EDITORIAL Lucrar con la tragedia: esa costumbre tan extendida
Si algo saben hacer nuestros políticos –los de todos los signos ideológicos– es lucrar con la tragedia. La evidencia es abundante respecto de cómo, sin importar la magnitud del desastre o el tamaño del dolor por el cual esté atravesando la población, nuestros políticos y gobernantes se muestran más preocupados por “hacerse notar” que por resolver la situación.
La precisión anterior es necesaria para dejar claro que a nadie puede extrañarle el que, en medio de la peor tragedia sanitaria que haya vivido nuestro País al menos en el último siglo, comiencen a aparecer las insinuaciones en el sentido de que se intentaría lucrar con este episodio.
El comentario viene a propósito de la misiva que la decena de gobernadores integrantes de la denominada “Alianza Federalista” remitieron ayer al presidente Andrés Manuel López Obrador, pidiéndole que la aplicación de la vacuna contra el coronavirus SARS-COV-2 “no tenga tintes políticos”.
Reclamaron, por otro lado, que se tome en cuenta a los gobiernos de los estados en el diseño e implementación del plan de vacunación, además de que se les permita adquirir la vacuna para contribuir a la ampliación de los alcances del plan de inmunización.
“Queremos saber qué nos toca hacer, y queremos transparencia, información y reglas claras”, señalan los mandatarios al tiempo que precisan que esto lo demandan “porque hay vidas humanas de por medio, además que no se vale sacar tajada política de la angustia de millones de mexicanos”.
La razón de la misiva se antoja transparente: a unos meses de la jornada electoral en la cual podría estar en riesgo la mayoría parlamentaria de la que ha gozado hasta ahora el presidente López Obrador, parece “normal” que se pretenda aprovechar electoralmente la aparición de una vacuna que permitirá inmunizar a millones de potenciales votantes.
La teoría es absolutamente creíble en un ambiente poblado de políticos inescrupulosos que buscan siempre hacer pasar las acciones de gobierno como “actos de generosidad”, “favores” o “concesiones” a los cuales el ciudadano sólo puede acceder merced a la magnanimidad del gobernante.
Por eso es que la advertencia resulta oportuna y no puede simplemente echarse en saco roto. Pero es una advertencia que los ciudadanos debemos dirigir a todos los políticos que ocupan un asiento en una oficina gubernamental: estaremos atentos a cualquier intento de sacar ventaja política de esta tragedia que ha enlutado a tantas decenas de miles de familias.
Sería, a más de reprobable, un hecho inmoral que luego de la monumental incompetencia mostrada por las autoridades sanitarias mexicana en el manejo de la pandemia, se intentara etiquetar como un logro de cualquier partido político la aplicación de una vacuna.
Los ciudadanos debemos estar atentos a identificar, denunciar y castigar cualquier intento en este sentido, pues si en alguna forma debiera influir la pandemia en los próximos resultados electorales, esta tendría que ser para castigar a quienes han contribuido a generar el desastre que hoy está a la vista de todos.
Sería inmoral que luego de la incompetencia mostrada por las autoridades mexicana en el manejo de la pandemia, se intentara etiquetar como un logro de cualquier partido la aplicación de una vacuna