La corona que erradicará el divorcio
Dinamarca tiene una de las estadísticas de divorcio y depresión más altas de Europa Occidental. Para poner remedio, el gobierno de esa nación, con monarquía constitucional, aprobó la reforma a la ley matrimonial, para dificultar el divorcio y mantener a las parejas unidas. “De este modo, el Estado se ahorra dinero”, advierte el medio escandinavo Politiken. La reforma fue bien recibida por el pueblo, lo cual hace pensar que si el príncipe Joaquín de Dinamarca, conde de Monpezat, hubiera sido sujeto a este precepto en su tiempo, aún estaría casado con Alejandra Christina Manley, condesa de Frederiksborg, y no con Marie Cavallier, su actual esposa.