Juristas sensibles, juristas comprometidos
La defensa de los derechos humanos exige profesionales sensibles y comprometidos con las causas de la dignidad humana. No es fácil.
Pensar como jurista con perspectiva de derechos humanos no sólo exige una vocación a favor de la ley del más débil. Exige, además, una determinada razón para entender la mejor protección de los derechos humanos, tanto en la creación, interpretación y aplicación de la ley.
A mis alumnos y alumnas de la #Licenciaturaaidh siempre les digo: no basta con tener pasión por los derechos, hay que también comprenderlos en forma razonable. No todo lo que uno cree que es un derecho o libertad fundamental para una persona, implica una pretensión justa a tutelar en una sociedad democrática.
Los derechos, en efecto, no son absolutos. Pero sus límites tampoco. La racionalidad siempre está presente para definir el contenido, alcance y restricciones de un derecho fundamental.
En la Academia IDH tratamos de que la comunidad estudiantil no sólo aprenda la ley razonable que deberán defender en la lucha por los derechos, también buscamos sensibilizarlos y comprometerlos en las causas que deben conocer para enfrentar los retos y desafíos que tiene la defensa de la dignidad humana en la práctica.
Cada viernes, por ejemplo, conocen a través de talleres, laboratorios, seminarios y observatorios las problemáticas actuales de los derechos de las víctimas. Han ido aproximándose a la realidad de los feminicidios, las discriminaciones a grupos vulnerables, la violencia contra mujeres, la desaparición de personas, entre otras temáticas actuales.
Con esta #Educacionaidh, no tengo duda que las personas juristas del siglo 21 que egresen de la #Licenciaturaaidh se formarán con gran sensibilidad, sentido social y rigor académico en la ciencia de la dignidad humana. Es un gran objetivo de nuestra educación con perspectiva de derechos humanos.