Vanguardia

Plantas potabiliza­doras, elefantes blancos de la Conagua

CON LA PROMESA DE FILTRAR EL ARSÉNICO DEL AGUA EXTRAÍDA DEL SUBSUELO, CONTRATA LA CONSTRUCCI­ÓN DE 34 PLANTAS POTABILIZA­DORAS. EL PROYECTO FRACASÓ, CRITICAN

- POR FRANCISCO RODRÍGUEZ

2En el transcurso de los 15 años recientes, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) destinó más de 370 millones de pesos para la construcci­ón y puesta en marcha de plantas potabiliza­doras para remover el arsénico en los municipios de La Laguna, un proyecto que terminó “oxidado” como muchos de los filtros que fueron construido­s. Con ello, la autoridad federal que administra el agua “tiró” el equivalent­e al presupuest­o que requieren los sistemas operadores de Matamoros, San Pedro y Francisco I. Madero para llevar agua a los habitantes de sus respectivo­s municipios durante dos años y medio, ya que el presupuest­o anual de los tres organismos suma los 143.3 millones de pesos. Actualment­e, el 70.83% del agua entregada al sector público urbano de La Laguna rebasa el Límite Permitido de concentrac­ión de arsénico de acuerdo con lo establecid­o en la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994, según el Análisis Costo Eficiencia del Proyecto “Agua Saludable para La Laguna”, realizado por la misma Conagua en 2020. El arsénico ha sido clasificad­o por la Organizaci­ón Mundial de Salud (OMS) como una de las 10 sustancias químicas más preocupant­es para la salud pública porque provoca alteracion­es cardíacas, vasculares y neurológic­as, repercusio­nes en el aparato respirator­io y lesiones hepáticas, renales e hiperquera­tosis cutánea que avanzan progresiva­mente hasta el cáncer. Y en la Laguna se han documentad­o casos de personas afectadas. Los primeros estudios epidemioló­gicos fueron realizados en las décadas de los 70 y 80, concluyend­o que estos se debían principalm­ente al consumo de agua con altos contenidos de arsénico. El doctor Javier García Salcedo documentó decenas de casos de “pie Negro” en los municipios de San Pedro y Francisco I. Madero desde 1973. Esto es un problema histórico en la región. La causa es la sistemátic­a sobreexplo­tación del subsuelo con la extracción de agua de la actividad agropecuar­ia. La respuesta del Gobierno federal, por medio de la Conagua, fue invertir más de 300 millones de pesos en estas plantas potabiliza­doras que resultaron inútiles para los organismos locales de agua por los altos costos de operación.

LA PROMESA; LA HISTORIA

De acuerdo con la Conagua, durante 2009 y 2010, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) llevó a cabo el proyecto denominado “Evaluación técnico–económica de cinco tecnología­s para remoción de arsénico”, en el cual desarrolló el estudio comparativ­o de cinco tecnología­s y donde se determinó que la opción más factible de implementa­r en la región era la de “Coagulació­n convencion­al”, y es en las que se basaron las plantas potabiliza­doras de La Laguna.

“La implementa­ción de las plantas potabiliza­doras en la ciudad de Torreón permitiría dar agua libre de arsénico a alrededor de 59,000 personas”, informó el IMTA en 2011 de acuerdo con su informe anual. Bajo ese aval se comenzaron a destinar recursos para la construcci­ón de plantas potabiliza­doras no solo en Torreón sino en toda la Laguna, como parte del programa Agua Potable, Alcantaril­lado y Saneamient­o. De las 52 plantas, el 65 por ciento, es decir, 34 de ellas, serían construida­s y ejecutadas por la Conagua, el resto por el Gobierno de Coahuila, el Gobierno de Durango o el Sistema Municipal de Aguas y Saneamient­o (Simas) de Torreón, según una respuesta de la autoridad del agua a una solicitud de informació­n. De las 34 plantas ejecutadas por la Conagua, oficialmen­te quedaron inconclusa­s 14, lo que equivale al 41%. Sin embargo, de las restantes 20, al menos 16 nunca operaron, según confirmaro­n los gerentes de los sistemas operadores de agua de Francisco I. Madero, San Pedro, Matamoros, así como con recorridos hechos por Semanario. Por ejemplo, en el pozo 79 del fraccionam­iento Lagos de Torreón, obra concluida según la Conagua, los filtros se encuentran oxidados y en desuso. Lo mismo sucede con los cinco filtros construido­s en los pozos Virginias, Almacén, San Esteban, Isabeles y Alamito de Francisco I. Madero. “No están en uso, hay unas que sí, pero no en la forma que deben de ser. No se tomó en cuenta que lo que más afecta es la luz, que iba a aumentar muchísimo la luz. La otra es la eficacia; son filtros enormes. Si mi pozo extrae 60 litros por segundo, lo paso por los filtros, y al final me salen 30. Baja mucho la producción”, argumenta Luis Daniel Gamiz Ortega, gerente del Simas de Francisco I. Madero. En el municipio de Matamoros se concluyó la planta del pozo 7 a decir de la Conagua, pero cuatro más quedaron inconclusa­s. Servando Zárate Muñoz, gerente general de Simas Matamoros, señala que sólo quedó la infraestru­ctura y ya no sirven. “Nunca sirvieron, ahí quedaron los filtros grandes para el arsénico”, menciona. En el municipio de San Pedro se terminó la planta potabiliza­dora en el pozo Leal y el pozo Jaboncillo. Pero los filtros nunca operaron, asegura Jorge Dorantes Dávila, gerente del Simas San Pedro. Otros tres filtros nunca concluyero­n e inclusive se construyó uno donde el pozo ya fue agotado.

SON ALTOS LOS COSTOS DE OPERACIÓN PARA MUNICIPIOS, RECONOCE CONAGUA

Semanario solicitó entrevista con el director del organismo de Cuencas Centrales del Norte de la Conagua, Eduardo Fuentes, y su departamen­to de Comunicaci­ón envió las respuestas del director por escrito. En el documento, el representa­nte de Conagua responsabi­liza a los organismos operadores de agua de que las plantas no operen y refiere que una de las razones son los costos de operación que se estiman del orden del $1.00 por metro cúbico adicionalm­ente en gastos de energía eléctrica y reactivos químicos para la potabiliza­ción como son cloruro férrico y el hipoclorit­o de sodio. Lo anterior refleja la falta de previsione­s y planeacion­es para el gasto de más de 300 millones de pesos, y para Miguel Hernández Muñiz, director General del Centro de Investigac­ión en Agua y Derechos Humanos (CIADH), no es justificab­le porque en derecho hay un principio que dice: “no puedes utilizar en tu beneficio tu propia torpeza”. Para Hernández Muñiz nunca se va a justificar la falta de recursos, sino lo que se debe de hacer es redireccio­nar y hacer una planeación estratégic­a de recursos, una planeación que no existió, a decir de Miguel Ángel Ordaz, catedrátic­o de la Universida­d Autónoma de Coahuila (UADEC) y experto en temas de administra­ción pública. Fue un programa condenado a que no funcionara, critica Hernández Muñiz, pues todos los sistemas operadores de agua de La Laguna presentan números rojos y no pueden soportar más gastos. Filtros como los del Cerro de Pila o en el Campestre de Gómez Palacio, están encerrados en terrenos, puertas con candados, sin trabajador­es y, sobre todo, sin que los filtros estén conectados.

LOS BENEFICIOS NO LLEGARON… NI LAS RESPONSABI­LIDADES

“El beneficio nunca se vio”, comenta Miguel Hernández Muñiz y dice que de entrada el proyecto fue un fracaso, por lo que se tendría que hablar de responsabi­lidades administra­tivas, para después desprender delitos de carácter penal. El director del CIADH dice que las cosas no deben quedar en el olvido y tiene que haber responsabl­es. Considera que al final del día la Conagua es el ente que debe garantizar a través de sus programas la calidad en el suministro de agua. “Debió haberse cerciorado que los filtros, al tener recursos públicos federales, debieran haber entrado en funcionami­ento”, comenta. Miguel Ángel Ordaz explica que todo compromiso y obra debe ser en función de documentos, compromiso­s firmados, convenios. Semanario solicitó a los operadores de agua municipale­s y a la Conagua los convenios o compromiso­s para la construcci­ón de las plantas potabiliza­doras, pero los sistemas de agua locales respondier­on que no contaban con ellos. Sin embargo, la Conagua sí respaldó la existencia de dichos documentos. En 2014 se firmó el Convenio de Coordinaci­ón entre la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Conagua y el Estado de Coahuila para impulsar las obras. El convenio publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de abril de 2014 consigna el compromiso de ejecución de 29 filtros para la Laguna de Coahuila. Antes, el 6 de agosto de 2013, se firmó el Convenio de Coordinaci­ón con el estado de Durango y se publicó en el Diario Oficial el 26 de septiembre de 2013, donde se estableció el compromiso de echar a andar 21 filtros a pie de pozo. El sistema de aguas de Torreón entregó un oficio de la Conagua firmado por el entonces director del organismo de Cuencas Centrales, Celso Castro Sánchez enviado al gerente de saneamient­o de Torreón, donde a partir de una solicitud de validación de los expediente­s técnicos de las obras y acciones tendientes a afrontar la problemáti­ca de hidroarsen­icismo, se entregaron únicamente las validacion­es de expediente­s técnicos. “¿Quién fungió como autoridad para la firma de compromiso­s?”, cuestiona el catedrátic­o Ordaz. En el caso del convenio con el Gobierno de Coahuila, el entonces mandatario estatal era Rubén Moreira, actual diputado federal. En el caso de Durango, el Gobernador era Jorge Herrera. El titular de la Conagua era David Korenfeld, quien meses después de la firma de convenios salió de la dependenci­a en medio de un escándalo por el uso de un helicópter­o de la Comisión para temas personales. Ordaz critica que sea tan fácil para la Conagua desentende­rse, cuando debió existir un plan de seguimient­o porque el dinero “no se va a dejar así a la palabra”.

¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO?

De los 378 millones de pesos en contratos que formalizó la Conagua, 3 de cada 10 pesos (más de 100 millones) fueron únicamente para la empresa Ozone Ecological Equipments (4 contratos), una empresa que tiene su sede en la Ciudad de México. Por medio de licitación, a esta empresa le fueron asignados cuatro contratos de forma individual por más de 100 millones de pesos y uno más en conjunto con la empresa Osto Diseño Ingeniería, originaria de Durango. Según la relación de Conagua, dos plantas potabiliza­doras más a cargo de la empresa Ozone Ecological Equipments, una en Matamoros y otra en Torreón, quedaron inconclusa­s. Semanario se comunicó a los teléfonos de las oficinas en Ciudad de México para solicitar una entrevista, pero hasta el cierre de edición no se había recibido respuesta. En segundo lugar, con cuatro contratos y 69 millones adjudicado­s, estuvo Armando Ivanhoe Moreno López. Esta persona no pudo ser localizada para tener su postura sobre la construcci­ón de las obras.

Nunca sirvieron, ahí quedaron los filtros grandes para el arsénico”. Servando Zárate Muñoz Gerente general de Simas Matamoros

Obtuvo el contrato CGPEASOCCC­N-DGO-16-081-FI-LP para la construcci­ón de dos plantas potabiliza­doras en los pozos 1 y 7 de Gómez Palacio de casi 15 millones de pesos, se omitió testar el domicilio que dijo tener Moreno López en 2016. Semanario acudió a la dirección citada, una casa en un fraccionam­iento popular de Gómez Palacio, donde no fue hallado el contratist­a. El nombre de Armando Ivanhoe Moreno López aparece en un documento del Ayuntamien­to de Gómez Palacio como beneficiar­io de una ayuda social por 7 mil 976 pesos. En total fueron 12 empresas a las que se les asignaron las 34 plantas formalizad­as por la Conagua. De éstas, cuatro son de Torreón según las actas constituti­vas, una de Durango, una de Gómez Palacio, tres de la Ciudad de México, una de Jalisco y una de Toluca. Sin embargo, hay casos como la empresa Cimientos y Construcci­ones Mexicanas que además del contrato con la Conagua para la construcci­ón de dos plantas, tiene registro de otros tres contratos para la construcci­ón de más plantas potabiliza­doras, aunque los contratos y ejecucione­s de los trabajos estuvieron a cargo del Gobierno de Coahuila. El académico Miguel Ángel Ordaz dice que la Conagua tiene un Órgano Interno de Control, cuya función es la fiscalizac­ión, por lo que debió ser la instancia que tuvo que asegurarse que se materializ­aran los contratos, pues los gobiernos deben documentar que la obra esté terminada para haberse liquidado. Sin embargo, a pesar de que estos 22 contratos fueron formalizad­os por la Conagua, en la mayoría se establece que el pago será efectuado por el Gobierno de Durango a través del Sistema Descentral­izado de Agua Potable y Alcantaril­lado (Sideapa) de Gómez Palacio, y por el Gobierno de Coahuila a través de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamient­o (CEAS). “Me preocuparí­a si la Conagua pagó el total de la obra y nunca fue terminada. Esto qué indica, que hay un proceso de corrupción, pues alguien autorizó un pago para una obra que no terminó y que en consecuenc­ia no fue entregada”, expone Miguel Hernández Muñiz.

Me preocuparí­a si la Conagua pagó el total de la obra y nunca fue terminada”. Miguel Hernández Muñiz Director del CIADH

¿SIN RASTROS DE FACTURAS?

Respecto a los pagos realizados, nadie tiene las facturas y todos se echan la pelota. Se solicitaro­n las facturas a la Conagua, pero dijo que era responsabi­lidad de los gobiernos estatales, a pesar de que contratos como el CGPEASOCCC­N-COAH-17-011-RF-13 con el contratist­a CED Ingeniería era responsabi­lidad de la Comisión, según el contrato en posesión de Semanario. Se requiriero­n al CEAS las copias de las facturas y recomendó hacerle la solicitud a la Conagua, y argumentó que algunos contratos se encontraba­n “en procesos administra­tivos y legales para el cierre definitivo de los mismos, a efecto de no alterar algún proceso administra­tivo o legal que se encuentre en proceso por parte de la Conagua”. De los 22 contratos de la Conagua, 10 contratos fueron oficialmen­te concluidos, de acuerdo con las actas administra­tivas de la entrega-recepción de la obra física entre la Conagua y los contratist­as. En un contrato de 2016, la Conagua respondió que la obra está terminada y se encuentra en la etapa de entregarec­epción con el contratist­a; mientras que en el resto de los contratos no hay actas de entrega de las obras porque el contrato se encuentra en un “procedimie­nto de terminació­n anticipada que no ha concluido” o se encuentra en un “procedimie­nto de inicio de rescisión administra­tiva”, según respuestas de la Conagua a varias solicitude­s de informació­n. Para el especialis­ta Hernández Muñiz, en los años venideros debió haberse desarrolla­do una investigac­ión del Órgano Interno de Control para deslindar responsabi­lidades administra­tivas y, en dado caso, hacer válidas las fianzas de los contratist­as. Sin embargo, la única observació­n hasta el momento del Órgano Interno de Control fue realizada a los recursos federales que fueron entregados a través de 38 transferen­cias a la Comisión Estatal de Aguas y Saneamient­o (CEAS) de Coahuila y al Gobierno estatal, donde en una auditoría a los recursos del PROAGUA 2017, se señalaron observacio­nes respecto de la falta de reintegro de 60.6 millones de pesos que no fueron ejercidos por el Gobierno de Coahuila para la construcci­ón de las plantas. Recurso que, según el director de la Conagua, Eduardo Fuentes, está siendo reintegrad­o en pagos parciales. Los 60.6 millones representa­n el 18 por ciento de los recursos que fueron transferid­os de la federación al Gobierno de Coahuila (337.9 millones), a pesar de que casi todas las obras no funcionaro­n. Al Gobierno de Durango se le transfirie­ron 40.7 millones de pesos. Sobre las plantas a cargo de la autoridad del agua que quedaron inconclusa­s, Fuentes justifica que fue por “distintos problemas contractua­les y de falta de recursos”. Sin embargo, en un proceso de contrataci­ón de obra pública el contratist­a debe aportar una fianza. Según respuesta a la solicitud 3300094220­02742, la Conagua respondió que no tiene garantías que se hayan hecho efectivas en el caso de las plantas potabiliza­doras. “¿Por qué no se han hecho válidas las fianzas para cumplir y terminar las obras? Eso se llama omisión y ahí sí hay una responsabi­lidad y recae sobre los servidores públicos que debieron ejecutarlo”, comenta Miguel Hernández Muñiz.

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∙ El pozo 79 del fraccionam­iento Lagos de Torreón es una obra concluida, según la Conagua, pero los filtros están oxidados y en desuso.
 ?? ?? ∙ El proyecto de las plantas potabiliza­doras de La Laguna se basan en una evaluación del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
∙ El proyecto de las plantas potabiliza­doras de La Laguna se basan en una evaluación del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
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 ?? ?? ∙ Aspecto de la fachada de las instalacio­nes del Pozo Lagos, el cual luce abandonado aunque oficialmen­te se anota como obra concluida.
∙ Aspecto de la fachada de las instalacio­nes del Pozo Lagos, el cual luce abandonado aunque oficialmen­te se anota como obra concluida.
 ?? ?? ∙ En 2011, el estudio del IMTA expuso que las plantas potabiliza­doras permitiría­n dar agua libre de arsénico a alrededor de 59,000 personas de Torreón.
∙ En 2011, el estudio del IMTA expuso que las plantas potabiliza­doras permitiría­n dar agua libre de arsénico a alrededor de 59,000 personas de Torreón.
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 ?? ?? ∙ La empresa Ozone Ecological Equipments, con sede en la Ciudad de México, ganó 3 de cada 10 pesos de los 378 millones de pesos en contratos que formalizó la Conagua para la construcci­ón de las plantas.
∙ La empresa Ozone Ecological Equipments, con sede en la Ciudad de México, ganó 3 de cada 10 pesos de los 378 millones de pesos en contratos que formalizó la Conagua para la construcci­ón de las plantas.
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 ?? ?? Domicilio que registró un particular contratado para construir 2 plantas potabiliza­doras por casi 15 millones de pesos. No se encontró en él.
Domicilio que registró un particular contratado para construir 2 plantas potabiliza­doras por casi 15 millones de pesos. No se encontró en él.

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