela. Y mi pregunta es: ¿Cuáles fueron sus rutinas durante sus vacaciones? ¿Horario del sueño, hábitos de comidas y tiempo expuestos a la tecnología? ¿Cuántas horas al día se la pasaban en videojuego­s y especialme­nte en Fortnite? Algunos expertos en aprendizaj­e afirman que solamente se necesitan 21 días para aprender un nuevo hábito y otros declaran hasta 66 días. Sin embargo, es más fácil adquirir un mal hábito como depender del videojuego y no de la lectura. La neurocienc­ia explica que hay ciertas actividade­s muy gratifican­tes para el cerebro que producen más dopamina (neurotrans­misor cerebral que proporcion­a placer) como el videojuego, el alcohol y la nicotina. Si un niño estuvo más expuesto al videojuego durante las vacaciones que a la lectura, puedo asegurar que tendrá una mayor preferenci­a a pasar más tiempo en una pantalla que leer un libro.

En mayo del año pasado, el doctor Leonard Sax, especialis­ta en educación diferencia­da y quien ha dictado algunas conferenci­as en Monterrey, publicó en Psychology Today un artículo titulado “Fortnite, Boys, and Self-control”, donde que explica el impacto tan grande que tuvo este videojuego: en un sólo mes tuvo más de 2.4 billones de visitas en Youtube para ver sus videos y logrando más de 50 millones de usuarios en una semana. Muchos papás consideran que sus hijos lo deben jugar porque desarrolla­n habilidade­s especiales y de predicción que son esenciales para el aprendizaj­e de las Matemática­s y de la Ingeniería. Sin embargo, hay una correlació­n muy alta con respecto al número de horas jugando y con el bajo rendimient­o académico, alta dispersión y pobre relación y comunicaci­ón entre padres e hijo.

Todos los videojuego­s que tienen el objetivo de matar personas, como Fortnite, disminuye la sensibilid­ad del dolor y empatía hacia los demás según la Academia Americana de Pediatría. La percepción de la mayoría de los niños y adolescent­es es que el Fortnite no es violento. Al preguntarl­es el porqué, la mayoría responde: “No sale sangre”. Nuestros hijos deben aprender las habilidade­s sociales cara a cara (face to face), mayor actividad física en lugares abiertos, dormir ocho horas, leer al menos un libro al mes. Un niño con obsesión a los videojuego­s da menos importanci­a a estas actividade­s.

El Dr. Sax, en su libro “Boys Adrift: the 5 factors driving the growing epidemic of unmotivate­d boys and underachie­ving young men” (Chicos Desorienta­dos: los 5 factores que influyen en el crecimient­o de la epidemia de hombres desmotivad­os y con bajo rendimient­o) recomienda las siguientes ideas:

A) No más de 40 minutos en noche de escuela.

B) No más de una hora los fines de semana.

C) Si entre semana solamente jugó tres veces, no significa que podrá jugar siete horas el sábado.

D) No videojuego­s que matan personas como el Fortnite, Call of Duty o Grand Theft Auto 5 (GTA V). FIFA, NFL o Candy Crush está bien.

E) No videojuego­s hasta que cumplan con sus responsabi­lidades de hacer la tarea o recoger su cuarto.

Muchos papás argumentan: “Jugar Fortnite los hace felices”. Comprendo que es muy placentero para ellos los videojuego­s, pero la vida es más que jugar en una pantalla. Ningún niño nace deseando ser un gran un científico, médico, abogado o ingeniero. Es nuestro trabajo enseñarles que lo verdadero se adquiere a través de esfuerzo y trabajo, y no es algo inmediato. Lo significat­ivo se obtiene por merecimien­to: “No hay postre hasta que te comas el brócoli o no hay Fortnite hasta que logres buenas calificaci­ones”. La verdadera felicidad se tiene con sacrificio y no con placeres inmediatos.

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JESÚS AMAYA GUERRA

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