Vanguardia

Crónica de un show judicial

- NAZUL ARAMAYO

A un par de semanas de cumplirse 14 años del asesinato de los hermanitos Peña Coss, ocurrido el 2 de marzo de 2006 en la colonia cumbres de Monterrey, Nuevo León, el crimen tiene un nuevo capítulo: Diego Santoy Riveroll, acusado por el doble homicidio, ganó un amparo que anuló la condena de 138 años. Este es un recuento de la investigac­ión, declaracio­nes y confrontac­iones de un caso que estuvo marcado por la polémica desde su inicio.

EL CRIMEN

La madrugada del 2 de marzo de 2006, Diego Santoy Riveroll, de entonces 21 años, entró a la casa de su exnovia Érika Peña Coss, de 18 años, sometió a la empleada doméstica, Catalina Bautista, de 23 años, y la metió en la cajuela de un Dodge Neon propiedad de la familia. Después asesinó con un cuchillo al niño Érick Azur, de 7 años, y luego ahorcó con la cuerda de una persiana a la niña María Fernanda, de 3 años.

Santoy entró al cuarto de Érika, la golpeó con un martillo en la cabeza y le clavó el cuchillo en el cuello y el tórax, y huyó en el Neon.

La noticia conmocionó al estado de Nuevo León y al país: Diego, un estudiante de la Facultad de Ingeniería de la Universida­d Autónoma de Nuevo León (UANL), llamado el “Asesino de Cumbres”, mató a sangre fría a dos menores de edad y dejó gravemente herida a su expareja, y se convirtió en el criminal más buscado y repudiado de México.

El 6 de marzo de ese año, elementos de la Policía Federal Preventiva detuvieron a Diego y a su hermano Mauricio Ramsés, de 24 años, en Salina Cruz, Oaxaca, cuando intentaban cruzar a Guatemala. Al día siguiente, el más buscado fue trasladado a la Policía Ministeria­l de Monterrey, y el caso tomó un color sensaciona­lista gracias a las declaracio­nes del entonces presunto culpable.

ESPECTÁCUL­O MEDIÁTICO

“Sí mató a los hermanitos de su exnovia Érika…” “Él mantenía una relación sentimenta­l y sexual con la mamá de su exnovia desde diciembre de 2005, Tere Coss, una reconocida astróloga y conductora de la televisión local”, se difundió.

La respuesta de las aludidas fue inmediata y de rechazo: Érika mandó una carta a una televisora para contar que Diego fue el autor material de los crímenes y luego le pidió a ella que lo matara, o de lo contrario él se quitaría la vida saltando del puente atirantado.

La señora Coss desmintió que sostuviera encuentros sentimenta­les con el joven Santoy, y aunque le parecía un buen prospecto para su hija, nunca imaginó que fuera capaz de un crimen tan horrendo, que destruyó a su familia.

El 30 de marzo, el papá de Diego, José Manuel Santoy Plowells, alegó que torturaron a su hijo, y lo amenazaron de muerte a él y a su familia, para que se declarara culpable del homicidio de los dos niños.

La versión del presunto culpable cambió: Érika fue quien asesinó a sus hermanitos... Fue un pacto suicida... Ella quería que él la matara... Y que él se tirara del puente atirantado.

El 31 de marzo, Diego fue ingresado al Centro de Readaptaci­ón Social de Cadereyta, donde permanece hasta ahora.

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