Muere el 90% de osos que ‘convive’ con los humanos
Nunca alimentes a los osos que bajan a la zona urbana, ¡o podrían morir!, advierte el director de Recursos Forestales y Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente de Coahuila (SMA), Jorge Luis Guerrero Salcedo.
Alimentar al oso negro, explica, o a cualquier animal salvaje, propicia que ya no quieran alejarse de los asentamientos humanos y generen una cercanía que pondrá en peligro su vida.
En las últimas semanas se han tenido avistamientos de osos negros en diferentes regiones del Estado debido a que, desde julio, entraron en un periodo en el que requieren de alimento para poder pasar el invierno y en esta temporada están bajando en busca de comida.
“Es un comportamiento natural de ellos en el que entran en un periodo de hiperfagia que les obliga a alimentarse para guardar reservas de energía en el invierno, ahorita hay mucho desplazamiento de osos y la mayoría son hembras que bajan con sus cachorros, toman los arroyos y muchos de estos lugares topan en las ciudades”, comenta Guerrero Salcedo.
La recomendación, dice, es no alimentarlos ni tampoco mantener contacto con ellos porque tienden a regresar y es ahí donde se pone en peligro su vida.
“Hemos tenido casos donde los capturamos y los regresamos a su hábitat, pero ellos se regresan porque quieren comer; tienen un sentido del olfato y de la memoria increíble”, asegura Guerrero Salcedo.
Sobre las pérdidas del ejemplar, manifestó que en todo 2022 murieron 26 osos negros a causa de atropellamientos.
El pronóstico para el futuro es devastador, ya que se tiene un estudio científico que señala que al menos el 90 por ciento de los osos que llegan a convivir con humanos, muere.
Esta estadística prevé una reducción de la población de osos negros en los próximos años, ya que la Sierra de Zapalinamé, que converge con la de Arteaga, es una isla boscosa en la que habitan cientos de especies que se encuentran en riesgo a causa de la expansión de la mancha urbana.
“Ha sido un año excepcional con respecto a todos los años anteriores. y tengo una teoría: los humanos hemos alterado mucho el hábitat de los osos y de toda la fauna. Zapalinamé es prácticamente una isla y aquí los tenemos confinados, son 500 mil hectáreas pero necesitan más espacio”, comentó.