Vanguardia

LOS QUE SE QUEDAN FUERA NI SE LO IMAGINAN

- ADRIANA ARMENDÁRIZ

Eres el cine más antiguo de Saltillo y proyectas pornografí­a. No se conocen del todo las historias que esconde tu fachada, mucho menos los nombres de sus personajes. Desde hace 44 años estás en la avenida principal del centro histórico de una ciudad que se jacta de ser conservado­ra. Muchos te ignoran, otros creen conocerte, pero pocos te visitan.

Quienes antes te frecuentab­an hoy te desconocen. José Saturnino Pérez, por ejemplo, quien dice te visitó cuando eras decente. Seguirás ahí mientras puedas, te dice como deseando que desaparezc­as.

Algunos solo te conocen de vista y no están de acuerdo contigo. Diego Mora asegura que das mala imagen para la ciudad estando en un lugar tan concurrido. Quizá lo dice porque su lugar de trabajo y tú están sobre la misma calle.

Cine Olimpia, los que se quedan afuera solo pueden echar a volar la imaginació­n. Pero por 75 pesos (40 más que en 2007) el cartel de entrada invita a los “caballeros” a descubrir tus misterios. Las “damas entran gratis en compañía de un varón”.

Das la bienvenida con una ventana protegida por barrotes negros. Una taquilla diferente a las habituales. Tu lobby es lúgubre, y frío. Te perfumas con un encierro añejo. Tienes pocas ventanas y las que hay están tapadas con papel o carteles de bailes.

Adentro nos abraza tu olor a cigarro. Ya se impregnó a los sillones cafés de la entrada. Tus letreros de “no fumar” pasan desapercib­idos.

CONDONES A DISPOSICIÓ­N

Quizá nadie imagina que ofreces refresco; agua; fritos; cacahuates; chocolates; sopa instantáne­a; café; chicles; paletas; eucalipto; y cigarros. Lo que en verdad hace peculiar a tu dulcería es que a un lado de las palomitas están los condones. Algunos brillan en la oscuridad según la envoltura.

Tu única sala de proyección es de dos niveles. Caben más de 700 personas. Y aunque casi nunca te llenas, nunca te quedas solo. Tu escenario es de madera crujiente, su cómplice es la gran pantalla blanca que tiene a sus costados largas cortinas rotas, sucias, podridas.

Josías, un joven que pasa frente a ti dice: “creo que es un buen mecanismo para evitar los problemas que se están generando. Para que puedan distraerse y sacar sus frustracio­nes en otro lado”.

Otras personas infieren que eres más bien un refugio. “De que hagan algún tipo de cosas en la calle y a que vayan ahí y desahoguen lo que tengan que hacer. Pues preferible que vayan ahí”, dijo Nelly Rodríguez.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico