Arrinconan protestas a policía moral de Irán
Mientras, entre las autoridades gana fuerza el discurso que respalda la flexibilización de los códigos de vestimenta
TEHERÁN, IRN.- Tras casi tres meses de protestas en las calles y una dura represión, el régimen de Irán lanzó señales de posibles cambios en el uso del velo,
obligatorio para las mujeres en público, y apunta a la abolición de la policía de la moral.
El presidente del país, Ebrahim Raisi, afirmó durante una intervención en la televisión el sábado que, si bien los fundamentos islámicos de Irán, que amparan el código de vestimenta, están blindados, “la aplicación de la Constitución podía ser flexible”.
Esta semana, el Gobierno ha mostrado cierta predisposición a revisar la estricta ley de 1983, que obliga a las mujeres a cubrirse el pelo con un velo o a llevar ropa holgada fuera de casa y que se ha convertido en el símbolo de las
revueltas iniciadas tras la muerte de la joven Mahsa Amini el 16 de septiembre bajo custodia policial. Amini había sido detenida por llevar mal puesto el hiyab.
El fiscal general, Mohammad Jafar Montazeri, ha planteado la abolición de la policía moral sin dar más detalles. Ni el Ministerio de Interior –de quien depende la policía de la moral, como remarcaron medios iraníes afines al régimen– ni ningún otro cargo gubernamental lo han confirmado o desmentido.
“La policía de la moral ha sido desmantelada por la misma gente que la creó”, sostuvo Mohammad Jafar Montazeri al responder a una pregunta sobre la cancelación del grupo, según publicaron varias agencias.
La policía de la moral, conocida como Gasht-e Ershad (patrullas de orientación), fue fundada en 2006 bajo la presidencia del también conservador radical Mahmud Ahmadineyad, en el cargo entre 2005 y 2013.
A diferencia del grupo paramilitar Basij, con vínculos con la Guardia Revolucionaria y creado en 1980 por el ayatolá Jomeini, la finalidad de la policía de la moral es “difundir la cultura de la decencia y el hiyab”.
Desde septiembre se ha reportado un descenso en el número de agentes de la policía de la moral en todas las ciudades iraníes y un aumento de las mujeres que caminan en público sin velo, en contra de la ley iraní.
Además de sugerir la posible disolución de la policía moral, durante su intervención, el fiscal general también se refirió a un posible relajamiento de las políticas de vestimenta:
“El Parlamento y el poder judicial están trabajando (en su articulación)”. A pesar de esa afirmación, tampoco especificó los cambios que implicaría dicha reforma.