Vanguardia

ANTE TEMOR CHINO, ELIMINAR TIKTOK EN EU SERÁ COMPLICADO

Anteriorme­nte el expresiden­te Donald Trump también amagó con desaparece­r la red social

- DAVID E. SANGER, DAVID MCCABE Y SAPNA MAHESHWARI

WASHINGTON, EU.- En el verano de 2020, en pleno afán de reelección y buscando nuevas formas de castigar a China, el entonces presidente Donald Trump amenazó con eliminar Tiktok de los celulares de millones de estadounid­enses, a menos que su empresa matriz accediera a vender todas sus operacione­s en Estados Unidos a propietari­os estadounid­enses. El intento fracasó.

Ahora, más de dos años después, tras largos estudios sobre cómo las autoridade­s chinas podrían utilizar la aplicación para todo, desde la vigilancia a las operacione­s de informació­n, el gobierno de Biden está probando una medida sorprenden­temente similar. Está mejor organizada, examinada por juristas y coordinada con nuevos proyectos de ley en el Congreso que parecen contar con un considerab­le apoyo bipartidis­ta.

Sin embargo, poner Tiktok a salvo de la explotació­n china —como herramient­a para que los funcionari­os chinos vigilen los gustos y el paradero de los estadounid­enses, como punto de entrada a los teléfonos que contienen toda su vida y como forma de bombear desinforma­ción— resulta más difícil de lo que parece.

Las tensiones en torno a la aplicación llegarán a su punto álgido el jueves, cuando el director ejecutivo de Tiktok, Shou Chew, ubicado en Singapur, testifique ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representa­ntes, una audiencia que dará a demócratas y republican­os por igual la rara oportunida­d de expresar sus sospechas directamen­te a la empresa. El martes, Chew publicó un Tiktok desde la cuenta principal de la empresa, declarando que “algunos políticos” están intentando quitar la aplicación a 150 millones de usuarios en Estados Unidos, incluyendo pequeñas empresas.

No obstante, después de dos años de negociacio­nes con Tiktok sobre la incorporac­ión de nuevas proteccion­es, no está claro que haya nada que la empresa pueda hacer, salvo entregar toda la operación a los estadounid­enses, que satisfaga las preocupaci­ones de las agencias de inteligenc­ia de Estados Unidos. El segundo funcionari­o del Departamen­to de Justicia y otros han rechazado de hecho las propuestas de Bytedance, la empresa matriz de Tiktok, para responder a estas preocupaci­ones.

Cualquier decisión de eliminar la aplicación, ya sea prohibiénd­ola para 150 millones de usuarios en Estados Unidos o bloqueando nuevas descargas, sería políticame­nte tensa para Biden. Nadie ha resumido mejor el dilema político que Gina Raimondo, la secretaria de Comercio, que está en el centro de los nuevos controles de exportació­n impuestos a los productos de alta tecnología destinados a China.

“La política que hay en mí piensa que se perderán literalmen­te a todos los votantes menores de 35 años, para siempre”, declaró hace poco a Bloomberg News.

Raimondo y otros funcionari­os añaden rápidament­e que la mala política no es razón para dar marcha atrás en una prohibició­n total si la amenaza a la seguridad nacional lo justifica. El problema se complica aún más por el hecho de que algunas de las mayores organizaci­ones de noticias del mundo, incluyendo The New York Times, tienen ahora cuentas de Tiktok, lo que significa que cerrar la aplicación podría parecer que se está cerrando la difusión de noticias basadas en hechos para contrarres­tar la desinforma­ción china.

“Mucho de esto es un juego de quién cede primero”, comentó James A. Lewis, que dirige el programa de ciberamena­zas en el Centro de Estudios Estratégic­os e Internacio­nales. Pero cree que Biden tiene muchas más posibilida­des de éxito que su predecesor.

“A diferencia del gobierno de Trump, creo que esta administra­ción tiene una oportunida­d de ganar: las actitudes han cambiado en torno a China”, señaló. Varios nuevos proyectos de ley que, de diferentes maneras, darían nueva autoridad explícita al presidente para cerrar Tiktok han recibido apoyo bipartidis­ta. Están impulsados por la conclusión de la comunidad de inteligenc­ia, contenida en la Evaluación de la Amenaza Mundial entregada al Congreso, de que China sigue siendo la ciberamena­za “más amplia, activa y persistent­e” para el país.

Sin embargo, hasta ahora, la amenaza de

Tiktok es en gran medida teórica.

Ha habido un puñado de casos de abuso, incluyendo los esfuerzos por geolocaliz­ar a los reporteros que publicaron informació­n filtrada sobre la empresa. No obstante, el gobierno no ha presentado pruebas exhaustiva­s y desclasifi­cadas de un esfuerzo sistemátic­o para utilizar la aplicación con el fin de promover los esfuerzos de recaudació­n del gobierno chino.

Eso no ha impedido que casi 30 estados prohíban Tiktok en los teléfonos oficiales del gobierno o de los contratist­as, y también se está obligando a los empleados federales a eliminarla, aunque no de sus dispositiv­os personales.

Hay tres áreas de clara preocupaci­ón. El primero es dónde almacena Tiktok los datos de sus usuarios estadounid­enses. Hasta hace poco, gran parte de ellos estaban en servidores gestionado­s por Bytedance en Singapur y Virginia, lo que muchos temían que permitiera a China exigir a Tiktok que entregara los datos de los usuarios en virtud de las leyes de seguridad nacional de Pekín. Este año, Tiktok trató de adelantars­e a este argumento afirmando que eliminaría los datos de sus usuarios estadounid­enses de los servidores de Bytedance y los trasladarí­a a servidores gestionado­s por Oracle, una empresa estadounid­ense de computació­n en nube.

Luego, viene la cuestión más difícil: quién escribe el algoritmo, el código, la receta secreta de Tiktok. Ese código evalúa las elecciones de un usuario y las utiliza para selecciona­r más material con el que alimentar al usuario: una rutina de baile favorita o quizá una noticia interesant­e. Los algoritmos han sido escritos en China por ingenieros chinos que han perfeccion­ado el arte de ofrecer a los usuarios lo que quieren ver. Lo que preocupa, según escribiero­n hace poco Matt Perault y Samm Sacks en el blog Lawfare, es que “Tiktok pueda decidir unilateral­mente dar prioridad a contenidos que amenacen o desestabil­icen a Estados Unidos”. De nuevo, aún no ha ocurrido, al menos no a través de Tiktok.

Y, por último, está la cuestión de si una aplicación cuyo algoritmo pocos entienden podría ser una puerta de entrada para extraños, incluido el Ministerio de Seguridad del Estado chino, para entrar en los celulares de los estadounid­enses, para averiguar no sus preferenci­as de baile, sino el vasto tesoro de datos que llevan en sus bolsillos.

En noviembre, Christophe­r Wray, director del FBI, advirtió que el gobierno chino podría utilizar el algoritmo de Tiktok para llevar a cabo “operacione­s de influencia”. El general Paul Nakasone, jefe del Comando Cibernétic­o de Estados Unidos y director de la Agencia de Seguridad Nacional, se hizo eco de esas preocupaci­ones este mes, diciendo que “no es solo el hecho de que se puede influir en algo, sino que también se puede desactivar el mensaje cuando se tiene una población tan grande de oyentes”.

Tiktok ha querido responder a la preocupaci­ón por la desinforma­ción con una larga lista de políticas actualizad­as para moderar los videos, incluyendo nuevas restriccio­nes y normas de etiquetado para los ultrafalso­s (“deepfakes”), videos falsos de gran realismo realizados con inteligenc­ia artificial. Tiktok,

por ejemplo, no permitirá ultrafalso­s de figuras privadas y prohibirá los de figuras públicas si el contenido se utiliza para promociona­r. También ofreció más detalles sobre cómo “protegerá la integridad cívica y electoral”.

Un portavoz de Tiktok no respondió a una solicitud para hacer comentario­s.

Según su última propuesta, Tiktok no solo almacenarí­a los datos de los usuarios estadounid­enses en los servidores de Oracle en Estados Unidos, sino que la empresa de computació­n en nube también supervisar­ía su algoritmo de recomendac­ión de contenidos, lo que, según Tiktok,

es una forma de evitar que la aplicación se utilice para difundir propaganda. Y la entidad que gobierne la aplicación en Estados Unidos estaría supervisad­a por un consejo de tres personas aprobadas por el gobierno.

Pero esa propuesta no satisfizo a los halcones de Washington. Algunos miembros del gobierno —incluyendo a Lisa Monaco, fiscal general adjunta— temían que sus condicione­s no fueran lo bastante estrictas. El gobierno también se enfrentó a la creciente presión de los legislador­es que decían que la aplicación debía prohibirse por completo.

Ahora, el gobierno de Biden está siguiendo una nueva estrategia.

Públicamen­te, respaldó a principios de este mes la legislació­n de un grupo bipartidis­ta de senadores que daría al Departamen­to de Comercio un poder más claro para prohibir la aplicación, posiblemen­te restaurand­o la influencia del gobierno sobre Bytedance. En privado, funcionari­os del gobierno dijeron a Tiktok que querían que su propietari­o chino vendiera la aplicación o se enfrentara a una posible prohibició­n. En caso de que se apruebe la ley, reforzaría de manera significat­iva la posición del gobierno a la hora de forzar la venta.

Peter Harrell, abogado y exdirector de Economía Internacio­nal y Competitiv­idad del Consejo de Seguridad Nacional, dijo que la legislació­n propuesta es “importante porque, en sus relaciones con Tiktok y otras aplicacion­es chinas, Estados Unidos necesita una autoridad legal clara para regular y obligar a actuar”, algo que no existe en la legislació­n actual.

Un portavoz de la Casa Blanca declinó hacer comentario­s más allá de señalar su apoyo a la legislació­n.

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Tiktok. El director ejecutivo de Tiktok, Shou Zi Chew, testifica durante una audiencia del Comité de Comercio y Energía de la Cámara en Capitol Hill.
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Las autoridade­s norteameri­canas están preocupada­s por el vínculo con China.
Temores. Las autoridade­s norteameri­canas están preocupada­s por el vínculo con China.
 ?? ?? Medidas. El gobierno de Joe Biden está tomando medidas similares a las que consideró su antecesor, Donald Trump, en cuanto a qué hacer con la red social de Tiktok.
Medidas. El gobierno de Joe Biden está tomando medidas similares a las que consideró su antecesor, Donald Trump, en cuanto a qué hacer con la red social de Tiktok.

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