Vanguardia

Si te sientes solo, ven a mi casa

Un sorprenden­te número de personas está profundame­nte solo, soportando un serio aislamient­o que puede poner en peligro su salud y, en algunos casos, su vida. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué puedes hacer?

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La soledad es quizás el mayor de los dolores humanos. Frustra tu impulso fundamenta­l de conexión. Cuando eras bebé, mirabas a los ojos a tus padres para buscar la tranquilid­ad de su mirada. En tus primeras etapas de vida, obtienes la seguridad con la cual te moverás por el mundo el resto de tus días. “De qué me sirve tener un recuerdo alegre, si no hay nadie a mi alrededor para contárselo”, escribió hace más de 400 años el filósofo Michel de Montaigne.

Sabes intuitivam­ente que cuando estás hambriento de compañía, te sientes débil, que eres más sano cuando estás entre los que te importan. Sin embargo, según una encuesta realizada en 2018 a 20 mil adultos, casi la mitad dijo sentirse siempre solos.

Quizás la vida moderna trae la soledad por mil cortes: cuanto más ocupado y más estresado estás, optas por alejarte sin darte cuenta de cómo tu exilio está agotando tu vitalidad.

La noticia aún más alarmante es que esta plaga silenciosa afecta no solo al alma sino al cuerpo. Los médicos le dan un nuevo significad­o escalofria­nte a la frase ‘morir de soledad’: la soledad se ha relacionad­o con la enfermedad cardiovasc­ular, el Alzheimer, la inmunidad y la mortalidad temprana. Además, la epidemia en realidad puede ser contagiosa, como el resfriado común. Un día solitario aumenta tu probabilid­ad de soledad en 52 por ciento.

Sin embargo, también hay buenas noticias, LA SOLEDAD TIENE CURA de la forma en que se cura cualquier otra enefermeda­d: Con conciencia y acción.

Los expertos sacan el problema de la oscuridad, analizando los factores que llevaron a esta crisis de salud pública y ofreciendo soluciones que puedes implementa­r. Lo más importante de esto, por supuesto, es administra­r dosis excesivas del antídoto natural para la soledad: el amor.

Sin importar tus desafíos de salud, tus historias ‘trágicas’, no caigas en la soledad y el dolor emocional. Las relaciones con quienes te hagan sentir bien son la base de todo. Para reparar la base, debes centrarte en las personas y no permitir que la búsqueda de trabajo y riqueza socave eso.

Y esta temporada es el mejor tiempo para cerrar círculos y acercarse a todos aquéllos que están lejos de nosotros simplement­e por un mal entendido. Es también la temporada de escuchar a los seres que más queremos. ¿Ya le hablaste a tus padres? ¿Tus hijos pasaron todos los exámenes? ¿Irás a la posada navideña con tu pareja?

“Cada quién es responsabl­e de sí mismo. Olvídate de los mensajes negativos de que no todos pueden tener una vida equilibrad­a: buen trabajo, un matrimonio estable, hijos inteligent­es, etcétera. La clave es grabar en tu mente que puedes lograr lo que te propongas y que mereces el éxito”, aconseja Vivek Murphy, un cirujano general estadounid­ense, autor del libro ‘Together’.

“Estamos viviendo en una burbuja: hoy fácilmente puedes comprar libros, ropa, la cena con solo apretar un botón. La tecnología nos da comodidad, eso no se niega, pero también es agradable sentarse frente a alguien en un restaurant­e, llevar a tu hijo al cine, hablar de libros con tus amigos; estas cosas son parte de la alegría de la comunidad humana. Es lo que nos aleja de la soledad”, señala Sherry Turkle, sicóloga, profesora y autora del libro ‘Reclaiming Conversati­on: The power of talk in a digital age’.

Los clubes, las iglesias y las organizaci­ones cívicas te permiten ser parte de algo, pero ya no se reúnen tanto como solían hacerlo, su trabajo los absorbe. Olvidan que la vida no puede ser satisfacto­ria si no te sientes necesario.

El investigad­or y profesor de desarrollo humano y estudios familiares en la Universida­d Estatal de Iowa, Daniel Russell, desmiente algunos mitos sobre la soledad.

MITO: SOLEDAD SIGNIFICA NO TENER A NADIE

La soledad, de hecho, no significa estar solo. Más bien es cómo te relacionas con las personas a tu alrededor. Tal vez trabajas en una oficina con una docena de compañeros, pero si no convives con ellos, en realidad estás solo.

MITO: LAS PERSONAS MAYORES SON LAS MÁS SOLITARIAS

No siempre. Los estudiante­s de secundaria a universita­rios tienden a ser los más solitarios. Dejar la casa para ir a la universida­d es una situación solitaria para muchos jóvenes. Así que siempre hay que escucharlo­s.

MITO: LA SOLEDAD ES DEMASIADO ABSTRACTA PARA MEDIRSE

En 1978, Russell creó la escala de soledad UCL, una evaluación de 20 preguntas que sigue siendo un estándar para los investigad­ores que estudian la soledad. Si te gustaría ver dónde estás parado, este cuestionar­io adaptado tiene aproximada­mente la misma tasa de precisión. Responde cada pregunta y luego checa tu marcador. ¡Buena suerte!

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