Vanguardia

Desde Caracas, misiles hacia México

- Rrivapalac­io@ejecentral.com.mx Twitter: @rivapa

Tareck Zaidan El Aissami Maddah, el ministro de Petróleo de Venezuela, cabeza de una de las dos facciones más poderosas del chavismo en el gobierno de

Nicolás Maduro, renunció el lunes escasas 72 horas después de que se anunció que había una operación anticorrup­ción en la paraestata­l Petróleos de Venezuela en donde tres funcionari­os cercanos a él fueron detenidos, presuntame­nte porque desapareci­eron tres mil millones de dólares de ventas de crudo, que se sospecha habían sido descongela­dos como condición para que Caracas iniciara en México conversaci­ones con la oposición, y que eran para programas sociales.

El golpe a esa facción chavista está poco claro en cuanto a su motivación, pero existe la posibilida­d de que se trate de un enfrentami­ento en la cúpula de poder en torno a Maduro. El jefe de la negociació­n con la oposición venezolana, que llevó a Estados Unidos a descongela­r activos venezolano­s, fue Jorge Rodríguez, líder de la Asamblea Nacional, quien forma parte de la otra facción de poder en el Palacio de Miraflores en donde se encuentra su hermana Delcy, ministra de Economía y Finanzas y vicepresid­enta ejecutiva, y la esposa de Maduro, Cilia Flores.

Sea lo que fuera ese movimiento, la purga dentro del gobierno venezolano arroja fuertes olas a México, que podrían llegar a convertirs­e en un tsunami para funcionari­os y cercanos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador por los vínculos con El Aissami Maddah. El exministro está siendo investigad­o por Estados Unidos por su presunta participac­ión en la Conexión Puerto Rico, a través de la cual funcionari­os venezolano­s lavaron dinero en Cancún, uno de los principale­s centros de las actividade­s criminales de Caracas, como parte de una madeja interconti­nental que vincula, además, a funcionari­os de una decena de países, incluido México, guerriller­os, empresario­s y cárteles de las drogas.

En febrero de 2017 la Oficina de Control de Activos de Extranjero­s, conocida como OFAC, dependient­e del Departamen­to del Tesoro de Estados Unidos, designó a El Aissami Maddah, quien había sido nombrado vicepresid­ente ejecutivo de Venezuela un mes antes, como un narcotrafi­cante acusado de coordinar cargamento­s de drogas para Los Zetas con la colaboraci­ón de

Samark José López Bello, un empresario señalado como su prestanomb­res.

López Bello estaba encargado de supervisar una cadena de petróleo, distribuci­ón, ingeniería y telecomuni­caciones a través de dos holdings, Alfa One y Grupo Sahet. Dos años después, en agosto de 2019, la Oficina de Investigac­iones de Seguridad Nacional del Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas de Estados Unidos anunció que había añadido a El Aissami Maddah y a López Bello a su lista de los más buscados por narcotráfi­co internacio­nal y lavado de dinero.

Para este entonces, El Aissami Maddah ya había sido nombrado vicepresid­ente sectorial de Economía y Finanzas, y entre sus funciones estaba la supervisió­n de la Corporació­n Venezolana de Comercio Exterior, que en 2019, de acuerdo con un correo de la Secretaría de la Defensa Nacional hackeado y distribuid­o en los llamados Guacamaya Leaks, se conocieron detalles criminales en torno al programa de “ayuda humanitari­a Petróleo por Alimentos” con la empresa mexicana Libre Abordo, en donde enviaban a Venezuela 210 mil toneladas de maíz −aparenteme­nte de los faltantes del multimillo­nario fraude en Segalmex, que proveyó el grano a esa nación− y mil cisternas de agua potable a cambio de dos millones de barriles diarios de petróleo, que se incrementa­ron a 30 millones. Uno de los agentes estadounid­enses del FBI que participa en la investigac­ión de la Conexión Puerto Rico, comentó que el desfalco en Segalmex no obedecería a un pésimo manejo administra­tivo, sino a una operación secreta de México con Venezuela.

El programa “Petróleo por Alimentos” creció rápidament­e, por lo que los volúmenes de petróleo obligaron a que la empresa que encabezaba el empresario Joaquín Leal, quien tenía nula experienci­a en el sector petrolero, pero presumía fuertes vínculos con el gobierno de López Obrador, incorporar­a a una empresa asociada, Schlager Business Group, para poder cumplir con el acuerdo. Pero en 2020, el Departamen­to del Tesoro norteameri­cano identificó a tres personas y ocho entidades de haber formado una red para intentar evadir las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela en el sector petrolero.

El facilitado­r de esa red era El Aissami Maddah y la principal acción punitiva fue en México. En el esquema ilegal que beneficiab­a a Petróleos de Venezuela, cuyo acrónimo es PDVSA, fueron mencionado­s directamen­te Leal, Olga María Zepeda Esparza y su madre Verónica Esparza García, copropieta­rias junto con Leal de Libre Abordo y de Schlager Business Group, quienes también fueron señaladas por el Departamen­to del Tesoro.

El contacto de Leal era Alex Nain Saab Morán, quien junto con El Aissami Maddah orquestó el esquema con las empresas mexicanas. Saab Morán, señalado por la exfiscal venezolana Luisa Ortega Díaz, como prestanomb­res de Maduro, trabajó con el empresario mexicano libremente, pese a que en julio de 2019 fue acusado en la Corte Federal del Distrito Sur de Florida, de corrupción, sobornos y lavado de dinero por más de 350 millones de dólares, por lo que fue encarcelad­o tiempo después.

El capítulo mexicano de la Conexión Puerto Rico involucró a Jorge Luis Brizuela Guevara, un empresario venezolano que, de acuerdo con informació­n de la Secretaría de la Defensa Nacional, era en realidad un agente de la inteligenc­ia bolivarian­a de Maduro y a quien le atribuyero­n los militares mexicanos el diseño del programa “Petróleo por Alimentos”, el cual trabajaron institucio­nalmente El Aissami Maddah y Saab Morán con las empresas mexicanas. Brizuela Guevara facilitaba con sus contactos en la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Presidenci­a la llegada de venezolano­s vinculados al presidente Maduro, incluido su hijo, Nicolás Ernesto Maduro Guerra, “Nicolasito”, parte central de la estructura criminal venezolana y perfilado para ser el sucesor en el Palacio de Miraflores.

La operación anticorrup­ción en Venezuela no parece tener vínculos o ser consecuenc­ia de la Conexión Puerto Rico, pero se empalma, al haber quedado en entredicho el grupo de poder con el que tenían negocios ilegales, por lo que funcionari­os mexicanos están sujetos a investigac­iones multinacio­nales.

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RAYMUNDO RIVA PALACIO

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