PERSISTENCIA Y PACIENCIA
No son dones o talentos que las personas reciben gratuitamente, sino que hay que desarrollarlos a través de una inquebrantable voluntad, misma que debe ser educada
Existe una bella oración Celta sobre el trabajo que dice: “Que la luz de tu alma bendiga tu trabajo con el amor secreto y el calor de tu corazón. Que veas en lo que haces la belleza de tu alma. Que la santidad de tu trabajo lleve salud, luz y renovación a los que trabajan contigo y a los que ven y reciben tu trabajo. Que tu trabajo nunca te canse. Que libere en ti manantiales de renovación, inspiración y animación. Que estés presente en lo que haces (…) Que el alba te encuentre despierto y atento, esperando el nuevo día con sueños, posibilidades y promesas. Que la noche te encuentre en estado de gracia y realizado. Que comiences la noche bendecido, abrigado y protegido. Que tu alma te serene, consuele y renueve”.
DIFERENTES
“Dys” es un prefijo que en griego significa inadecuado, desorden, separación y “lexis” refiere a palabra o lenguaje. Así como nace el vocablo “dislexia”, el cual en la clasificación americana se denominan “trastorno específico del aprendizaje de la lectura”, y se caracteriza esencialmente por el deterioro de la capacidad para reconocer palabras, por una lectura lenta e insegura y, por tanto, escasa comprensión; además, frecuentemente, el trastorno viene acompañado de alteraciones en la expresión escrita o en algún otro tipo de desorden en la comunicación.
Este trastorno no se debe a factores relacionados con la inteligencia o a deficiencias sensoriales significativas; sin embargo, la mayoría de las personas ignoramos esto, tendiendo a estereotipar y rechazar a los que la padecen, considerándolos
“tontos,” al pensar que carecen de la habilidad de entender o comprender, cuando la realidad es que estas personas suelen ser muy inteligentes.
PREJUICIOS
Para los niños que padecen este trastorno asistir a la escuela es un verdadero suplicio, y, al no diagnosticarlo adecuadamente y en tiempo, la situación se agrava ya que en verdad ellos llegan a pensar que son diferentes a los demás en un sentido negativo. Además, los compañeros y hasta los profesores, llegan a pensar que son descuidados, desatentos, perezosos, soñadores, vagos e inmaduros.
Esto puede provocar que un niño se vuelva inseguro, reservado, aislado y que, paulatinamente, se convierta en el centro de las burlas y del terrible acoso (bullying), dentro y fuera de la escuela.
INFINIDAD
Lo anterior viene a colación por una conferencia que vi, la cual trata sobre las personas que padecen este trastorno y que, a pesar de los inconvenientes que les provoca, han llegado a destacar en diversas especialidades, desde el ámbito científico hasta el artístico. Personas que narran el sufrimiento que padecieron de niños y que luego se descubrieron a sí mismas como seres únicos. Geniales.
Infinidad de personajes considerados genios o famosos han sido o son disléxicos, por citar algunos: Albert Einstein, Thomas Edison, Leonardo Da Vinci, Walt Disney, John F. Kennedy, Anthony Hopkins, y Magic Johnson.
EN PEQUEÑO
Hoy quiero referirme al famoso micro escultor Willard Wigan quien de niño vivió a grado extremo la pesadilla de la dislexia. Este trastorno le provocó un terrible aislamiento, que gradualmente se transformó en una pasión: realizar esculturas imperceptibles al ojo humano.
Hoy, Willard es un reconocido artista que esculpe figuras tan pequeñas que caben en la cabeza de un alfiler. Willard, para crear estas obras maestras, utiliza el microscopio y literalmente suspende su respiración en cada instante que toca la materia prima que se transformará en una sorprendente obra de arte. Este hombre se ha ganado múltiples premios y reconocimientos.
‘NADA’
Willard narra: “¿Qué me llevó a realizar este trabajo? Todo comenzó cuando tenía cinco años. En la escuela académicamente no podía expresarme, ahí me clasificaban como “nada”. Mi mundo era visto como menos. De modo que no quería ser parte de ese mundo. Pensé que tenía que refugiarme en otra cosa. Entonces cuando mi madre me llevaba a la escuela yo me daba media vuelta, regresaba a casa y me escondía en el cobertizo de la parte trasera del jardín.
“Un día, una vez que me encontraba escondido en el cobertizo, mi madre, que ya sospechaba algo, llegó, me levantó y me dijo: ‘¿por qué no estás en la escuela?’, entonces yo le conté que ya no podía enfrentarlo debido a la manera en que me trataba el maestro, ridiculizándome y poniéndome ante los demás niños como ejemplo de fracaso.
“Entonces inventé un mundo de fantasía para refugiarme, en donde la dislexia no pudiera detenerme y mis profesores dejaran de criticarme y humillarme. Así es como mi carrera como micro escultor comenzó”.
Vaya forma de ser excluido, pero también –desde una perspectiva positiva- si Willard no hubiese tenido este trastorno, tal vez jamás hubiera descubierto su talento. Por eso, hay personas que padecen dislexia que en lugar de maldecirla la han llegado a considerar como un don de la vida, porque gracias a ella y después de trabajar arduamente se han distinguido en su oficio o vocación de vida.
VOLUNTAD
Dos de las virtudes practicadas por Willard durante su vida son la persistencia y la paciencia. Como todas las virtudes éstas no son dones o talentos que las personas reciben gratuitamente, sino que hay que desarrollarlas a base de una inquebrantable voluntad, misma que debe ser educada.
Las virtudes son perfecciones humanas que buscan el bien (todo aquello que es bueno para la naturaleza humana es parte del bien) y que diariamente se deben ejercitar con dedicación.
Es cierto, no basta querer ser persistente, o paciente, sino que es ineludible forjar estos hábitos conscientemente, con esfuerzo, hasta que se transformen en las virtudes personales que distinguen a la persona que la ha conquistado. Las virtudes se sustentan en el crecimiento humano, por eso buscan la excelencia y provocan que toda persona que las trabaja rechace la mediocridad como una opción de vida. Imposible aceptarla.
Gracias a las virtudes humanas las personas somos capaces de enfrentar la vida con dignidad, con altura de miras, con madurez, con esos ideales que cada quien puede tener, pero que siempre exaltan lo mejor del ser humano, promoviendo lo que es verdaderamente valioso en la existencia.
PACIENCIA
La persistencia de Willard le ha permitido desarrollar el extraordinario talento de esculpir en miniatura; horas y horas de incansable dedicación, gracias a ella pudo resistir los embates de la escuela, la incomprensión y agresión de sus maestros – tal vez sin querer- y las burlas de sus compañeros. Nada le fue gratuito, todo ha sido una conquista diaria. Sin quejas, sin lamentaciones.
Su coraje para lograr metas ennoblece a Willard, testimonio hoy es para todos los jóvenes que no padecen trastorno o enfermedad alguna, pero que inútilmente se lloriquean de la vida, que desperdician su tiempo en millones de “sin sentidos”. Ejemplo para esos que les gusta andar en la existencia con el freno puesto, para esos que ni siquiera se han dado el tiempo de descubrir sus personalísimos talentos para desarrollarlos a plenitud.
Por su parte, después de haber descubierto su talento, fue la paciencia la que, a lo largo de su vida, le ha permitido superar con serenidad todas las molestias e infortunios que la gravedad de su trabajo sencillamente obliga. Es la paciencia la que siempre le ha permitido esculpir sus únicas esculturas –y su existencia-, la que le impulsa a superar toda dificultad o reto en el trabajo, la que le induce a marcarse metas cada vez más altas.
GENIALIDAD
El escultor de lo pequeño, muestra que para ser grande hay que fomentar, educar y perfeccionar las virtudes humanas (como es el caso de la voluntad), éstas -a pesar de lo que se diga-, mueven para bien a un mundo que pareciera ha perdidos los afectos y que se encuentra permanentemente en crisis.
La persistencia y la paciencia triunfaron sobre la dislexia, ante un trastorno aparentemente imposible de vencer.
¿Existen los imposibles para un espíritu humano que no se doblega ante nada?
Las personas con voluntad de acero, persistencia y paciencia; que luchan por sus convicciones; que crecen a pesar (o gracias) de sus mismísimas discapacidades, son sencillamente geniales, pues su trabajo nunca los cansa, más bien libera en ellos manantiales de renovación, inspiración y entusiasmo por la vida.
(http://www.ted.com/talks/willard_wigan_hold_your_breath_for_micro_sculpture.html).