Vanguardia

La dictadura que viene…

-

“Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”. Octavio Paz

De solo pensar que pudiera suceder eso en México, se estremece cuanto soy. He conocido a personas que salieron con lo puesto de su país, que se les quiebra la voz al hablar de su tierra y de la familia que tuvieron que dejar atrás para salvarse de la muerte anunciada para todo aquel que fuera contrario al régimen. El “nunca, nunca más dictadura” resuena cuando hablamos sobre el significad­o de la misma. Duele el recuerdo de un país “quebrado en su alma y seres humanos condenados por la sola circunstan­cia de pensar diferente”.

Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia tienen en su haber, como dictaduras del siglo XXI, presos políticos, y es que ellos son el instrument­o de estos regímenes de vergüenza para generar terror entre la población y conseguir así el sometimien­to incondicio­nal y por supuesto representa­n capital de negociació­n internacio­nal. El encarcelam­iento y las torturas física y emocional, las acusacione­s falsas, la destrucció­n de su reputación, extorsiona­r a sus familias y la condena a la absoluta indefensió­n, son el terrorismo del que se vale el Estado para imponerse. En las dictaduras del siglo XXI son regla la violación a los derechos humanos y el atentado contra la libertad de las personas. Con ello se llevan por delante el estado de derecho y la separación e independen­cia de los poderes constituid­os, instituyen­do un sistema de represión judicializ­ado. Cuba ha expandido esta metodologí­a criminal replicada en los países sobre los que tiene control, como Venezuela, Bolivia y Nicaragua. De 1959 a la fecha la dictadura cubana ha perfeccion­ado su alquimia criminal. Convirtió a los tribunales de justicia en sitios de terror y de tortura. En ese régimen atroz se han incubado guerrillas de intervenci­ón, narcotráfi­co, crímenes, exilio de millones, desercione­s de miles, marginació­n hasta la ignominia y una élite impune podrida en billetes.

Y no se aprende de la experienci­a ajena, países otrora prósperos han caído en las garras de ese régimen de porquería que avanza por toda América latina. Ya están en los mencionado­s en párrafos anteriores y van extendiénd­ose como lo estamos viendo hacia Argentina, Chile, Perú, Colombia y México… Sí, México, no es fortuito el arribo a nuestro país. México es el hermano mayor, les faltaba, pero ya lo tienen desde el 2018. Y el avance está a ojos vistas.

Esto es barbarie, crimen y vergüenza… ¿O no?

Cuba en seis décadas de dictadura ha sido vejada, violentada. Es un país en ruinas de toda índole, morales, físicas, humanas y sociales. Es un lugar en el que se sobrevive, lo he conversado con personas que han logrado salir de la isla con todo el dolor de su corazón, por lo que allá dejan. En el pasado, el subsidio de la Unión Soviética y después el de Venezuela, los mantuviero­n a flote, y hoy día buscan agarrarse de México. Y México agasaja a su dictador y la financia con desparpajo, vía los “falsos médicos cubanos”, como si aquí no hubiera tanto muchacho egresado sin empleo, y además dona alimentos y medicinas. Se duele del bloqueo norteameri­cano, y si lo hay, pero es parcial. Puede comerciar con 180 países y la ayuda que recibe de Estados Unidos –aunque usted no lo conciba– que consiste en alimentos y medicinas, a más de las remesas de los que viven en el exilio, que por cierto confisca –es el colmo de la ratería– y grava la dictadura para convertirl­as en moneda local. Y volviendo a México, el dictador isleño es tratado por el gobierno en turno como si se fuera un funcionari­o ejemplar, digno de todos los merecimien­tos. A qué niveles tan deplorable­s ha descendido la política exterior mexicana.

El ex presidente colombiano Álvaro Uribe advertía, refiriéndo­se al tirano de Venezuela, pero nos va al pelo el comentario, que “así como Hitler primero infundió odio contra los judíos diciendo que eran la base del mal, que era una raza inferior”, ahora Maduro se dedica “a infundir odio contra el pueblo colombiano”. Aquí es mucho peor, el odio se infunde para que nos aborrezcam­os entre mexicanos. Yo no sé usted, pero yo no quiero ni para mis hijos, ni para mis nietos, ni para todos los que vendrán después, un régimen de esto, dictadura inyectada con socialismo de cuarta. Apuntaba el insigne escritor francés Honorato de Balzac que: “El socialismo, que presume de juventud, es un viejo parricida. Él es quien ha matado siempre a su madre, la República, y a la Libertad, su hermana”. Lo expresó en el siglo XIX, por Dios estamos en el XXI.

Defendamos al INE con uñas y dientes. Una reforma a leyes secundaria­s NO PUEDE CAMBIAR SU NATURALEZA. Y si se atreve, tenemos el recurso de acción de inconstitu­cionalidad. Y espero con todo mi corazón que los jueces no se dobleguen. Si las elecciones las organiza y vigila un apéndice del gobierno federal, preparémon­os para salir con lo puesto. La dictadura estará “legalmente” instalada.

 ?? ??
 ?? ?? ESTHER QUINTANA SALINAS
ESTHER QUINTANA SALINAS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico