‘No tengo control’
Hace días recibí un correo electrónico de una mamá: “Maestro, ya no tengo control sobre mis hijos. No me hacen caso, no quieren dormir cuando se los pido, no hacen su tarea y desean estar todo el tiempo con el celular y frente a una pantalla”.
Tener control sobre los hijos no significa ejercer nuestro poder sobre ellos y exigirles obediencia absoluta, sino tener control en nosotros mismos y poder influenciar en los hijos para que tomen buenas decisiones. En otras palabras, es esencial que los padres tengan un buen autocontrol para no culpar a los hijos por nuestras reacciones de enojo e impotencia.
Frecuentemente escuchamos a los papás exclamar: “Sigue así y me vas a hacer enojar”. “No puedo creer lo que hiciste”. “¿Qué estabas pensando cuando lo hiciste?”. “Mírame cuando hable contigo”. Cuando gritamos a los niños, cuando emocionalmente somos reactivos, comunicamos un solo mensaje: “Hijo, ayúdame a calmarme”. “Sigue así y me vas a hacer enojar y las consecuencias serán muy malas para ti”. Les pedimos desesperadamente que nos ayuden a calmar nuestra ansiedad. Nuestra meta no es controlar, sino influenciar.
Recordemos que no somos responsables de las conductas de nuestros hijos. Nuestro trabajo más importante, como padres, es ayudarlos a que puedan tomar buenas decisiones. Durante su vida elegirán buenas y malas conductas y estaremos a su lado para reconocerlos cuando lo hagan bien y enseñarles el camino correcto cuando no lo hagan. En la consulta privada, muchos papás expresan culpabilidad por las malas decisiones que sus hijos toman o las niegan cuando las pruebas son evidentes. La mayoría los excusan o hasta mienten porque se sienten culpables por la decisión que toman ellos.
Los padres no deben controlar a sus hijos sino influenciar en ellos para que elijan bien sus metas. No podemos permitirnos descargar nuestro enojo hacia ellos, ya que no tienen la culpa de nuestros complejos y vacíos emocionales. Evitemos manipularlos para sentirnos mejor emocionalmente. Como padres nuestra responsabilidad es crear y mantener un ambiente familiar de respeto, seguridad y formación para cada uno de los integrantes de la familia.
El libro “Screamfree Parenting: How to Raise Amazing Adults by Learning to Pause More and React Less”, cuyo autor es Hal Runkel, nos dice que ser madre y padre produce una gran cantidad de emociones y presiones en la crianza de los hijos. Es normal que algunas respuestas de niños y adolescentes nos provoquen reacciones como frustración y enojo, sin embargo, el doctor Runkel aconseja que para influenciar a los hijos, no es nuestra impulsividad lo que los regulará sino la paciencia, comprensión y aplicación de reglas justas para el bien de ellos. Debemos primero controlarnos para poder influir en nuestros hijos. Los padres empeorarán las conductas de los niños y adolescentes si reaccionan sin control ante el incumplimiento de expectativas.