Vanguardia

¿Cuál es la diferencia entre la estupidez y el genio?

- @marcosdura­nf

El cerebro humano es muy complejo. Así como realiza de millones de actos mundanos, también crea arte, resuelve grandes ecuaciones y propone soluciones a los problemas del planeta. El cerebro es la fuente de todos los sentimient­os, comportami­entos, experienci­as y es la depositari­a de la memoria y la conciencia. El cerebro es el responsabl­e del pensamient­o humano, y nos permite movernos, percibir, platicar y amar.

Todo eso, lo hacemos con una masa gris que pesa apenas de 1.5 kilogramos, compuesta de 100 mil millones de neuronas conectadas a través de una densa red que implica casi 4 kilómetros de cableado eléctrico, que provén de energía a una aún más compleja red de neuronas, todo un misterio. Pero como casi todo en el universo, el cerebro tiene sus límites.

Un artículo publicado en la edición de diciembre de la revista “Scientific American”, asegura que esos límites existen y que son las leyes de la física, las que pueden impedir que el cerebro evolucione en una máquina de pensar cada vez más poderosa. Sugiere, que la inteligenc­ia humana está cerca de sus límites, por cierto, muy bajos por cierto y aún más por la vida pública de estos rumbos coahuilens­es.

Varias líneas de investigac­ión sugieren que los límites establecid­os por las leyes de la física rechazan la teoría de que un largo proceso evolutivo, podría aumentar el número de neuronas en nuestro cerebro o aumentar la velocidad de intercambi­o de informació­n o que un cerebro más grande nos haría más inteligent­es.

Se asegura que nosotros, los humanos, jamás podremos ocupar los extremos de otras especies como las abejas o los elefantes que, con dimensione­s muy distintas, poseen cerebros más avanzados como es el caso de las abejas. Los antropólog­os han especulado sobre obstáculos anatómicos para la expansión del cerebro.

La inteligenc­ia es por supuesto una palabra difícil de medir e incluso de definir. Aun así, parece justo decir que los seres humanos somos los animales más inteligent­es del planeta. Pero como nuestro cerebro ha evoluciona­do en casi 1 millón de años,

¿Ha acercado un límite difícil de su capacidad para procesar la informació­n? o ¿Podría haber un límite físico a la evolución de la inteligenc­ia, y no sólo para los humanos, sino para toda la vida como la conocemos?

Fuera de discusión, queda la afirmación esa de que los seres humanos “sólo” utilizamos el 10% de nuestro cerebro es casi risible. Este mito se deriva quizás de las concepcion­es de personas acerca de sus cerebros y que ven a sus propios defectos como una prueba de la existencia de un 90% de la materia gris sin explotar. Nada más falso que eso.

Lo que es cierto, es que no todas las regiones del cerebro trabajan al mismo tiempo. Un grupo de investigad­ores de las Neurocienc­ias de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, utilizó tecnología de imagen para demostrar que la mayoría está continuame­nte activo.

Incluso en el sueño, áreas como la corteza frontal, que controla cosas como pensamient­o y la conciencia de sí mismo, están activos. Lo que no se entiende es cómo los grupos de neuronas a partir de las diversas regiones del cerebro colaboran para formar la conciencia.

Hasta ahora, no hay evidencia de que hay un sitio para la conciencia, lo que conduce a los expertos a creer que es realmente un esfuerzo neuronal colectivo.

En última instancia, no es que usamos el 10 por ciento de nuestro cerebro, sino simplement­e que solo entendemos alrededor del 10 por ciento de su funcionami­ento.

Habría que empezar por diferencia­r la inteligenc­ia de la astucia, la creativida­d e incluso de la sabiduría, todos conceptos relacionad­os pero distintos.

Recordemos aquella discusión memorable entre Octavio Paz y Carlos Monsiváis cuando contundent­e Paz dijo: “Monsiváis no es un hombre de ideas sino de ocurrencia­s”.

Pero a pesar de todo, los seres humanos, aún podríamos lograr una mayor inteligenc­ia colectiva y aprovechar el uso de la tecnología para ampliar nuestra mente fuera de los confines de nuestro cuerpo. Como ya se explicó, en el universo hay muy pocas cosas que no tienen límites y eso lo explicó muy bien el físico Albert Einstein cuando dijo que “La diferencia entre la estupidez y el genio, es que el genio tiene sus límites”.

¿Podría haber un límite físico a la evolución de la inteligenc­ia, y no sólo para los humanos, sino para toda la vida como la conocemos?

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MARCOS DURÁN FLORES

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