EDITORIAL Soluciones viales, más allá de la politización
Los problemas de vialidad en Saltillo y el País han sido por primera vez cuantificados, a través de un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad y la organización Sin Tráfico; en este reporte se retrata una grave problemática de movilidad en varias ciudades del País.
De manera general, la falta de políticas públicas encaminadas a tener un plan de movilidad integral cuesta cerca de 94 mil millones de pesos al año, tan sólo en las 32 principales ciudades de País.
La cifra, por sí misma, es escandalosa. Es casi el doble que el presupuesto que tiene Coahuila cada año.
Ante una situación de estas dimensiones, deberíamos esperar de parte de las autoridades una propuesta integral que conlleve a tomar este y otros diagnósticos en materia de urbanismo, para encontrar un freno a esta crisis.
La postura hasta ahora adoptada por los gobiernos, de todos colores, ha llevado a tener más problemas, en lugar de ofrecer una solución.
Organismos internacionales han cuestionado fuertemente que en materia de infraestructura y movilidad, el automóvil siga siendo la prioridad, lo que ha llevado a destinar vastos recursos que han encaminado a estos resultados.
Más allá de filias y fobias partidistas, desde la Federación se debiera entender que este tema requiere ser prioritario y que no puede ser politizado o escatimado en aras de un proyecto político que tenga como trasfondo minar a las otras fuerzas partidistas que fungen como gobierno en otros niveles.
Asimismo, estados y municipios debieran encontrar la forma en que aprovechen al máximo los recursos disponibles -además de mejorar sus esquemas de recaudación propiapara encontrar soluciones que reduzcan una problemática como esta.
Porque más allá de construir puentes o espacios que tienen como eje rector el uso de automóviles, deben orientarse esfuerzos hacia una vertiente, en la que los ciudadanos también estemos dispuestos a enrutarnos hacia ella.
Ejemplo de ello es reducir el uso del automóvil en nuestros traslados del día a día. Aunque en la actualidad habrá resistencias ante la falta de un transporte público de calidad. Incluso en grandes urbes, como gran parte de las que se enlistan en este estudio, debiera también pensarse en que sean soluciones ecoamigables ante altos índices de contaminación que históricamente habían sido solo reportados en la Ciudad de México.
Pequeñas acciones como la descrita en el párrafo anterior, solo serán emprendidas con el vigor que se requiere cuando se implementen planes concretos que hasta ahora no se vislumbran por parte de autoridades.
Ante una situación de estas dimensiones, deberíamos esperar una propuesta integral que conlleve a tomar este y otros diagnósticos en materia de urbanismo, para hallar una solución