Vanidades (México)

Juliette Binoche

Con el glamour de su acento francés, nos recibió para hablar del lugar que ocupa hoy la mujer en el cine, donde al parecer todavía no llegó la total liberación femenina. Pero ella forma parte de esa “revolución”.

- POR FABIÁN W. WAINTAL

En el corazón de la romántica ciudad de París, en Francia, Juliette Binoche nació el 9 de marzo de 1964, teniendo en casa a una madre actriz, directora y maestra, Monique Yvette Stalens; y un padre actor, director y escultor (Jean Marie Binoche). Y aunque Juliette siguió el mismo camino familiar, recién llamó la atención a los 23 años con The Unbearable Lightness of Being. Incluso dejó de trabajar para dedicarle más tiempo al rol de madre, en 1994 (su hijo Raphaël nació el 2 de septiembre de 1993), para protagoniz­ar después el filme francés más costoso de aquel entonces, The Horseman of the Roof, en 1995. En Hollywood, también sorprendió con el Oscar que ganó como Mejor Actriz de Reparto, en 1997, con The English Patient. Y en el 2001 recibió otra nominación por Chocolat, aunque esa vez lo ganó Marcia Gay Harden con Pollock. Juliette también fue la primera actriz francesa en ganar la Triple Corona como Mejor Actriz en el Festival de Venecia (con Trois Couleurs: Bleu), Festival de Berlín ( The English Patient) y el Festival de Cannes ( Copie Conforme). Pero su mejor premio resultó ser otra hija llamada Hana, que tuvo con el actor francés Benoît Magimel, el 16 de diciembre de 1999. Como una de las artistas galas de su generación más respetadas en Hollywood, no tuvo ningún pudor en aparecer a los 43 en la edición francesa de Playboy, tras haberse dado el lujo de rechazar tres superprodu­cciones de Steven Spielberg como Indiana Jones, Jurassic Park y Schindler’s List.

VA ¿Tus películas son parte de la revolución femenina en el cine? JB Bueno, en cierta manera yo necesito esa clase de movimiento. Es algo que sentí desde que era muy joven como actriz, porque al leer guiones también me enfrento a preguntas como: “¿a quién interpreto?, ¿cómo sirvo a la historia?”. Y a lo mejor me di cuenta de que rechacé muchos porque instintiva­mente necesitaba hablar sobre la mujer, con temas femeninos contradict­orios. Y siempre me atrajeron películas que eran muy diferentes, de países distintos.

VA ¿Es por eso que rechazaste tantas películas en Hollywood?

JB Sí. Decir “no” a ciertas películas es tan importante como decir “sí”, porque es lo que te define. Para mí, siempre hay una forma

“Rechacé muchos roles porque instintiva­mente necesitaba hablar sobre la mujer, con temas femeninos contradict­orios. Y siempre me atrajeron películas que eran muy diferentes, de países distintos”.

de luchar desde adentro, para transforma­r el mundo. No se trata tampoco de alejar lo que pasa, pero hay que ser inteligent­es para generar ciertos temas que necesitemo­s en el mundo, porque vivimos entre dos polos. Tenemos el lado masculino y femenino dentro de nosotros, pero tampoco hay que alejar al sexo opuesto. Lo importante es despertarl­o y decir: “Vamos, nosotras existimos. Tenemos que sentir que estamos juntos”.

VA ¿Cuál es el gran cambio que te gustaría ver?

JB Siento que al tener los polos masculinos y femeninos en cada uno de nosotros, tenemos que saber utilizarlo­s. Hay que encontrar el equilibrio interno y eso significa que hay que bajar bastante orgullo y la necesidad de tanto poder.

VA ¿Es posible cambiar a Hollywood desde... Francia?

JB Yo recuerdo las conversaci­ones que tuve con Spielberg, cuando le pregunté por qué no dirigía películas con mujeres para mujeres, y él me dijo: “Bueno, lo hice, una de mis primeras produccion­es en los años 60 o principios de los 70”, pero desde aquel entonces, siempre hizo cine sobre personajes masculinos y guerras. También tuve una conversaci­ón con Scorsese. Ellos son figuras enormes del cine desplegada­s por el mundo. Y él tiene un lado bastante femenino que yo creo que nunca exploró. Y no hablo solamente de mujeres, sino de la necesidad de que el hombre hable acerca de ellas. Para mí, necesitamo­s abrir nuestra mente sobre el concepto y el sentimient­o de la vida, dándole otro espacio interior. Nuestro género es el símbolo y por eso creo que el movimiento feminista es esencial.

VA ¿Algún director te escuchó?

JB En realidad, sí. Olivier Assayas (el último ganador como Mejor Director en el Festival de Cannes por la película Personal Shopper), porque también le había preguntado por qué no escribía cine para mujeres y lo hizo. Por eso filmamos Clouds of Sils Maria. También rodé la vida de Camille Claudel, una historia muy importante, totalmente olvidada. Es un símbolo de lo que todavía pasa con la mujer en este mundo: que queremos dejar a un lado el poder porque antes que nada, podemos dar a luz y es la herencia más creativa que tenemos. Es algo muy grande y tan fuerte que puede generar celos en el hombre. Nosotras nacemos con creativida­d.

VA ¿Después de haberle dicho ‘no’ tres veces a Steven Spielberg, dejaste la actuación por un tiempo para dedicarle más tiempo a tu verdadero rol de madre? JB Sí.

Dentro de un espíritu libre como el mío hay que ser lo suficiente­mente inteligent­e para saber cómo entrar y cómo salir, porque yo no le pertenezco a nadie. Soy sólo yo y mi confianza”.

VA ¿Qué tan difícil es decirle ‘no’ a Hollywood y ‘sí’ a la familia?

JB Es una buena pregunta. Y no es tan difícil. Al momento de decidir una se da cuenta lo que quiere. En el instante de vivirlo resulta genuinamen­te correcto. No es algo que pueda planearse demasiado. Yo siempre me ocupé de mis hijos. Ellos también se ocupan de mí en cierta forma. Viajamos juntos por todo el mundo. Nunca sentí el compromiso de tener que elegir entre la familia y el trabajo. Como mujer, por supuesto, es una pregunta que respondemo­s a menudo, cuando trabajamos tanto, pero hay formas de hacer las dos cosas igual. Un tema no es más importante que el otro. Yo siempre soñé con ser madre, desde que tenía 11 años ya le hablaba a mi hijo. Y también soñé con ser activa en el mundo, expresándo­me con algún tipo de forma artística. Siempre hay una manera de inventar la vida para compartir tus pasiones.

VA Y el sueño de rechazar Hollywood: JB Creo que desde muy temprano tuve la intuición de aprender inglés para poder llegar lejos, porque quería salir al mundo. Era muy curiosa. Quería trabajar con directores muy diferentes para sentirme libre, sin estar estancada en un solo país y un único idioma. El primer representa­nte que tuve me había dicho que si yo quería trabajar internacio­nalmente, tenía que mudarme a Estados Unidos para vivir en Hollywood. Y yo pensé que no tenía que ser así. Estaba segura de que podía haber una forma de vivir mi vida como quería, trabajando con libertad en todos lados. Y por pura intuición, es lo que también encontré. Tampoco creo que haya una receta, porque no seguí ningún ejemplo. Pero de alguna forma supe que tenía que salirme del sistema para ser independie­nte. Eso era lo importante para mí, para ser realmente libre.

VA ¿Nunca consideras­te la idea de mudarte a Hollywood por un tiempo?

JB Nunca pensé en vivir en Hollywood ni Estados Unidos. Muchas veces dije “no”. Mis representa­ntes de allá incluso trataron de venderme películas que hubieran sido muy buenas para mi carrera, pero yo no sentí que tuvieran alguna conexión conmigo. Dentro de un espíritu libre como el mío hay que ser lo suficiente­mente inteligent­e para saber cómo entrar y cómo salir, porque yo no le pertenezco a nadie. Soy sólo yo y mi confianza como persona. No puedo permitir que ninguna regla cambie mi verdadero sueño, que es el cine.

VA ¿La situación en Europa es en verdad tan diferente a Hollywood? JB Bueno, sigo estando rodeada de directores y equipos de filmación que en su mayoría son hombres. Pero está cambiando. Estamos bastante protegidas. Somos privilegia­das porque nuestro sistema, en Francia y Europa, protege al arte. Está en la ley. Los directores tienen la última decisión en sus ediciones.

VA ¿Cuál sería el panorama perfecto para el futuro del cine?

JB El futuro va a ser femenino. Si no damos ese paso, no vamos a sobrevivir. No vamos a evoluciona­r. La locura que estamos viviendo en el planeta en este momento con las mujeres, alejándola­s con la religión o el trabajo, es una locura total. Y tenemos que hablar sobre el tema y ser activos con el cine, para ser responsabl­es y darle el lugar que le pertenece a la feminidad.

VA ¿Pensaste en luchar por esta VA feminidad, también detrás de cámaras, como productora?

JB Sí, pero esa es otra historia. Yo quiero producir cine. Es algo que me parece interesant­e, porque es otro tipo de creativida­d. Me fascina saber cómo se hace un filme. Y estoy aprendiend­o muchísimo. Es una nueva forma de producir, muy femenina en mi opinión, porque no busco ganancias. Es para dar algo al mundo, como crear más hijos de alguna forma. Las mujeres deben tener su lugar, porque la energía es diferente y no tenemos el espacio que necesitamo­s para expresarlo. Por eso hoy estoy donde estoy. ●

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La actriz le dijo “no” a Steven Spielberg al considerar que excluye a las mujeres en sus cintas. En cambio, le dio una oportunida­d al cine de Olivier Assayas.
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La polifacéti­ca actriz francesa también se dedica a hacer pinturas y dibujos, y ha expuesto en París y Nueva York.
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En Alice et Martin (1998),de André Téchiné, forma parte de un triángulo amoroso.
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En Ma Loute, la actriz saca a relucir su lado más cómico.

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