Crucero por el mar Báltico Muy de moda, ¡y elegante!
Visita Estocolmo, Oslo, Helsinki, Tallin y San Petersburgo. Sin duda será un viaje encantador e inolvidable.
Hay países de ensueño que quizá sólo conoceríamos si planeamos una travesía individual para cada uno. Por ese motivo, resulta grandioso recorrer varios lugares en un medio de transporte único. Cuando lo haces en barco, no hay necesidad de empacar ni desempacar continuamente, ya que vivirás ahí algunos días y te mimarán desde que pongas un pie a bordo.
Muchas compañías ofrecen excelentes cruceros al Báltico: están, por ejemplo, Crystal Cruises, Viking Cruises, Royal Caribbean, Princess Cruises. Salen de distintas ciudades, como Copenhague, Londres, Estocolmo o Rotterdam, y ofrecen diversos itinerarios. El que te propongo lo he hecho en varias ocasiones, y ¡te encantará!
Días uno y dos
Algunas naves parten de Estocolmo, una de las ciudades más bellas de Europa, la cual es ideal para empezar a conocer esta parte del mundo. Recomiendo quedarte dos días antes de iniciar el crucero. ¿Hoteles? Hay muchos céntricos y excelentes, como el Sheraton, Radisson Blu Strand y el clásico Grand Hotel; por cierto, se come delicioso en su Matbaren, del famoso chef Mathias Dahlgren. El barco sale de noche y surca el mar Báltico por dos noches y un día entero. ¡Nada mejor para relajarte! Puedes aprovechar y leer sobre los sitios que deseas conocer, reposar como reina disfrutando paz absoluta.
Día tres
El navío llega a Helsinki, Finlandia, luego de la salida del sol. ¡Una capital que nunca imaginé conocer y que me encantó! Sencilla, con ese aire escandinavo de armonía. Si haces una excursión en tierra, notarás su arquitectura neoclásica; puedes recorrer su gran mercado junto al mar, es un sitio lleno de colorido, verás banderas de seda de colores en sus quioscos. No olvides ir a la iglesia de Temppeliaukio o la avenida Esplanade con boutiques de marcas finlandesas, tales como Marimekko e Iittala. ¡Cena en el barco, quedarás encantada!
Días cuatro y cinco
Después de navegar toda la noche, los paseantes llegarán a San Petersburgo, Rusia. ¡Emocionante! Podrás disfrutar el amanecer mientras la bella ciudad, fundada por Pedro el Grande hace más de 300 años, aparece en el horizonte. Gracias a la restauración de avenidas y palacios, todo luce majestuoso. ¡Está lleno de canales, pues se ideó al estilo de Venecia! Aquí, el crucero te da dos días y una noche para tomar “giros” turísticos o
recorrerla a pie por cuenta propia. Las horas resultarán insuficientes, pero es una gran oportunidad de hacer nuestro primer viaje a Rusia y apreciar la más europeizada de sus ciudades. Junto al río Neva veremos la histórica fortaleza de San Pedro y San Pablo, donde están enterrados los zares y sus familias, del otro lado está su enorme palacio y el maravilloso Museo del Hermitage. Te propongo pasear por su avenida Nevski, donde solían bajar los carruajes de los príncipes Yusúpov y los Stróganov cuando San Petersburgo era una de las ciudades más refinadas del orbe. No olvides admirar las bellas cúpulas azules de la catedral de Ouspensky. Ya anclados en el destino, qué mejor que tomar unas copas en el Caviar Bar, del elegante Hotel Europa, o cenar en el Stroganoff Yard.
Día seis
Llegada a Estonia al mediodía. Fundada en el siglo XIII, la ciudad de Tallin es otro lugar increíble que nunca imaginé visitar. Su “parte vieja” es superinteresante, me fascina su iglesia ortodoxa con cúpulas en forma de cebollas doradas y sus cubre biblias de piedras preciosas. ¡Muy barroco! A las seis de la tarde zarpa el barco. Para entonces, te sentirás alejada del estrés, y el mar y la lejanía te trasladarán a otras dimensiones.
Días siete y ocho
Horas y horas navegando. Es momento de practicar frases en alemán, porque llegarás al puerto de Warnemünde, en Alema- nia. Hay excursiones a Berlín con guía de turistas. Es costoso ir a este lugar, sin embargo, vale mucho la pena aunque sea “a vista de pájaro”. Desde la caída del Muro y la reunificación de las dos Alemanias, la ciudad ha sufrido una transformación extraordinaria. Conoce la Puerta de Brandeburgo, uno de los sitios emblemáticos; el edificio del Reichstag, donde Hitler tenía su centro de operaciones; el famoso Museo del Muro del Checkpoint Charlie y el extraordinario Museo de Pérgamo. Sin duda, Berlín es una urbe majestuosa, con huellas de la Segunda Guerra Mundial. Esa noche, te aseguro, será de impacto, ¡y ya podrás planear un próximo viaje a este país!
Días nueve y diez
Muchos cruceros continúan de aquí a Copenhague y de ahí a los fiordos noruegos (entradas estrechas de mar formadas por la inundación de un valle excavado). Llegarás a Oslo, y amanecer en esta capital escandinava te contagiará de esa atmósfera de armonía. Tendrás todo un día para andar por los parques Vigeland y Frogner, llenos de esculturas modernísimas; visita el museo del pintor Edvard Munch y el de los Barcos de los Vikingos. Estarás rodeada de bosques y puertos escondidos.
Día once
El barco surcará el mar del Norte, que separa Escandinavia de Inglaterra. En este momento te sentirás más rica en cultura, y seguro tendrás mayor curiosidad por otros pueblos. ¿La última noche? Cena de gala y tiempo de intercambiar emails con tus compañeros de viaje, ¡es impresionante las amistades que pueden hacerse en un crucero!
Día doce
Arribarás al puerto de Dover, en Inglaterra, que se encuentra a una hora en tren de Londres. Te sugiero pasar dos o tres días en este sitio, famoso por los denominados acantilados blancos que atraen a miles de turistas cada año. Mi consejo final: la mejor época del año para hacer esta travesía es de mayo a septiembre. ¡Buen viaje!