¿Ensucia Facebook la ‘guerra’ política en redes sociales?
SAN FRANCISCO, EU.- Facebook decidió permitir un tipo de mensaje político pagado que había evadido las normas que rigen los anuncios políticos de la red social.
Modificó su norma días después de que el precandidato presidencial de Estados Unidos, Mike Bloomberg, explotara un vacío legal para enviar mensajes humorísticos de promoción en las cuentas de personalidades populares en Instagram seguidas por millones de jóvenes.
El aprovechamiento del tecnicismo de Bloomberg y el cambio de normas de Facebook ponen de relieve las dificultades que tienen las compañías tecnológicas y los reguladores para seguir el ritmo de la naturaleza cambiante de los mensajes políticos pagados.
Antes era más claro qué era un anuncio y qué no y, por lo tanto, qué estaba sujeto a divulgación y otras normas. Con las redes sociales, una campaña puede pagar a celebridades y otros usuarios influyentes para propagar un mensaje en su nombre sin jamás comprar un anuncio y ser sujeto a sus normas.
“Es un nuevo tipo de actividad que simplemente no existía cuando las normas para la comunicación política de internet se actualizaron por última vez”, dijo la comisionada Ellen L. Weintraub de la Comisión de Elecciones Federales de Estados Unidos.
El cambio incluye lo que Facebook llama “contenido de marca”: artículos patrocinados publicados por usuarios comunes a quienes organizaciones o compañías suelen pagar.
Facebook no gana dinero con dichas publicaciones y no las considera publicidad. Como resultado, el contenido de marca no está regido por las políticas publicitarias de Facebook, que requieren que candidatos y campañas verifiquen su identidad con una identificación o dirección postal, y revelen cuánto gastan publicando cada anuncio.
La campaña de Bloomberg dio el inusual paso de pagar a “influencers” de redes sociales, personas con miles de seguidores, para publicar memes de Bloomberg en sus cuentas de Instagram. Versiones diferentes de publicaciones patrocinadas por la campaña de Bloomberg se publicaron en cuentas “influencers” de Instagram, cada una con millones de seguidores.