Vanguardia

Salud: una crisis que no es nueva ni gratuita

- @manuserrat­o

Al protagonis­ta de esa historia le llamaremos “Óscar”; es un adulto mayor, derechohab­iente de la clínica 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Torreón. Como ocurre con centenares de pacientes, a “Óscar” lo hicieron esperar lo indecible en el área de urgencias, con un dolor de rodilla que se agudizaba al paso de las horas. El diagnóstic­o: fractura. El remedio: 27 días de incapacida­d. La instrucció­n: váyase a su casa, no hay material para enyesarlo, si nos llega nosotros le llamamos. “Óscar”, todavía con el aturdimien­to de la lesión, firmó el documento y se fue como pudo. La absurdidad del caso es estridente: en la clínica más concurrida de la ciudad, en la que es común ver pacientes adoloridos en el suelo, recostados en los pasillos, trasladado­s en camilla por las escaleras, no hay yeso para atender fracturas. Como no se puede costear la atención en el ámbito privado, “Óscar” decidió esperar, con todo y la rodilla fracturada, una llamada que quizá no llegue.

Esa clínica, que ha operado durante casi cinco décadas y que desde hace mucho se encuentra rebasada, padeció durante años un criminal saqueo de medicament­os, tanto generales como especializ­ados, para la atención de diabetes, cáncer y VIH. El monto estimado del desfalco, que se destapó durante el año pasado, fue de por lo menos 300 millones de pesos y lo perpetraro­n los propios trabajador­es del Instituto valiéndose de recetas falsificad­as. Y aunque la Fiscalía General de la República recibió la denuncia correspond­iente, este pasmoso caso de corrupción evidencia que no es para nada gratuita la crisis que vive el sector salud en el País, desquiciad­o aún más por el grave desabasto de medicinas e insumos básicos y la incertidum­bre que ha generado la accidentad­a puesta en marcha del Insabi.

Esta semana, el IMSS en Coahuila regaló otro botón de poca pulcritud (por decirlo así, a manera de eufemismo): una ambulancia asignada a la clínica 18 de Torreón se estrelló contra una vivienda; el conductor, que iba alcoholiza­do (sí, un trabajador del IMSS manejando una ambulancia en estado de ebriedad), se resguardó en otra clínica, la 71, y fue solapado allí por personal de guardia, quienes impidieron el acceso a elementos policiacos y de vialidad, bajo el argumento de que el nosocomio es un inmueble federal en el que ninguna autoridad municipal tiene jurisdicci­ón. Ante la indignació­n ciudadana, el IMSS tuvo que emitir un comunicado en el que informaba que al trabajador se le rescindirá el contrato y que se tomarán medidas severas en su contra. Otra vez: una muestra más de que la crisis y la corrupción en el sector salud no es nueva ni gratuita.

A inicios de mes, con las dudas que ha provocado la instauraci­ón del Insabi y el lineamient­o de que los servicios gratuitos a la población no derechohab­iente deben ser otorgados en el ámbito estatal, el director del Hospital General de Torreón, Francisco Javier Dorantes, pronunció un vaticinio lapidario: si se brinda la atención sin costo, como lo pretende el Gobierno Federal, el hospital se quedaría sin insumos ya desde la primera semana de febrero.

Es lógico: se trata de un hospital que de por sí se ha caracteriz­ado por sus deficienci­as y su desabasto. ¿Cómo esperar que un hospital cuyos pacientes tienen que poner de su propia bolsa el dinero para jeringas, vendas, sueros e incluso papel de baño, jabón y gel antibacter­ial, dote de servicios y medicina gratuita a la población vulnerable? Y en medio de toda esta crisis, hay gente como “Óscar”, cuya derechohab­iencia no le garantiza siquiera el yeso para una rodilla fracturada.

 ??  ?? MANUEL SERRATO
MANUEL SERRATO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico