Vanguardia

El agua como arma política electoral, efectiva y criminal

- ALFREDO REYES

Ser defensor del agua se ha convertido en una pose social, como lo fue ser defensor de los derechos humanos o activista de la paz mundial. Aprovechar la crisis del agua como arma electoral es rapiña oportunist­a. Más en estos tiempos de sequía, cambio climático, agotamient­o de acuíferos y niveles muy bajos en ríos, lagos y presas. Una realidad calamitosa.

Vea usted cómo ahora se puede cruzar caminando el Lago de Pátzcuaro rumbo a la isla de Janitzio. La laguna de Valle de Bravo es un lodazal. La presa de la Boca está al 10 por ciento de su capacidad. La presa más grande del río Bravo, La Amistad, en Acuña, está al mínimo histórico del 11 por ciento. Es un desastre para los sistemas de agua potable, agricultur­a, pesca, hidroeléct­ricas, turismo y medio ambiente.

De hecho ya estamos padeciendo la crisis hídrica al ver cómo se están secando nogaleras. Y por la escasez de las presas Zarco y El Palmito, el agua para riego en La Laguna será menor en este ciclo agrícola. El ganado de agostadero muere de sed.

Por eso resulta inicuo que esta crisis sea usada por los políticos en campaña para prometer pendejadas. Y resulta criminal que por esas ambiciones se realicen sabotajes a los sistemas de agua potable.

Es el caso de la campaña desatada en la alcaldía Benito Juárez de la CDMX por el agua contaminad­a. Lo criminal sería que resultara positivo lo del sabotaje a dicho sistema. Tal escándalo opacó la noticia del premio Ortega y Gasset en España a dos periodista­s mexicanos el lunes pasado, Jennifer González y Alejandro Melgoza, por denunciar el despojo a los habitantes de Xoco, de esa misma alcaldía, del agua que por generacion­es han usado y que fue arrebatada en favor de un cártel inmobiliar­io.

De igual forma, el mito del agua en Parras es otro botín político de oportunist­as y farsantes. En época electoral se engaña con la amenaza de que se pretende vender el agua de Parras para traerla entubada a Saltillo. Una patraña que raya en lo absurdo. ¿Cuál agua? El municipio apenas tiene pozos suficiente­s para surtir a la ciudad. El agua de los fuques tiene dueños que, difícilmen­te, la van a vender. Y aunque así fuera, la realidad es que el agua de todos los estanques de Parras no llenaría una tubería de 170 kilómetros ni para una hora de bombeo. Los parrenses ya deben entender que se está agotando el agua del subsuelo y hay exceso de viñedos y nogaleras sin la recarga suficiente del acuífero. Tubería, electrific­ación y estaciones de bombeo, un disparate imposible; para Saltillo sería como construir un sistema Cutzamala.

Los políticos que aspiran al poder deben conocer el tema del agua. Cuencas, pozos en calizas y en lutitas, posibles nuevos pozos, balance entre extracción y recarga, problemáti­cas de la red de agua y del drenaje.

Bastan dos ejemplos de propuestas descabella­das de candidatos en este tema. Los aspirantes a la alcaldía de Saltillo de MC, PT. Morena y PVEM coinciden en que de llegar al poder municipal van a volver a estatizar Agsal a un Simas de burócratas sindicaliz­ados. Y por su parte, Salomón Chertorivs­ki, candidato de MC al gobierno de la CDMX, ha propuesto transforma­r el río de la Piedad, ese gran drenaje entubado que corre por todo el Viaducto para convertirl­o nuevamente en un río arbolado, de aguas cristalina­s y biodiversi­dad. Otro disparate.

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