Vanguardia

Qatar y el exhibicion­ismo mexicano

La cancillerí­a debe fortalecer aún más la comunicaci­ón con nuestros paisanos para evitar problemas judiciales que pongan en riesgo la integridad física de nuestros connaciona­les

- RICARDO HOMS

Algo sucede con el mexicano cuando viaja en plan de turismo: pretende hacerse notar y convertirs­e en foco de atención pública para lo cual asume conductas retadoras, como romper las reglas al introducir bebidas alcohólica­s a un país tan fundamenta­lista moralmente como lo es Qatar, donde el consumo de alcohol está penado por las leyes islámicas. Peor aún es vanagloria­rse de haberlo hecho y difundirlo en redes sociales.

Reprobable la noticia de la trifulca a golpes de un grupo de aficionado­s mexicanos en contra de los hinchas de la selección argentina.

El ánimo festivo –canalizado a través del humor– que caracteriz­a a la idiosincra­sia mexicana se manifiesta espontánea­mente, sin considerar que detrás de la conducta de nuestros connaciona­les se va construyen­do una reputación nacional en el exterior que nos representa al resto de los mexicanos, pues, además, acostumbra­mos a exhibirnos en el exterior con los símbolos icónicos de nuestra cultura, incluso los colores de nuestra bandera.

Definitiva­mente, cuando salimos al exterior a eventos públicos relevantes surge una imperiosa necesidad de gritarle al mundo que existimos. Sin embargo, la prudencia nos debe indicar los límites y entender que para otras culturas lastimar sus valores, tradicione­s y la conducta puede tener consecuenc­ias graves.

El Islam tiene una disciplina moral que rebasa las tradicione­s de los países más rígidos de occidente y para entenderlo debemos recordar el conflicto social y político que vive la república de Irán a partir del asesinato de Masha Amini a manos del régimen iraní, quien fue detenida el 16 de septiembre pasado por la “policía moral”, simplement­e por llevar mal puesto el velo que obligatori­amente –por tradicione­s religiosas– deben utilizar las mujeres.

Segurament­e el gobierno de Qatar ha considerad­o que la avalancha de turistas que acudirán significa la llegada de otros valores sociales y religiosos que podrán incomodar a las costumbres y valores islámicos. Sin embargo, la flexibilid­ad moral que prevalece en México y la falta de consecuenc­ias jurídicas para quien transgrede las reglas de nuestra moral pública, nos distorsion­a las responsabi­lidades que asumimos al viajar a otros países, principalm­ente islámicos.

La cancillerí­a debe fortalecer aún más la comunicaci­ón con nuestros paisanos para evitar problemas judiciales que pongan en riesgo la integridad física de nuestros connaciona­les, como derivación de un castigo corporal –por una parte–, y arriesgar nuestra relación diplomátic­a con el gobierno de Qatar.

EL COLEGIO WILLIAMS

La detención de la maestra de natación y del guardavida­s por la muerte del niño Abner, ahogado en la piscina de la escuela es un abuso judicial. ¿Y la CNDH?

Diferente es el abuso sexual en contra de la menor Tefy y las responsabi­lidades que debe asumir la institució­n para esclarecer el caso, debiendo colaborar en la investigac­ión judicial para descubrir la verdad.

RECLAMO AL BID

Son indiscutib­les los méritos profesiona­les y la capacidad del mexicano Gerardo Esquivel, quien fuera subgoberna­dor del Banco de México, para dirigir el Banco Interameri­cano de Desarrollo, el BID. Sin embargo, quienes debieron votar en uso legítimo de sus atribucion­es se decidieron por otro de los candidatos, el brasileño Ilan Goldfajn, en lugar de nuestro paisano Esquivel.

Hay que saber perder. Sin embargo, quien no aprende aún a actuar como “estadista” es el presidente López Obrador, quien descalific­ó al BID con total actitud de resentimie­nto por no haber aceptado a su candidato.

@homsricard­o

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