Palacio de Buckingham
Su costosa remodelación.
La reina vivirá entre “obras”, ¡y vaya que compadecemos a la pobre! Porque su antiquísimo Palacio de Buckingham necesita desde toilets nuevos hasta agua caliente y teléfonos que funcionen. Y es que aunque para el público luzca espectacular, en realidad se trata de una mansión que se está desmoronando.
Quien haya viajado a Londres y tomado la ruta turística con vuelta a los jardines de la residencia, notará que al pasar por detrás de las habitaciones del servicio hay cortinas rotas y sucias, botellas de leche o de refrescos en los quicios de las ventanas con cristales rotos, paredes manchadas y, en general, una visión pobre y raída. ¡Terrible!
Siempre me he preguntado cómo es que este bello recinto, cuyos salones públicos son maravillosos (tal cual se ve en le teleserie The Crown), tiene estos “entretelones” tan feos. Por eso, no me sorprendió leer que la soberana haya decidido que a partir de ya, habrá una remodelación de arriba a abajo, con un costo de 460 millones de dólares.
Aparte de la reina y su esposo, el duque de Edimburgo, también es el hogar oficial del príncipe Andrés (¡quien así ahorra al no pagar renta, pues tiene problemas económicos!) y de Eduardo, conde de Wessex, cuarto hijo de la pareja real, quien habita allí junto a sus hijos y su esposa Sofía. En una ocasión, ella comentó que era fabuloso que sus pequeños
vieran a su abuela más a menudo que sus otros nietos, por lo que definitivamente, Sofía ama vivir en esa “pequeña” casa.
Asimismo, se ha dicho que esa cercanía ha provocado que Sofía, antes una joven publicista, se lleve muy bien con Isabel, a pesar de los escollos que surgieron al comienzo del matrimonio de la primera por sus indiscreciones. Los royals tienen miniapartamentos dentro del palacio, servicio a sus órdenes, comidas y estacionamiento para sus vehículos, ¡todo cortesía de la Corona!
Amplitud y hospitalidad El Palacio de Buckingham tiene 775 espacios, incluyendo 19 state rooms oficiales con salones y comedores, 52 habitaciones reales y de invitados con sus propios baños, 188 cuartos de empleados, 92 oficinas y 78 baños adicionales. También cuenta con cine, piscina, estación de policía y su propia zona postal y de correos. Un total de 400 empleados conforman el staff fijo, ¡incluyendo dos, cuya única función es darles cuerda a los 290 históricos relojes!
La reina (en contra de los consejos de todos) seguirá viviendo ahí mientras continúen los trabajos de remodelación. Ella considera importante mantener su presencia en el histórico sitio, que en agosto y septiembre (cuando pase dos meses en Windsor y en sus otros palacios) recibe la visita de medio millón de personas. La renovación no solamente incluye nuevas cortinas, alfombras, muebles y la reparación de piezas, sino que, además, mucho dinero será destinado para arreglar antiquísimas cañerías y cables eléctricos, 2,500 radiadores de calefacción, aire acondicionado, 36,000 trozos de piso de madera, 5,000 luces y lámparas, ¡y 500 muy necesarias piezas para los baños, ya que lavabos, bañeras y hasta inodoros son, según el muy sincero duque de Edimburgo, “un verdadero horror”.
Escaso servicio “Buckingham resulta un desastre. Las tuberías se rompen a cada rato y nos quedamos sin agua caliente, los cables eléctricos son tan viejos que hay peligro de incendio”, expresó el príncipe Andrés ante la urgencia de la restauración.
También es bien sabido que los teléfonos celulares no funcionan en muchas de sus habitaciones, mientras que la centralita telefónica es famosa porque las operadoras, si lo desean, pueden escuchar conversaciones confidenciales y privadas. Además, a través de los años (la última vez en 2013), muchas personas han burlado la seguridad; por ejemplo, un enfermo mental se hizo pasar por el príncipe Andrés y entró hasta los establos, donde interpeló a la reina. Otro caso es el del hombre que en 1982 caminó por todo el palacio como “Pedro-por-su-casa” y despertó a la soberana al sentarse en el borde de su cama en plena madrugada, y ¡se puso a charlar con ella como si nada!
De acuerdo con el El Tesoro de su Majestad, aunque Isabel II es “muy conservadora en sus gastos”, esta serie de reparaciones, que deberán mantener perfecto el inmueble por 50 años más, resultan necesarias para proteger, incluso, la ubervaliosa colección de arte, conocida como Royal Collection.
¿Y el dinero para financiar los trabajos? Pues vendrá de los impuestos de los ciudadanos, que subirán en los próximos 10 años para costear esta “inversión nacional”. ●