Vanguardia

Palabrería­s

‘CATÓN’, CRONISTA DE LA CIUDAD

-

¿Sabrán los niños y muchachos de hoy lo que es un metate? ¿O debo decir: lo que “era” un metate? A lo mejor ni siquiera en las más apartadas comunidade­s campesinas se usa ya el metate. Y qué bueno, pues el metate era muy dura fatiga para la mujer, casi una esclavitud.

El metate es una piedra cuadrilong­a y abarquilla­da, sostenida en tres patas de la misma piedra, dos delanteras y una trasera, formando un plano inclinado hacia adelante, sobre la cual se molían el maíz, el cacao y otros granos. La llamada “mano” del metate, o sea el instrument­o para moler, era un rodillo hecho de la misma piedra, más grueso en el centro que en los extremos. Y tenía su nombre ese rodillo, un nombre simpático y gracioso: se llamaba “metlalpil”, del náhuatl “metlatl”, metate, y “pilli”, hijo. “El hijo del metate”, llamaban, pues, nuestros antepasado­s indios a lo que nosotros, con menos imaginació­n poética, llamamos sencillame­nte “mano”. Palabras son éstas de un ayer que es grato evocar hoy.

- - - - ¿Qué relación tiene el vals “Sobre las olas”, de Juventino Rosas, con la bazuka, un arma de la guerra? Hay entre ambos objetos una curiosa relación. Bob Burns, famoso cómico norteameri­cano del pasado siglo, tocaba cuando joven la mandolina y el trombón en la orquesta de su escuela. Un día, cuando el conjunto tocaba el vals “Sobre las Olas”, se le rompió una cuerda a su mandolina. Por broma tomó un gran tubo que estaba por ahí, se lo puso sobre el hombro y soplando a través de un agujero en el tubo empezó a emitir con él sonidos graves. Años después recordó que aquello había provocado la risa de sus compañeros. Perfeccion­ó el tubo para usarlo en sus actuacione­s cómicas y lo llamó “bazooka”, de “bazoo”, nombre que en Arkansas, su estado natal, recibe aquel que se da muchos aires, y la terminació­n “ka”, presente en los nombres de algunos instrument­os musicales, como balalaika. Cuando por primera vez se probó la bazuka, arma de guerra, en el Ejército norteameri­cano, un soldado dijo: “¡Miren! ¡Eso se parece a la bazuka de Bob Burns!”. Y se le quedó ese nombre a la nueva arma.

- - - Incluso esa severa señora que es la Real Academia Española reconoce la palabra “sándwich” y la registra en su Diccionari­o tal como se escribe en inglés, sólo que con acento ortográfic­o en la a. La palabra tiene ya venerable antigüedad: nos llega del siglo dieciocho. He aquí su historia. En tiempos de la guerra que hicieron las colonias americanas para obtener su independen­cia de Inglaterra, el jefe de las armas británicas en las Colonias fue, hasta marzo de 1782, un militar llamado John Montague, conde de Sandwich. Hombre de vida arrebatada era él, mujeriego y, sobre todo, gran jugador de cartas. Una noche, entregado a una prolongada sesión de su juego favorito, no lo quiso suspender para cenar. Pidió un pan, lo partió a lo largo con su navaja y puso entre las dos rebanadas una lonja de carne. Esa comida rápida tuvo éxito y fue bautizada con el nombre de “sándwich”, por el nombre de su inventor. También durante mucho tiempo las Islas Hawaii se llamaron Islas Sandwich, en honor de este mismo personaje.

Palabras, palabras, palabras… Pero todas con una historia interesant­e. Palabra.

 ?? ?? ARMANDO FUENTES AGUIRRE
ARMANDO FUENTES AGUIRRE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico