México no pasó a octavos…
1.- La marcha ciudadana del pasado 13 de noviembre que reunió a 3 millones y medio de mexicanos de clase media y alta en la Ciudad de México y en más de 54 ciudades, no cristalizará si los partidos políticos y esa ciudadanía manifestante no logran construir una candidatura de unidad en 2024 para contender contra Morena. Esa efervescencia, ciertamente esperanzadora, podría evaporarse en un instante. Entonces la historia, siempre implacable, pondrá en la frente de la oposición partidista y ciudadana una “L” de loser por no haber entendido la exigencia del momento que vive nuestro México.
A propósito: México no pasó a octavos de final en la Copa del Mundo en Qatar.
2.- En 2023 AMLO iniciará su declive político, natural por el desgaste político de su posición y por la calidad de su gestión presidencial. Enfrentará el próximo año la fractura de sus “corcholatas” con resultados imprevisibles en un movimiento político sostenido con los alfileres del carisma y los programas sociales del mismo AMLO, pero sin cabeza orgánica y estructura territorial a nivel nacional. Claudia Sheinbaum, la niña de sus ojos, abanderará Morena con un pensamiento prochavista y bolivariano; Marcelo Ebrard, con una visión social demócrata, insistirá con Movimiento Ciudadano y Ricardo Monreal, enraizado en una postura priista modernizante, con la alianza Va por México. La militancia morenista se dividirá en tres partes.
Ninguno de los proyectos faraónicos de AMLO rendirá fruto. El Tren Maya no se terminará; el AIFA será un fracaso subsidiado; la refinería Dos Bocas no producirá un litro de petróleo y el Tren Transístmico quedará inconcluso. El T-MEC podría cancelarse o, al menos, enfrentar demandas multimillonarias en una economía recesiva e inflacionaria con bajos niveles de crecimiento. El crimen organizado crecerá territorial y militarmente para cubrir casi la mitad del país en 2024; mientras, de manera paradójica, el poder económico y político de los militares crecerá aún más. El AMLO de los 30 millones de votantes en 2018, no aparecerá por ningún lado en 2024. Su debilidad política será evidente.
A propósito: México no pasó a octavos de final en la Copa del Mundo en Qatar.
3.- En 2023 Coahuila vivirá su batalla del armagedón, como la descrita por la Biblia a celebrarse al final de los tiempos. Dos ejércitos tomarán el campo de batalla: el de la coalición PRI, PAN y PRD y el de Morena. El primero, es comandado por un solo general. Es un ejército disciplinado, ordenado y articulado. Es valiente e implacable en el fragor de la batalla. Y ha probado ser exitoso en la mayoría de las batallas que ha enfrentado en años recientes. El segundo es liderado por cuatro generales de medio pelo y un General –con mayúscula– llamado Presidente de la República que pretende imponer a uno de esos generales desarraigado de Coahuila, desconocido por el electorado, sin militancia morenista demostrada, sin residencia probada en el estado y con gastos de precampaña incalculables que facilitarían la impugnación de su eventual candidatura. Pero el Generalote es terco como mula tabasqueña y lo impondrá “haiga sido como haiga sido”. Este ejército no tiene estructura territorial alguna, menos orden o disciplina, pero sí miles de beneficiarios a quienes aterrorizan con la pérdida de los programas sociales o transferencias económicas directas para exigirles su voto. El terror es su única arma para controlar a las masas informes de beneficiarios. En suma, esta armada, no invencible, es liderada por cuatro generales de medio pelo, de los cuales, uno, el impuesto, será el elegido para dar inicio una lucha fratricida entre los cuatro antes de la batalla del armagedón. Batalla que enfrentarán agotados con un remedo de ejército; desbalagado, aterrorizado y encabronado contra el general del trópico instalado en Coahuila por órdenes superiores.
A propósito: México no pasó a octavos de final en la Copa del Mundo en Qatar.
Nota: El autor es director General del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución.