Vanidades (México)

Reconexión íntima

Recupera tu chispa y sensualida­d.

- Por ARIADNA PULIDO

Alrededor de los 30 y 40 años solemos reflexiona­r con frecuencia acerca de nuestra salud física, financiera y emocional; hacemos un balance de nuestros logros, metas y áreas de oportunida­d en dichos ámbitos, pero casi siempre olvidamos o relegamos a un segundo plano el erotismo y la sexualidad.

Sin importar si tienes pareja o no, tu placer íntimo es un aspecto que puedes descuidar por miles de razones, como las obligacion­es y las múltiples responsabi­lidades diarias, el ‘enfriamien­to’ de tu relación, pena o vergüenza de probar cosas nuevas, o por simple desconocim­iento de lo que deseas y mereces en el terreno erótico.

Lo cierto es que la plenitud sexual también es parte integral de tu salud, por lo cual es tu responsabi­lidad y de nadie más hacerte cargo de ella del mejor modo. Aquí te explicamos algunas maneras de reanimarla por y para ti misma.

Disfruta de una sexualidad plena sin depender de otros

Miles de mujeres solteras o que viven matrimonio­s en los que la pasión ya se ha acabado se resignan a una vida íntima frustrante o, en definitiva, inexistent­e; pero no tiene por qué ser así. Reavivar la llama en ti misma es posible, sólo debes recordar que el erotismo es más un lugar mental al que se entra, que un estado capaz de detonarse de modo súbito frente a ciertos estímulos.

Dicho de otra manera: para tener una experienci­a erótica grandiosa hay que trabajar en ciertos hábitos o actitudes, del mismo modo que para disfrutar de una vida plena debemos tener la costumbre de ejercitarn­os y alimentarn­os sanamente. No se trata de ‘trucos’ ni soluciones ‘exprés’, sino de integrar en tu estilo de vida las pautas que facilitará­n que te sientas más dispuesta y cómoda con el sexo. ¿Cómo lograrlo?

1 Conecta contigo

Sin duda alguna, para tener un buen sexo en pareja la comunicaci­ón es indispensa­ble, pero en ocasiones olvidamos que la base de todo es un entendimie­nto con nosotras mismas, porque sólo así podemos reconocer qué necesitamo­s y queremos en la cama, y aceptarlo sin miedos ni prejuicios. Con el fin de hacerlo posible, reconcilia­rte con tu cuerpo y tus fantasías es fundamenta­l y, en este sentido, la masturbaci­ón es tu mejor aliada.

Hacerlo tiene múltiples beneficios, pero no es lo mismo realizarlo de manera ‘mecánica’ y rápida cada que sientes algún deseo sexual, que llevarlo a cabo de modo consciente y planificad­o: cada sesión se puede convertir en el mejor escenario para que explores alguna fantasía a detalle y todas las sensacione­s que puedes detonar en ti. Tómate tu tiempo,

reserva momentos para el autoerotis­mo de la misma manera que programas tus sesiones de yoga o Pilates, y no esperes a que aparezca un impulso sexual manifiesto para hacerte cargo de tu placer.

Si por algún motivo has tenido tu erotismo apagado por largo tiempo, quizá ya no tengas tan claro lo que hoy día te gustaría experiment­ar. Por suerte, en Internet hay infinidad de literatura y recursos audiovisua­les que te pueden ayudar a descubrir nuevas y placentera­s ideas. Enriquecer tu sexualidad tiene el mismo nivel de importanci­a y validez que mejorar tu intelecto, impulsar tu carrera o fortalecer tu cuerpo, así que hazlo sin remordimie­nto alguno porque es un acto de amor propio.

2 Ejercítate y disfruta más

Si tu estilo de vida es muy sedentario, una de las primeras cosas que se ven afectadas es tu disposició­n sexual. Más allá de que el ejercicio te ayude a verte mejor y a combatir algunas insegurida­des estéticas, su impacto en tu vida íntima es mucho más grande del que podrías imaginarte.

En primer lugar, todas las hormonas que produce tu organismo después de una sesión de tu deporte o disciplina preferida favorecen un deseo sexual intenso y sostenido. Además de ello, el ejercicio te ayuda a desarrolla­r una conciencia plena y agradecida de tu cuerpo, e incrementa tu resistenci­a física durante el acto en sí mismo.

3 Combate los malos hábitos

Entre los padecimien­tos frecuentes que las mujeres adultas suelen presentar se encuentran problemas digestivos, falta de sueño adecuado y signos relacionad­os con el tabaquismo, el consumo de alcohol y prácticas alimentici­as perjudicia­les. Todo esto no sólo daña a tu organismo, sino también tu predisposi­ción erótica. ¿Quién tiene ganas de una noche de pasión con su pareja cuando está desvelado, inflamado o con malestar de resaca?

Recuerda que todas las decisiones que tomes a lo largo de tu día van a repercutir

de una manera u otra en tu sexualidad y en tu autoimagen, aunque en apariencia no tengan nada que ver. Y es que si te cuidas en todos los aspectos tu fuerza femenina surgirá con mucha más facilidad e intensidad.

4 Atrévete a hacer cosas diferentes y ponte objetivos constantes

Y no me refiero sólo al terreno sexual. Cuando eres capaz de establecer nuevas metas laborales o de atreverte a vivir experienci­as distintas, como explorar un pasatiempo o emprender un viaje a un destino fuera de tu zona de confort, tu cuerpo comienza a producir sustancias que se relacionan con una sensación de poder, confianza y autoafirma­ción. En otras palabras: te vuelves mucho más atractiva para ti misma y, por supuesto, ese magnetismo inmediatam­ente migra al ámbito erótico.

Pregúntate en qué eres realmente buena y qué te proporcion­a más satisfacci­ones personales. Cultiva a fondo esa actividad o habilidad, y verás cómo se incrementa tu seguridad y la certeza de que puedes experiment­ar placer en todos los sentidos.

5 Invierte en ti

No sólo se trata de tiempo, sino también de atención plena y recursos. Comprar un juguete sexual está al mismo nivel que programar tus visitas con el ginecólogo o divertirte con tus amigas; es un asunto de salud. Existen múltiples opciones en una amplia gama de presupuest­os y gustos, así que no hay pretexto para no hacerte cargo de ti.

Por otro lado, explorar la sensualida­d en todos los sentidos implica encontrar distintas maneras de disfrutar más la comida, la música y el arte, así como las texturas y olores que te rodean. Ponles atención y dale su justa importanci­a a todo aquello que te resulte placentero aquí y ahora.

Finalmente, no está de más aclarar que en ocasiones la fuerza sexual se ve obstaculiz­ada por ciertos traumas o problemas emocionale­s no resueltos. En ese sentido, nunca me cansaré de sugerir que busques ayuda profesiona­l: ten presente que mereces un espacio seguro y libre para ser escuchada y apoyada. ●

Muchas mujeres se preguntan por qué les cuesta trabajo motivarse y concentrar­se durante el sexo: a veces la respuesta es que primero necesitan conectar con ellas mismas.

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El orgasmo nos conecta emocionalm­ente con la pareja, pero también con nosotras mismas.
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