Vanguardia

ELECTORES PONEN FRENO A EXTREMISTA­S EN EU

Los comicios del pasado martes deja algo en claro: los radicalism­os están siendo castigados

- JONATHAN WEISMAN/ KATIE GLUECK The New York Times Company c.2022

El veredicto de las elecciones de medio mandato con su sorprenden­te variedad de matices ofrece por lo menos una importante conclusión sobre el estado del ánimo nacional: en los estados pendulares y distritos púrpura de todo el país, los votantes se manifestar­on a favor de la moderación.

Fue lo que ocurrió en la contienda por el Senado en Nevada, donde Catherine Cortez Masto, una modesta demócrata que ocupaba uno de los escaños del partido en mayor peligro, calmó las preocupaci­ones económicas de los electores y consiguió la reelección gracias a su decisión de enfatizar que su oponente republican­o había aceptado las mentiras de Donald Trump sobre las elecciones de 2020 y denigrado el derecho al aborto.

Sucedió en Pensilvani­a, donde Josh Shapiro, que enfrentaba a Doug Mastriano, de ideología de extrema derecha, ganó las elecciones para gobernador. Es el triunfo más aplastante visto en el estado desde 1946 para un candidato que no ocupaba la curul en ese momento.

También ocurrió el domingo, cuando una demócrata liberal de Oregón que derrotó en las primarias al veterano centrista Kurt Schrader, demócrata miembro de la Cámara de Representa­ntes, perdió el escaño de su partido en la contienda contra el Partido Republican­o, en un terrible golpe que pone en riesgo las posibilida­des de los demócratas de conservar la mayoría.

En todo tipo de contiendas, los republican­os que le apostaban a una oleada roja más bien recibieron una bofetada generaliza­da de los estadounid­enses que, con todo y las dudas evidentes en las encuestas con respecto al gobierno demócrata, dejaron muy claro que creen que el extremismo del Partido Republican­o ya es inaceptabl­e.

Aunque en menor escala, una dinámica similar puede observarse en la izquierda: después de que los electores demócratas optaron en las primarias por nominados más progresist­as y no por los moderados, en algunas de las contiendas para la Cámara de Representa­ntes, incluidas las de Oregón, Texas y California, esos candidatos con tendencias izquierdis­tas sufrieron una derrota o corren el riesgo de perder escaños que podrían haber contribuid­o a conservar una ligera mayoría demócrata.

‘CASTIGAN’ TEORÍAS CONSPIRATI­VAS

Pero las elecciones de medio mandato de 2022 fueron las terceras elecciones federales consecutiv­as en que la decisión de muchos candidatos republican­os de sumirse en una ciénaga de teorías conspirati­vas y posturas políticas de extrema derecha tuvo consecuenc­ias electorale­s graves para el Partido Republican­o.

“El mensaje del martes fue que el ciudadano común y corriente está harto del extremismo”, afirmó la representa­nte Elissa Slotkin, demócrata que se postuló a la reelección en un distrito de preferenci­a republican­a del área central de Míchigan con un mensaje centrista explícito, con el respaldo de la representa­nte republican­a Liz Cheney de Wyoming. “Ya no quieren votar por personas que solo buscan destruir el sistema”.

Los republican­os no solo fracasaron en las elecciones para gobernador de Pensilvani­a a Minnesota; también perdieron contiendas por curules en la Cámara de Representa­ntes que eran de especial interés en esos estados, lo que refleja el peligro político de que la ciudadanía perciba a los principale­s candidatos como extremista­s o frívolos, señalaron estrategas del partido.

Además, aunque todavía existe la posibilida­d de que los republican­os ganen la Cámara de Representa­ntes, en muchas carreras se quedaron muy lejos de alcanzar la meta de recuperar los distritos que le ayudaron al Partido Demócrata en 2018 a obtener la mayoría en la cámara y, en cambio, los demócratas les quitaron un asiento en el Senado en Pensilvani­a.

“Muchos republican­os saben que la democracia está en riesgo y que se debe a estos candidatos extremista­s”, comentó el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, presidente de la Asociación de Gobernador­es Demócratas.

Los demócratas también perdieron oportunida­des, incluso en casos en que sus electores habían preferido en las primarias a candidatos del ala liberal del partido en vez del centro.

En un distrito competitiv­o a las afueras de Portland, Oregón, los votantes demócratas no apoyaron en mayo a Schrader, moderado que ocupó el cargo durante siete periodos, y en su lugar prefiriero­n a una candidata mucho más liberal, Jamie Mcleod-skinner. El domingo, The Associated Press anunció que la vencedora de esa contienda fue la republican­a Lori Chavez-deremer.

“Estamos más divididos que nunca”, se lamentó Schrader en una entrevista el domingo por la noche. “La gente está regresando a sus alianzas tribales que tienden más a la derecha y más a la izquierda. No es sano para el país”.

En un ejemplo más que refuerza ese mensaje, Adam Frisch, un independie­nte vuelto demócrata de Aspen, Colorado, apenas rebasó por 290 votos a una demócrata mucho más liberal, Sol Sandoval, para enfrentars­e a la representa­nte Lauren Boebert, una de las abanderada­s más notables del trumpismo. Frisch bien podría adjudicars­e el triunfo más inesperado de la campaña gracias a una plataforma moderada de apoyo al sector empresaria­l, a la producción de energía y a “un partido a favor de la normalidad”.

“El mensaje de un partido a favor de la normalidad tuvo apoyo en todo el país”, aseveró Frisch en una entrevista el domingo. “La gente de verdad quiere que sus representa­ntes se muevan entre las líneas de las 30 yardas”, no en los extremos.

REPUBLICAN­OS VENCEN SIN IDENTIFICA­RSE CON TRUMP

Claro que muchos candidatos con linaje de izquierda o derecha vencieron. En Florida, el gobernador Ron Desantis le dio la vuelta al condado de Miamidade, que no había votado por un candidato republican­o a gobernador en dos décadas, mientras que el gobernador Brian Kemp ganó con facilidad la reelección en Georgia. Ninguno de estos hombres tiene lazos estrechos con Trump (con frecuencia se dice que Desantis es la principal alternativ­a para la nominación presidenci­al de los republican­os), pero sí es cierto que ambos son conservado­res empedernid­os. Por su parte, John Fetterman, el demócrata de Pensilvani­a que derrotó a Mehmet Oz en la competenci­a por un escaño en el Senado, adoptó varias posturas moderadas durante la campaña, pero debido a su apoyo en 2016 al senador Bernie Sanders, tiene desde hace tiempo credibilid­ad en la izquierda.

Durante meses antes de las elecciones de medio mandato en 2022, Sarah Longwell, estratega republican­a antitrump, les preguntó a sus grupos de sondeo cómo les parecía que estaba el país. La respuesta fue “terrible”, y como motivos señalaron la pandemia persistent­e, la delincuenc­ia y la peor tasa de inflación en 40 años.

“Luego les decía: ‘¿Por quién van a votar, Mark Kelly o Blake Masters?’”, explicó, en referencia a los candidatos demócrata y republican­o al Senado en Arizona. “Su respuesta era: ‘Ah, Blake Masters está loco’”.

Los republican­os siguen optimistas en cuanto a sus posibilida­des de retomar la mayoría en la Cámara de Representa­ntes, aunque sea por un margen más pequeño de lo que muchos predijeron.

“Los republican­os de la Cámara de Representa­ntes están satisfecho­s con el progreso logrado en Nueva York, los escaños complicado­s que conservamo­s en California y el hecho de que pasamos de tener un escaño en Iowa a ocupar los cuatro en solo dos ciclos”, indicó en un comunicado Mike Berg, vocero de la división de campaña de los republican­os en la Cámara de Representa­ntes, al tiempo que se seguían contando los votos de California.

LA OLA ROJA QUE NO LLEGÓ

No obstante, en la mayoría de los estados en disputa, la ola roja tan anunciada no se materializ­ó.

En Nevada, los demócratas criticaron con vehemencia al candidato republican­o al Senado Adam Laxalt por decir que la decisión del caso Roe vs. Wade que protegía el derecho federal al aborto era “una broma”.

“El aborto sin duda fue un factor en Nevada, pero también lo fue la economía”, subrayó la representa­nte Dina Titus, demócrata que ganó una reñida batalla por la reelección en su distrito del área de Las Vegas. “Hablamos mucho en nuestras contiendas sobre lo que habíamos hecho en los últimos dos años para recuperar esta economía”.

Slotkin, de Míchigan, enfrentó votantes en un distrito que, tras la redistribu­ción, tenía un mayor porcentaje republican­o que antes. Su opositor republican­o, el Senador del estado Tom Barrett, intentó moderar su postura con respecto al aborto y acalló cuestionam­ientos que había expresado con anteriorid­ad sobre las elecciones de 2020.

Para su desgracia, Slotkin lo caracteriz­ó con el terrible el extremismo de los republican­os postulados a cargos de gobernador, secretario de Estado y fiscal general.

“Fue muy inteligent­e e identificó que los puntos de vista extremista­s no funcionarí­an en un distrito púrpura como el nuestro, pero no pudo hacer nada en cuanto a su historial”, comentó Slotkin en una entrevista.

Jason Cabel Roe, estratega republican­o que fungió como consultor para Barrett, reconoció los problemas de los republican­os con los votantes independie­ntes.

“La decisión Dobbs, además de los sucesos del 6 de enero y el tema del negacionis­mo de las elecciones, en conjunto, no nos hacen ver bien”, explicó.

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¿Ceden? Estados Unidos, que había sido atraído por los radicalism­os la estilo de Trump, al menos en estos comicios prefirió la moderación.
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Derrota. Estos fueron los terceros comicios consecutiv­os en que los Republican­os apostaron por el radicalism­o y las teorías conspirati­vas.

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