Mi hijo no quiere irse a la cama; ¿qué hago?
Un día lleno de actividades ha terminado y lo que todos quieren es dormir, pero resulta que los pequeños no tienen eso en mente, al contrario: ¡se niegan!, y pareciera que no cuentan con el botón de off. Esta situación irrita a los padres, hermanos mayores e incluso al mismo niño. Pero no te preocupes, te decimos cómo remediarlo.
1
No los dejes negociar. Siempre tendrán un buen motivo para no irse a dormir, pues poseen cierto sentido de hacer negocios nato; pero sé fuerte y clara, y no cedas a su capricho.
2
Dale opciones. Unos minutos antes de la hora del sueño, pregúntale si prefiere irse a la cama o esperar sólo cinco minutos más; el fin es llevarlo a dormir, sea cual sea la opción que elija.
3
Busca las razones. A veces no te das cuenta, pero tu hijo no quiere acostarse debido a que ha tomado más tiempo de su siesta; cuida de este rato o busca levantarlo un poco más temprano para regular sus tiempos.
4
Establece una rutina. Previo al descanso, genera varias actividades que lo distraigan del simple hecho de irse a la cama, como ponerse la pijama, lavarse los dientes o preparar su ropa del día siguiente. Al mismo tiempo estás generando buenos hábitos.
5
Evita la tecnología. Es recomendable que una hora antes, no vean TV o utilicen tablets, ya que los excitan, además que son horarios en los que los contenidos no son los apropiados.
6
Acompáñalo. Puede que una de las razones por las que él o ella no quieran irse a la cama es por sentirse solos; regálales una cobija o un peluche que les haga compañía.
7
Nunca es tarde. Si ya has probado de todo y no funciona, nunca es mal momento para iniciar nuevos hábitos en familia; fija una hora para que todos vayan a la cama, incluyéndote.